Me han parecido muy interesantes las respuestas de Francisco Javier Merchán a las siempre inteligentes preguntas de Salvador López Arnal. Pero me gustaría hacer algunas puntualizaciones. Yo soy, como el amigo Salvador, profesor de un instituto público catalán y aunque mi experiencia y reflexión crítica están muy ligadas a lo que pasa en esta comunidad […]
Me han parecido muy interesantes las respuestas de Francisco Javier Merchán a las siempre inteligentes preguntas de Salvador López Arnal. Pero me gustaría hacer algunas puntualizaciones.
Yo soy, como el amigo Salvador, profesor de un instituto público catalán y aunque mi experiencia y reflexión crítica están muy ligadas a lo que pasa en esta comunidad autónoma pienso que pueden tener un alcance muy general.
Primera reflexión : Pienso que hay un error de planteamiento que es centrase en una supuesta gestión empresarial y lógica de mercado que se quiere introducir en lo centros públicos cuando se olvida que en Catalunya ( y en mayor o menor medida en otras comunidades autónomas) la educación ya está privatizada porque una parte del servicio público educativo está en manos de centros privados. Centros privados que son empresas sometidas a la lógica del mercado, sin duda. El Pacto Nacional de Educación, apoyado por CCOO y UGT, consolida esta situación. Por lo tanto podemos decir que estos dos sindicatos están de acuerdo con la privatización real del sistema educativo.
Más allá de aquí no entiendo de que se habla cuando nos referimos al peligro de transformar los centros públicos a la lógica del mercado e introducir en ella la gestión empresarial. Vayamos por partes. Reconozco que no tengo una información suficiente y por tanto una opinión fundamentada de las reformas introducidas en Gran Bretaña. Pero lo que me he leído es el proyecto de Llei Catalana d’Educació que los sindicatos toman como referencia de esta proceso. Y conozco también la situación actual de la enseñanza pública en Catalunya.
Yo no tengo ninguna simpatía por la política educativa del Tripartito, que sigue las líneas básicas apuntadas durante años por CiU, nacionalistas y de derechas. Pero me parece que los tiros se apuntan mal. La batalla fundamental es contra los centros concertados como una de las dos bases de la enseñanza pública, como reflejaba el Pacte Nacional d’Educació. Y contra la mala gestión del Departament, la falta de recursos y de voluntad política en entrar en los problemas de fondo.
Pero la cuestión de la gestión sí es un problema y precisamente en éste parece que quieren entrar, la cual cosa debería llevarnos a plantear alternativas y no a negar el problema. Seamos claros : la autogestión de los centros públicos ha fracasado ( por lo menos en Catalunya). Los profesores en su mayoría no quieren asumir responsabilidades en los equipos directivos y esto provoca que Inspección tenga que elegir a dedo y forzar a quien considera adecuado, con lo que se crean dinámicas muy negativas. Y los equipos directivos hacen falta : los claustros deciden sobre cuestiones pedagógicas y parcialmente organizativas y los Consejos escolares marcan las líneas generales del funcionamiento del instituto, porque aparte de a los profesores también hay que dar la palabra a los padres y a los alumnos. Y quien tiene que llevar a términos la gestión cotidiana y eficaz de lo que se deciden en ambos lugares es un equipo directivo que funcione. Esto me parece claro y si no que alguien argumente en contra y diga el porqué. Esto mejora el sistema público de enseñanza , que es lo que nos interesa. Dar un pequeño margen a los equipos directivos para poder elegir personas con un perfil adecuado para el buen funcionamiento del centro puede ser un buen elemento para mejorarlos. Critica que esto facilita el amiguismo es como decir que la falta de evaluación de los profesores facilita el pasotismo. Hay aquí un prejuicio que es considerar que todos los profesores son buenos mientras que los que participan en los equipos directivos son malos, que me parece absurdo. Por lo tanto me parece que hablar de gestión privada o empresarial es poco riguroso entre otras cosas porque esto no existe, ya que tanto una empresa pública como privada pueden gestionarse de muchas maneras. Si quiere decirse que se introduce elementos jerárquicos esto plantea otra discusión sobre lo que entendemos por jerarquía. Si con esta palabra queremos decir diferentes posiciones de poder yo diría que esto es imprescindible para el funcionamiento de cualquier institución, pública o privada. Si queremos decir que es antidemocrática no me parece que esta ley cuestione ni al Consell Escolar, ni al Claustro ni a la libertad de los profesores que cumplen con su trabajo.
