Traducción: CCOO-Cantabria
Conferencia Internacional de Investigación sobre «El impacto de los sistemas globales de producción en las estrategias sindicales». La Haya, mayo de 2006
«El dueño de Delta-Galil, Lautman, se pronunció en una reunión de empresarios israelíes y palestinos celebrada en Tel-Aviv en junio de 1999 titulada ‘Negocios en Paz’: ‘Jordania y Egipto son un avance estratégico para Delta y los territorios palestinos también pueden serlo. No es fácil abrir una fábrica en Francia o en los EEUU, pero es sencillo hacerlo en Gaza’. En esta reunión Lautman retomó su vieja idea y propuso adoptar el modelo NAFTA para Oriente Medio con Israel en el papel de EEUU y Palestina en el de México. ‘Nuestra misión no es conseguir la paz. Nuestra misión es conseguir dinero’, afirmó.»
El objetivo de esta conferencia es entender la estrategia de los industriales israelíes en el proceso de globalización en las últimas décadas. La nueva estrategia se desarrolló durante la Primera Intifada a finales de los 80. A la Asociación de Industriales Israelíes, la organización más importante de empresarios israelíes, llegaron propuestas sobre un posible acuerdo con los palestinos que no se opusiera a la creación de un Estado Palestino Independiente, siempre y cuando se mantuviese la dependencia económica de Israel.
El paradigma de la nueva estrategia puede resumirse como sigue: «establecer una fábrica de costura en Gaza (o en Jordania, o en Egipto, o en Turquía) administrada desde Tel-Aviv mientras los dueños residen en Nueva York». Por supuesto, el producto no está dirigido al mercado local árabe o a Israel, sino a los países centro de la globalización EEUU, Canadá y la UE-. Desde la parte árabe hubo quien vió esta estrategia como «una forma de que Israel ejerza el control económico sobre Oriente Medio». Sin embargo, no era esta la intención. Israel no puede controlar Oriente Medio económicamente, ni siquiera militarmente. Los sucesos de los últimos años evidencian que Israel es incapaz de mantener el control militar en la Franja de Gaza.
Por una parte, Israel había de integrarse en Oriente Medio para servir de lanzadera a las actividades de compañías multinacionales y, por otra parte, para establecer progresivamente industria de alta tecnología conectada a las tres ramas con gran potencial de desarrollo ordenadores, telecomunicaciones e internet-, todas interdependientes y pertenecientes a compañías multinacionales, en su mayor parte norteamericanas.
A primera vista esta estrategia parecía sólida. El acuerdo firmado con los palestinos desde 1993 abrió las puertas a la inversión extranjera, la absorción de compañías locales por multinacionales y la fusión de empresas locales y extranjeras. El proceso de privatización, la línea económica que siguen los gobiernos israelíes de los últimos 20 años, contribuyó en gran medida a desarrollar esta estrategia.
Tras los Acuerdos de Oslo con la OLP a finales de los 90 se registró un aumento impresionante del Producto Nacional per Cápita en Israel. Se situaba en 5.500 $ en Israel en 1980 (siendo 771$ en Egipto, Jordania y Siria) mientras en la UE ascendía a 9.381 $. En 2003 las cifras en Israel llegan a 16.700 $ per cápita y se prevén 18.000 $ para 2006. Se puede comparar con los 1.260 $ de los mencionados países árabes y los 21.242 $ de la UE. Sin embrago, sucesos como la Segunda Intifada y la caída de Nasdaq (ambos durante el último trimestre de 2000) combinados con la prolongada recesión que comenzó con la decadencia del proceso de paz, dejan tan sólo un mínimo o incluso negativo crecimiento en el Producto Nacional Bruto de los años 2001, 2002, 2003 y 2004.
Sería erróneo asumir que los frutos de este considerable crecimiento en la producción total y la integración en el proceso de globalización se disfrutan por igual entre todos los residentes en Israel. La diferencia socio-económica ha crecido durante las últimas dos décadas, especialmente en los últimos cinco años. La economía israelí destaca por la concentración de capital en manos de muy pocos individuos. Según expertos esta economía la controlan de manera exclusiva entre 20 y 50 familias y compañías multinacionales.
