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La demencia política y moral de Israel

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Además de la matanza de 900 palestinos y la inmensa destrucción causada durante 14 días de bombardeos aéreos [*], la invasión israelí de Gaza no ha acertado a conseguir ninguno de sus objetivos estratégicos. La resistencia palestina sigue intacta, el lanzamiento de cohetes ha continuado y Hamas es más fuerte que nunca. Entonces, ¿qué es lo que han ganado? Hamas ha resistido el feroz ataque israelí sin ceder ni hacer concesión alguna. Han demostrado que son los legítimos representantes del pueblo palestino y los abanderados del movimiento de liberación nacional. Su lugar al frente del gobierno está ahora asegurada gracias a los criminales errores de Israel. En cambio, Mahmoud Abbas y la Autoridad Palestina han acabado apareciendo como una panda de cobardes colaboracionistas doblegados ante Israel.

Para Israel, la campaña militar ha sido un desastre de relaciones públicas. Las fotos en Internet de los desangrados y desmembrados niños llevados a toda prisa a improvisados hospitales o envueltos en sus mortajas de funeral han generado por todas partes una simpatía sin precedentes hacia la causa palestina. Israel se ha mostrado como un matón. El establishment de la prensa ha sufrido también otro golpe en su credibilidad. Este podría ser un punto de inflexión para los medios corporativos dominantes. Los canales de noticias árabes han madurado a la vez que más y más occidentales buscan ahora las noticias en medios independientes.

En los momentos actuales, Israel está buscando un modo para ir aminorando su feroz campaña y retirar sus tropas, pero Hamas no se lo está poniendo fácil. El pasado sábado, el dirigente de Hamas Jalid Meshaal rechazó la Resolución 1860 de Naciones Unidas que pedía un alto el fuego y emitió el siguiente comunicado:

    «Queremos la inmediata y total retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y el levantamientos del injusto asedio contra la Franja que ha conducido a la actual situación. Otra de nuestras peticiones es la apertura de todos los cruces de frontera, incluido el cruce de Rafah. Nosotros, con espíritu abierto, consideraremos cualquier iniciativa y decisión que esté basada en esos tres requerimientos. Por tanto, no aceptaremos ninguna negociación para una tregua a la luz y bajo las presiones de una campaña militar y asedio.

    Que pare la campaña militar, que los israelíes se retiren, que se admitan los derechos de nuestro pueblo, que se reconozcan nuestros derechos a vivir sin asedio y sin tener cerrados los cruces de fronteras, como el resto de los seres humanos, y entonces estaremos preparados para discutir una tregua, al igual que ya lo hicimos antes. No aceptaremos una tregua permanente, porque no estamos dispuestos a abdicar del derecho a la resistencia del pueblo palestino. La resistencia es contra la ocupación y las campañas militares y, por tanto, mientras exista la ocupación, la resistencia perdurará también… No aceptaremos la interferencia de fuerzas internacionales porque las fuerzas internacionales sólo se prestarán a venir para proteger la seguridad de Israel, y cualquier fuerza internacional impuesta será considerada como ocupante.

    No aceptaremos negociación alguna que busque «estrangular» la resistencia en relación con sus armas. Algunos están hablando de los túneles como si Gaza fuera una superpotencia con armas avanzadas, mientras que sólo somos un pueblo con capacidades muy limitadas para defendernos y proteger nuestro territorio. Nadie tiene derecho a quitarnos nuestro legítimo derecho a la defensa y a la resistencia. EEUU, como si todo el arsenal israelí no existiera, envía cientos de toneladas de explosivos y proyectiles de artillería a Israel.