Peor me parece todavía confundir la autonomía de centros con la lógica del mercado, y menos en una situación en que parte de la enseñanza pública, como he dicho antes, ya está sometida a la lógica del mercado. Si contraponemos una enseñanza pública uniforme a una enseñanza concertada diversa ( y ahora estoy hablando de maneras de funcionar, métodos pedagógicos) estamos perdidos. Lo que un centro público tenga un estilo propio no es algo malo, otra cosa es discutir que tipo de autonomía queremos, no considerar que la autonomía de centros quiere decir lógica de mercado.
Finalmente tendríamos el tema de la carrera docente, de la evaluación de profesores y centros y de los complementos de los equipos directivos. Aquí hay una discusión de fondo, muy interesante, que es como plantea la izquierda la relación entre igualdad y mérito. Mi planteamiento es que muchos aspectos han de ser igualitarios ( sanidad, educación, asistencia social) pero deben existir ciertos márgenes para el mérito, que debe depender del esfuerzo y de la responsabilidad de lo que se hace. Si no digamos abiertamente que tiene que cobrar lo mismo un profesor que se esfuerza que otro absentista; que el secretario general de un sindicato que el administrativo, un catedrático de universidad que el conserje, un peón que un arquitecto, el director de un hospital que un auxiliar de enfermería, Delante de las salvajes e indecentes desigualdades salariales no podemos contraponer la igualdad absoluta sino un margen racional en la cual todo el que trabaje tenga un salario digno y nadie tenga un salario excesivo, desproporcionado.
La segunda reflexión tiene que ver con la LOGSE. No me parece que la Ley General de Educación, que era la ley anterior, tuviera como eje central marca un intinerario ( FP) para el trabajo mínimo cualificado y otra (BUP-COU) para universitarios y dirigentes, La LGE quiso adecuar, en el tradofranquismo, la enseñanza a las necesidades del sistema capitalista, que era por una parte controlar y disciplinar a la población infantil y adolescente y, por otra, adecuarla a las necesidades productivas del sistema. Tanto la FP ( de segundo grado) como las enseñanzas universitarias técnicas y administrativas iban en esta línea. Y también las carreras científicas porque evidentemente de la investigación científica también depende el desarrollo tecnológico. Lo demás, las llamadas » Letras», simplemente se mantenían para formar profesores y por pura inercia del sistema anterior. Con la LOGSE se ha seguido la misma línea, ampliando la escolarización hasta los dieciséis años, edad laboral, con lo que básicamente se solucionar un problema de orden público. Con esto no pretendo despreciar la necesidad de escolarización sino ver también la otra cara de la moneda. Se incluye una propuesta aparentemente progresista que es la escuela comprensiva. Digo aparentemente porque lo que cuentan son los resultados, no las intenciones. El resultado es un sistema obligatorio en el que una cuarta parte de la población sale sin titulación después de estar encerrado cuatro o cinco años en un instinto., en el que ha estado internamente segregado porque no seguía el ritmo de las clases ( porque no quería-podía en una situación en el que las dos nociones se confunden). No se le discrimina en itinerarios pero se le segrega en el interior de la institución. Y el funcionamiento del instituto tiene que ser cada vez más policial para mantener y frenar las reacciones agresivas de estos adolescentes.
Bueno, son solo dos reflexiones informales, quizás poco elaboradas pero pienso que pueden valer para enriquecer el debate que es lo que queremos, sin duda, las personas de izquierda de buena voluntad.
P.D. ; La huelga convocada por los sindicatos en Catalunya contra la Ley Catalana de Educación no se siguió mayoritariamente en secundaria. Los sindicatos desde hace tiempo no son representativos ni están vinculados directamente al colectivo de profesores de enseñanza secundaria, por lo que sus opiniones son exclusivamente propias.