Dov Lautman, ex presidente de la Asociación de Industriales Israelíes y copropietario de Delta-Galil Industries (1) afirmó en una reunión con representantes de la industria de la manufactura palestina en 1993: «Lo importante no es si se crea un Estado Palestino, si se consigue la autonomía o un Estado Palestino-Jordano, lo importante es que la frontera económica entre Israel y los demás territorios se mantenga abierta» (2). Para Lautman y otros las relaciones económicas entre el Estado de Israel y Palestina deben seguir el modelo «del acuerdo de libre comercio que existe entre México y los EEUU». Para él y sus colegas no hay duda de quién va a desempeñar el papel de México y quién el de EEUU. El antes Primer Ministro y ahora Vicepresidente y Ministro de Cooperación Regional, Simón Peres, se reunió con el presidente de México Carlos Salinas de Gotari en septiembre de 1994 para «aprender del modelo NAFTA». (3)
¿Qué es un tratado de libre comercio?
Un tratado de libre comercio (FTA por sus siglas en inglés) es un acuerdo entre dos o más países que permite el comercio ininterrumpido con materias primas producidas en ambos países, como el Tratado de Libre Comercio de Norte América (NAFTA en inglés) que firmaron los EEUU, Canadá y México. Esta política comercial se aplica sólo a bienes producidos dentro de los países firmantes, que quedan exentos de aranceles al atravesar las fronteras internas del FTA. Los bienes producidos fuera han de pasar por las fronteras comerciales de las partes firmantes.
Debido a que las fronteras comerciales son diferentes en cada país (las tasas para la misma materia varían) todos los bienes han de ser controlados también en las fronteras internas para determinar su origen: de dentro o de fuera del territorio FTA.
La única política comercial que permite la abolición de fronteras internas entre países firmantes es la unión aduanera. La unión aduanera extiende el libre tráfico de bienes a aquellos producidos por los países firmantes del tratado a los bienes producidos en el «resto del mundo». Esto se consigue mediante un acuerdo entre los firmantes apara aplicar iguales aranceles a otras partes (terceras partes) lo que obvia la necesidad de comprobar el origen de los bienes una vez que han pasado las fronteras FTA.
NAFTA, Israel y Palestina
Según grupos de economistas israelíes «las diferencias entre las economías israelí y palestina son de la misma magnitud que las existentes entre la estadounidense y la mexicana. El Producto Nacional Bruto es 18-20 veces mayor que el de todos los territorios palestinos; el Producto Nacional Bruto per cápita es seis veces superior en Israel que en los territorios de Palestina. Para comparar, el PNB de EEUU es 25 veces mayor que el mexicano. Otra característica de estos dos países que es similar es la relación que mantienen; al igual que Israel y Palestina, en México el salario es muy bajo y crece el desempleo por lo que los trabajadores mexicanos intentan conseguir empleo en EEUU». (6)
Durante más de diez años (entre la Primera Intifada y la Segunda) se celebraron numerosas conferencias en Israel con títulos tales como Las futuras relaciones económicas entre Israel y los Territorios, patrocinadas habitualmente por la Asociación de Industriales Israelíes, la Cámara de Comercio o la Universidad. También hubo reuniones entre empresarios de la industria manufacturera israelí y palestina, casi todas a puerta cerrada. Reuniones, estudios, discursos y seminarios muestran la creciente ansiedad acerca de las implicaciones económicas que tendría la independencia de Palestina por parte de la clase dominante israelí.
¿Pero por qué esta ansiedad, esta preocupación? Mantener relaciones económicas es muy importante para Israel. Las relaciones comerciales de la mayoría de los territorios palestinos se mantienen con Israel: entre el 80 y el 90 % de las importaciones hechas a los Territorios Palestinos parten de Israel y el mismo porcentaje de exportaciones se venden en Israel. Israel es de largo el socio más importante para Palestina, que también es a su vez un socio importante para Israel ya que constituye el segundo mercado más grande de exportaciones para los productos israelíes (después de los EEUU). (7) Las exportaciones de Israel a Palestina crecieron un 80 % en diez años, de 961 millones de dólares en 1987 (antes de la Primera Intifada) hasta 1.800 millones la víspera de la Segunda Intifada.