    Hay quien manifiesta el temor de que, después de tantos sacrificios, el liderazgo de la resistencia pueda venirse abajo o pueda llegar, por ejemplo, a acordar algo. Muy al contrario, la sangre de nuestras mujeres y niños, de nuestro pueblo, aumenta nuestra cohesión y determinación para conseguir nuestros objetivos. Sería injusto que después de tanta masacre fuéramos y dijéramos: ‘Acordemos una tregua’. Muy al contrario, el precio de toda esa sangre nos da libertad para decidir nuestro propio destino y poner fin a la ocupación y al asedio». (Meshaal: «La resistencia es todo lo que tenemos en Gaza», comunicado a la prensa y televisión).

Meshaal sabe que Israel no quiere volver a ocupar Gaza. También sabe que el Ministro de Defensa Ehud Barak no quiere quedarse allí empantanado cuando faltan cuatro semanas para las elecciones. Israel tenía la esperanza de derrotar de forma aplastante y rápida a Hamas e instalar a los guardias de seguridad de la AP de Abbas en el cruce de Rafah. Pero el plan se les ha venido abajo y la campaña está empezando a considerarse un atolladero. Mientras Hamas siga firme y se niegue a rendirse, será difícil que Barak se retire.

La administración Olmert parece haberse acurrucado junto al presidente francés Nicholas Sarkozy y el presidente egipcio Hosni Mubarak para encontrar una estrategia de salida y que Israel pueda retirarse de Gaza antes de la fecha límite del 20 de enero. Es decir, cuando Barack Obama tome posesión de su cargo como presidente. Sarkozy y Mubarak han venido trabajando todos los canales diplomáticos para conseguir que se apoyara la Resolución 1860 de las Naciones Unidas. La administración Bush rechazó dos veces el alto el fuego, a fin de darle más tiempo a Israel para matar más palestinos, pero finalmente cedió y permitió que se aprobara la Resolución. Nadie preveía que Meshaal iba a fastidiar todos los planes israelíes. Ahora Olmert y compañía tendrán que inventar un pretexto para irse, o declarar la «victoria» y sencillamente retirarse. En cualquiera de los casos, es probable que los críticos juzguen duramente la decisión de Olmert.

Israel ha empezado ya a recitar excusas para poder salvar la cara cuando se escabulla retrocediendo hacia la frontera. Yaakov Katz, el analista militar del Jerusalem Post, dijo en una entrevista con Al Yasira: «Israel dejó muy claro desde el comienzo de esta operación que no iban a poder acabar con el lanzamiento de cohetes. No creo que podamos medir el éxito de la operación por el número de cohetes disparados hacia Israel».

Esto es mentira. En realidad, los oficiales israelíes dijeron repetidamente que la misión continuaría hasta acabar con los disparos de cohetes. De hecho, el declarado propósito de la invasión era parar el lanzamiento de cohetes. Israel está tan sólo moviendo los postes de la portería una vez más.

En una nota parecida, Ehud Olmert dijo el sábado que Israel se estaba «aproximando a los objetivos que se había marcado» en Gaza. Esa es otra mentira. El lanzamiento de cohetes no se ha detenido e Israel ha demostrado que es incapaz de pararlo. Teniendo en cuenta sus propios estándares, la misión ha sido un fracaso.

Barak se ha encontrado con que resulta difícil controlar los acontecimientos una vez que el genio de la guerra ha salido de la botella. Qué mejor recordatorio de la fracasada política estadounidense hacia Oriente Medio que tener los combates en Gaza ensombreciendo las festividades del 20 de enero en Washington. Aunque podía tener un efecto positivo: que arrojara algo de luz sobre la minúscula diferencia entre Bush y Obama. Como se afirmaba en ABC News el pasado domingo:

    «Comparando su posición hacia Oriente Medio con la de anteriores administraciones, Obama sugirió que no habría una clara ruptura con la política de Bush. Pienso que si miran no sólo hacia la administración Bush, sino también a cuanto sucedió bajo la administración Clinton, estarán viendo los esquemas generales de su posición… Cuando se le preguntó si diría lo mismo en Israel hoy, Obama dijo: ‘Creo que un principio básico de cualquier país es intentar proteger a sus ciudadanos'». (Obama: «Gitmo Likely Won’t Close in First 100 Days» [**], ABC News).

