La reapertura de la demanda de Corrie contra Caterpillar Inc. pone de manifiesto la complicidad de las empresas en las violaciones de derechos humanosLa petición de la familia Corrie de reabrir la causa contra Caterpillar, fabricante de la excavadora que aplastó a su hija, Rachel Corrie, hasta causarle la muerte en la Franja de Gaza […]
La reapertura de la demanda de Corrie contra Caterpillar Inc. pone de manifiesto la complicidad de las empresas en las violaciones de derechos humanos
La petición de la familia Corrie de reabrir la causa contra Caterpillar, fabricante de la excavadora que aplastó a su hija, Rachel Corrie, hasta causarle la muerte en la Franja de Gaza en marzo de 2003, pone de nuevo bajo los focos de los medios de comunicación la cuestión de la responsabilidad de las empresas internacionales por su complicidad con las violaciones de derechos humanos.
Rachel Corrie, activista estadounidense por la paz, llegó a la Franja de Gaza en enero de 2003 como parte del Movimiento de Solidaridad Internacional. Murió al ser aplastada por una excavadora militar israelí Caterpillar D mientras intentaba evitar la demolición de una vivienda palestina en Rafá.
Aunque el conductor adujo no haberla visto, la evidencia fotográfica muestra que Corrie llevaba puesto un chaleco reflectante y daba gritos al conductor con un megáfono antes de que éste la arrollara y diese marcha atrás sobre su cuerpo destrozado.
La familia de Corrie presentó una primera demanda contra Caterpillar Inc., en el año 2005 por complicidad en violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra cometidos por el Ejército israelí, al suministrar excavadoras utilizadas para demoler viviendas palestinas violando la legislación internacional y sabiendo que se utilizaban para llevar a cabo abusos contra los derechos humanos.
La demanda alegaba que Caterpillar Inc., había sido perfectamente consciente de que las excavadoras que suministraba se utilizaban para cometer crímenes que violaban el derecho internacional por lo menos desde 2001, cuando grupos de derechos humanos y ciudadanos norteamericanos comprometidos comenzaron a notificar a Caterpillar que estaba siendo cómplice de violaciones de los derechos humanos al suministrar al Ejército israelí excavadoras que se empleaban para destruir viviendas. A pesar de ello, Caterpillar continuó suministrando excavadoras y repuestos esenciales para el Ejército israelí, poniendo el beneficio por encima del respeto a los derechos humanos
El caso fue desestimado en el año 2005 cuando un juez norteamericano admitió la argumentación de la compañía según la cual ésta no era responsable del modo en que el Ejército israelí hiciera uso de sus productos.
La petición de reapertura se produce en el contexto de las recientes medidas adoptadas por los principales sindicatos británicos de apoyar un boicot económico, cultural, académico y deportivo a Israel, así como la repetida demanda del gobierno holandés de detener la venta de grúas de la compañía neerlandesa Riwal al Ejército israelí para su uso en la construcción del Muro del Apartheid de Israel.
El Dr. Mustafá Barghouthi miembro del Parlamento palestino y Secretario General de la Iniciativa Nacional Palestina, expresó su apoyo a la familia Corrie en sus incansables esfuerzos por hacer justicia no sólo a la memoria de su valerosa hija sino de las víctimas palestinas de las violaciones israelíes de derechos humanos. Añadió que estas actividades y sanciones de la solidaridad internacional, como las que obligaron a terminar con el régimen de apartheid de Sudáfrica, constituían una forma de obligar a Israel a terminar con una ocupación de más de 40 años. En consonancia con ello, la INP ha pedido que se rescinda la cooperación militar y las inversiones en Israel, además de hacer un llamamiento a la solidaridad internacional, como medios efectivos de poner término a la Ocupación.
Traducción de Pablo Carbajosa para el CSCA (www.nodo50.org/csca)