Desde comienzos de los 90 y como resultado de la Primera Intifada, la burguesía israelí reconoce que no hay alternativa a algún grado de dependencia política palestina. Una generación entera manufacturera israelí ha intentado eliminar cualquier oportunidad de desarrollo industrial capitalista en Palestina. Las autoridades israelíes de la Ocupación fueron el brazo de la burguesía israelí, haciendo imposible para cualquier capitalista palestino obtener los mil y un permisos necesarios para establecer un negocio sin poseer un documento que asegure que ese negocio no sería competencia para una compañía israelí (8). De esta forma las autoridades no permitían el desarrollo de la industria láctea, la cementera, la alimentaria o la textil. Un grupo de economistas israelíes describió la situación de la industria en Palestina con estas palabras: «existen niveles extremadamente bajos de industrialización, probablemente más bajos que en la mayoría de los países del mundo (9). Por otra parte durante décadas las restricciones en forma de aranceles impidieron que la agricultura palestina compitiese en el mercado israelí» (10).
Simultáneamente, la economía israelí ha sido la fuente de ingresos de una buena parte de los Territorios. A finales de los 80 la mitad de los ingresos nacionales de la Franja de Gaza procedían indirectamente del salario de los trabajadores de Gaza en Israel, y esta situación no ha cambiado desde entonces. Según datos del Departamento de Economía de la Oficina de Coordinación Israelí de Actividades Gubernamentales en los Territorios tras la Segunda Intifada el 42% de los ingresos provenían del empleo en Israel. En Cisjordania el 47 % de los ingresos se obtenía de esta forma (10).
La independencia de Palestina, y por lo tanto la pérdida total e inmediata de los mercados de Gaza y Cisjordania causaría grandes pérdidas a los empresarios israelíes en la construcción, hoteles, importaciones y manufactura.
¿Es viable MEFTA?
¿Puede darse un acuerdo como el NAFTA, el MEFTA (Tratado de Libre Comercio en Oriente Medio, en inglés) en esta región? Si planteamos este interrogante a un miembro de la administración estadounidense contestará afirmativamente. Según Robert Rubin, ex Secretario de Hacienda de los EEUU, «Israel ha avanzado en la dirección correcta al hacer las reformas necesarias para la apertura de su economía. Las economías abiertas al comercio obtienen mayor rendimiento. Creo que todos los países deberían tener como prioridad la participación activa en el proceso multilateral de libre comercio que fomenta la OMC. Pero, dicho esto, para Israel sería una ventaja llegara un acuerdo de libre comercio regional. Los tratados de libre comercio a nivel regional facilitan el avance hacia un mundo de libre comercio, ya que se aplican sustancialmente a todas las mercancías de los países signatarios y no conllevan aranceles para terceras partes (otros países). Por ejemplo, desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio entre Israel y los EEUU hace más de diez años, el comercio entre nuestros dos países se ha triplicado». (11)
Sin embargo, la política comercial que ha existido entre Israel y Palestina desde 1967 puede describirse como involuntaria, unilateral, impura, una unión aduanera. El intercambio entre los comerciantes israelíes y palestino era ostensiblemente libre y el área geográfica que comprende Israel, Gaza y Cisjordania no tiene fronteras internas ni aranceles. El comercio con el resto de países se llevaba a cabo según el Régimen Comercial israelí y siguiendo la (cambiante) política de Israel. Los impuestos del Gobierno israelí y otros aranceles se recaudaban en las fronteras del área de ambos países. Ya que no existía ninguna autoridad palestina de economía y el pueblo palestino no participaba en decisiones políticas, todo esto era obra del gobierno israelí. (12)
MEFTA y las subcontratas