En efecto, Israel debe «proteger a sus ciudadanos». ¿Autorizará Obama sin cuestionamiento alguno el brutal asedio de la zona más densamente poblada del mundo, dando luz verde al bombardeo de ambulancias, centros culturales, mezquitas, apartamentos, clínicas y cientos de civiles? Ya veremos. En Gaza se han destruido ya alrededor de 1.400 objetivos; ninguno de ellos tiene auténtico valor militar. No hay bases militares en Gaza, a pesar de las proclamas del New York Times. No eran sino edificios civiles que no representaban amenaza alguna para la seguridad de Israel. Dejemos que Obama declare su posición cuando preste juramento y de esa forma sus seguidores sabrán desde el primer día dónde está situado.

Un informe publicado en el International Herald Tribune dice que las personalidades que más probablemente jugarán papeles importantes en la política hacia Oriente Medio en la administración Obama son: Dennis Ross (el veterano enviado para la paz en Oriente Medio de la administración Clinton, que podrá ahora extender sus competencias a Irán); Jim Steinberg (como Secretario de Estado Adjunto); Dan Kurtzer (el anterior embajador de EEUU en Israel); Dan Shapiro (ayudante desde hace mucho tiempo de Obama); y Martin Indyk (otro antiguo embajador en Israel muy cercano a la Secretaria de Estado entrante Hillary Clinton). (Roger Cohen; «Mideast Dream Team? Not quite», International Herald Tribune).

La única diferencia entre esta pandilla de halcones pro-Israel y la claque de Bush es que se inclinan más a crear la ilusión de un «proceso de paz» que oculte el robo de la tierra palestina. Aparte de eso, las diferencias son insignificantes. Todos ellos son sionistas de línea dura cuyos objetivos son los mismos de los de la Haganá de 1948, cuya misión era «desarraigar a los habitantes originarios, expulsarles y destruir sus pueblos». La descripción del trabajo esencial no ha cambiado en 60 años.

Israel ha sido duramente criticado por su desproporcionado uso de la fuerza en Gaza. Pero hay algunos fanáticos israelíes que creen que Israel debería usar una fuerza letal mucho mayor aún y más extendida. El Jerusalem Post informa que el rabino y jefe de los sefardíes Mordechai Eliyahu ha escrito una carta al Primer Ministro Ehud Olmert informándole de que «todos los civiles que viven en Gaza son colectivamente culpables de los ataques con Qassam contra Sederot… Eliyahu dictaminó que no había absolutamente ninguna prohibición moral contra la matanza indiscriminada de civiles durante una potencial ofensiva militar masiva contra Gaza con el objetivo de acabar con los lanzamientos de cohetes».

«QUE NO HAY NINGUNA PROHIBICION MORAL CONTRA LA MATANZA INDISCRIMINADA DE CIVILES».

¿No es ésa la definición de terrorismo?

Un líder de los colonos israelíes defendió recientemente durante una conversación con un pacifista estadounidense que estaba de visita lo siguiente: «Si tuvimos derecho a cometer genocidio durante la época bíblica, ¿por qué no vamos a poder cometerlo ahora? ¿Es que Dios ha cambiado de idea?», se preguntaba el colono con sarcasmo.

El activista por la paz israelí y escritor Uri Avnery tiene una expresión para definir ese tipo de pensamiento. Lo define como «demencia moral», una alteración sociopática.

N. de la T.:

[*] En la fecha en que aparece esta traducción del artículo del Sr. Whitney, van ya 19 días de genocidio y el cómputo de muertos supera las 1.015 víctimas y el de heridos los 4.800.

[**] Traducción del titular del artículo: «Probablemente, Obama no cerrá Gitmo en sus cien primeros días».

Enlace con texto original:

http://www.counterpunch.org/whitney01122009.html