La «relocalización» de la industria israelí, especialmente la textil, comenzó hace diez años, tras los Acuerdos de Oslo y el Tratado de Paz entre Jordania e Israel firmado en 1995. Una de las compañías textiles más importantes es Delta-Galil que posee plantas industriales en Jordania y Egipto. Recientemente, Delta ha comprado más plantas en Turquía, América Central, Tailandia y Rumanía. El anterior Director General de Delta-Galil, Arnon Tiberg afirmó que «las críticas acerca de que nos hemos ido a otros países y hemos contribuido al aumento del desempleo en Israel no son justas. En Israel damos trabajo a 3.200 obreros. En Jordania y Egipto a otros 3.000. Las plantas de Jordania y Egipto hacen posible que en Israel se trabaje en gestión y en desarrollo, en marketing y diseño.» (13) El dueño de Delta-Galil, Lautman, se pronunció en una reunión de empresarios israelíes y palestinos celebrada en Tel-Aviv en junio de 1999 titulada «Negocios en Paz»: «Jordania y Egipto son un avance estratégico para Delta y los territorios palestinos también pueden serlo. No es fácil abrir una fábrica en Francia o en los EEUU, pero es sencillo hacerlo en Gaza». En esta reunión Lautman retomó su vieja idea y propuso adoptar el modelo NAFTA para Oriente Medio con Israel en el papel de EEUU y Palestina en el de México. «Nuestra misión no es conseguir la paz. Nuestra misión es conseguir dinero», afirmó. (14)
Otra compañía del textil importante, Polgat acaba de abrir una nueva planta en Jordania. En Egipto y en Palestina Polgat trabaja con plantas subcontratadas a nivel local (15). Rimon Ben-Shaul, antiguo director general de Clal (la dueña de Polgat) afirmó que Polgat se ha convertido en una compañía multinacional; producimos donde existe mano de obra barata. Durante años Polgat ha empleado a cientos de palestinos en las fábricas de Kyriat Gat, una «ciudad desarrollada» 60 km. al sur de Tel-Aviv. La tercera compañía textil más importante, Kitan, cerró la planta de pantalones Levi’s en Nazaret y ha abierto otra en Jordania. Hoy, el 50 % de la producción textil de Kitan se sitúa en Jordania o en subcontratas de Palestina. (16)
La estrategia de «relocalización» forma parte de la política del gobierno israelí y causa despidos masivos de trabajadores en Galilea y el sur de Israel, especialmente entre las mujeres asalariadas de origen árabe, druso o judío-oriental (Mizrahí). Esta estrategia no es un invento israelí, la subcontrata es muy común en todo el mundo, en las relaciones económicas entre el primer mundo (EEUU, Europa y Japón) y el tercero (Asia, África y Sudamérica). Uno de los modelos más desarrollados de subcontratación es el mexicano. Entre 1980 y 1994 el número de trabajadores mexicanos en la industria maquiladora (fábricas de subcontrata) aumentó de 119.546 a 583.044, es decir, un aumento del 387,72%. El salario por hora en los EEUU era 9,84$ en 1980 y 17,30 en 1994. En México los trabajadores cobraban 2,16 $ la hora en 1980, 1,64 en 1990 y 2,60 en 1994. La evolución de los salarios en los EEUU y en México es el secreto del éxito de la industria maquiladora. (17)
De hecho, las maquilas se establecieron antes de que se firmase un acuerdo entre Israel y la OLP. Durante 8 o 9 años, las compañías israelíes han subcontratado fábricas palestinas; pero desde hace pocos años, esta situación se extiende a Palestina, Jordania y Egipto. La clase dominante israelí se concibe a sí misma como el poder regional económico y se concentra en la alta tecnología. Desde su punto de vista, la industria de trabajo intensivo han de situarse en la periferia de Israel, y la industria israelí de alta tecnología ha de depender de mercados extranjeros (EEUU y Europa) y operar según los designios de los dueños extranjeros o buscar uniones empresariales entre los industriales israelíes y los inversores extranjeros. En palabras del secretario y ministro de Cooperación Regional Peres: «El mundo se organiza como una casa de dos pisos: en el primero los acuerdos regionales y en el segundo las multinacionales». (18) O con otras palabras: «No buscamos la paz entre naciones, buscamos la paz entre mercados». (19)
Notas:
(1) Delta-Galil emplea 14.000 trabajadores en 40 fábricas distribuidas en 11 países. Cada mes la compañía produce 10 millones de prendas. Las ventas de Delta-Galil en 2005 fueron de 684 millones de dólares.
(2) Efraim Davidi, «Israel’s Economic Strategy for Palestinian Independence», Middle East Report 184 (September-October 1993), p. 24. Efraim Davidi, La estrategia económica israelí ante al independencia e Palestina, Informe de Oriente Medio nº184, septiembre-octubre de 1993, p. 24.
(3) El anterior embajador israelí en la Naciones Unidas, Gad Yaacobi, describió el encuentro entre Peres y Salinas de Gortari en Nueva York: Nos reunimos con el Presidente de México salinas y con el Ministro de Asuntos Exteriores, antiguo embajador de México en las Naciones Unidas. Salinas es un hombre muy menudo y nervioso, en un mes debe dejar la presidencia y en su país ha ocurrido una serie de asesinatos entre los muertos contamos al candidato oficial a la presidencia y al Secretario General del partido en el Gobierno. Peres colmó de elogios la evolución de la economía mexicana bajo el gobierno de Salinas (supimos después que tal evolución no era muy real). Peres habló del NAFTA como uno de los logros económicos y como modelo a seguir en economía regional y como éxito de la teoría de la globalización económica. En su New York Diary The Story of the Israeli Ambassador to the United Nations (Diario de Nueva York la historia del embajador de Israel ante las Naciones Unidas, editorial Miskal Yedioth aharonoth Books and Cherned Book, Tel-Aviv, 1997, p. 254, edición en hebreo). Tras estos hechos, Salinas de Gortari huyó del país al exilio acusado de participar en el asesinato de los líderes del partido en el gobierno, el PRI. El mismo día que entró en vigor el NAFTA comenzó la lucha en el estado mexicano de Chiapas, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se levantó en armas bajo el mando del Subcomandante Marcos.
(6) Arie Arnon (and others), The Palestinian Economy – Between Imposed Integration and Voluntary Separation (Leiden: Brill, 1997) p. 21. Arie Arnon y otros, La economía palestina Entre la integración impuesta y la separación voluntaria Leidert Brill, 1997, p.21.
(7) Arie Arnon: 1997, p. 18; and Efraim Davidi (ed.), Anti-Globalization: Criticism of Late Capitalism (Tel-Aviv: Resling Publishing, 2003), pp. 106-110. In Hebrew. Arie Arnon y Efraim Davidi, Antiglobalización: crítica al capitalismo tardío Tel-Aviv, Resling Publishing, 2003, pp. 106 a 110. Edición en hebreo.
(8) Davidi: 1993, p. 25
(9) Arnon: 1997, p. 5
(10) Coordination of Government Activities in the Territories / Economic Branch, «Measures Supporting and Promoting the Palestinian Economy» (Tel-Aviv: Ministry of Defense, 1999) Coordinadora de Actividades Gubernamentales en los Territorios / departamento de Economía, Medidas de apoyo y fomento de la economía palestina, Tel-Aviv, Ministerio de Defensa, 1999.
(11) Robert Rubin in an interview with Hillel Kuttler in «Israel Fifty Years of Finance & Industry», supplement to the Jerusalem Post, May 5, 1998. Robert Rubin en una entrevista con Hillel Kuttler para Israel 50 años de economía e industria, suplemento del Jesuralem Post, 5 de mayo de 1998.
(12) Arnon: 1997, p. 88
(13) Haaretz, 8 de agosto de 1999
(14) Tras la elección del líder del Parido Laborista Ehud Barak como Primer Ministro de Israel en mayo de 1999, tuvieron lugar tres conferencias en el corto intervalo de tiempo entre junio y julio, todas acerca del futuro de las relaciones económicas entre Israel y Palestina. La primera, una reunión entre empresarios isarelíes y palestinos titulada «Negocios en Paz» en Tel-Aviv en el Hotel Sheraton (fuera políticos, los empresarios sabemos hacerlo mejor la tituló Oren Most, Director General de Cellcom Israel Ltd.). la segunda, una conferencia de economistas organizada por el Tel-Aviv College y el Trimestral económico (Economic Quarterly); y una tercera esta vez en Beit Jala, Territorio Palestino, donde se fundó PRIME (siglas en inglés de Observatorio de la Paz en Oriente Medio), que contó con el apoyo del Banco Mundial y la presencia de su vicepresidente el profesor y economista turco Kernal Dervis. Hubo una clara continuidad entre las tres conferencias. Eran un debate sobre la dependencia de la economía palestina de Israel y sobre si debía continuar tras el fin de la ocupación militar y el éxito de la independencia política. Las dimensiones de la dependencia las describió en el encuentro del Hotel Sheraton el ministro palestino Nabil Sha’ath cada año compramos productos israelíes y productos de otras nacionalidades importados vía Israel, gastamos en ello entre 2, 5 y 3 billones de dólares. La economía palestina es del tamaño del 7% de la israelí y aún así somos el segundo mercado más grande para los productos israelíes. La mayoría de los participantes israelíes en las tres conferencias, empresarios industriales o economistas, no veían ningún problema en que continuasen las relaciones económicas tras la independencia de Palestina. A los palestinos no les gustó oír al profesor Dervis del Banco Mundial declarase a favor de que Palestina abandonase la parte económica de su soberanía tal y como hicieron Francia y Alemania alegando que Francia y Alemania entraron en la Unión Económica desde un punto de partida más o menos igual que no es el caso de Israel y Palestina. Un punto de vista diferente presentó en la conferencia de economistas en Tel-Aviv el profesor Arnie Arnon de la Universidad Ben-Gurion (un prominente economista y miembro dirigente de «Paz Ahora») En su investigación, el profesor Arnie Arnon atribuye el estado de deterioro de la economía palestina a su dependencia de Israel y la única solución era poner fin a esta dependencia, ya que la estabilidad de la economía palestina es un requisito indispensable para la paz. Otro economista bien conocido, el profesor Ezra Sadan atacó a Arnon y dijo que «la independencia no funciona, al igual que Nicaragua con los Sandinistas. «
(15) Yediot Aharonot, August 13, 1999; and: Efraim Davidi, «The Israeli Economy and the Challenges of Globalization», Palestine-Israel Journal of Politics, Economics and Culture, Vol. VIII, No. 2, 2001, pp. 104-110. Yediot Aharonot, 13 de agosto de 1999 ; y Efraim Davidi, La economía Israelí y los retos de la globalización, Diario palestino-israelí de política, eonomía y cultura, vol. VIII, nº 2, 2001, pp. 104 a 110.
(16) Haaretz, 16 de agosto de 1999
(17) «La sous-traitance en peripherie, practique economique et rapport social d’exploitation», Alternatives Sud Vol. VI ,No. 1 (1999), p. 8.
(18) Shimon Peres, The New Middle East A Framework and Processes Towards an Era of Peace (Tel-Aviv: Steimatzky Publishers, 1997), p. 90. In Hebrew. Simón Peres, El nuevo Oriente Medio marco y proceso hacia una era de la paz, Tel-Aviv, Steimatzky Publishers, 1997, p. 90. Edición en hebreo.
(19) Palabras de Peres en una reunión con los periodistas del diario Davar en 1992. Se trataba de una reunión «off the record». Ver Efraim Davidi, «Globalization and the Economy in the Middle East – A Peace of Markets or a Peace of Flags», Palestine-Israel Journal of Politics, Economics and Culture, Vol. VII, No.1& 2, 2000, p. 34. Efraim Davidi, Globalización y economía en Oriente Medio Paz de mercados o paz de banderas, Diario palestino-israelí de política, economía y cultura, vol. VII, nº 1 y 2, 2000, p. 34.
* Efraim Davidi es miembro de la ejecutiva de Histadrut (sindicato israelí) e investigador del Centro de Estudios Regionales e Internacionales de la Universidad de Tel-Aviv. Es profesor de Economía e Historia Social de Oriente Medio en la misma universidad y es miembro del Instituto Internacional de Histadrut y el director académico del Colegio Económico y Social. Sus publicaciones incluyen varios libros sobre economía, trabajo, globalización e historia (todos en hebreo) y varios documentos en hebreo, árabe, inglés, francés y español. Doctorado en Historia del Trabajo por la Universidad de Tel-Aviv. Tiene un máster en Estudios de Paz y Desarrollo en la Universidad de Goteborg (Suecia). e-Mail: [email protected]
http://www.nodo50.org/csca