Las fuerzas armadas del presidente sirio, Bashar al-Assad, se hacen más fuertes y ya tienen bajo control la mayoría del territorio que supo ser dominado por terroristas y rebeldes. En marzo pasado se intensificaron múltiples batallas en las cercanías de Damasco, capital de Siria, con objetivos encontrados entre las distintas partes. Por un lado, el […]
Las fuerzas armadas del presidente sirio, Bashar al-Assad, se hacen más fuertes y ya tienen bajo control la mayoría del territorio que supo ser dominado por terroristas y rebeldes.
En marzo pasado se intensificaron múltiples batallas en las cercanías de Damasco, capital de Siria, con objetivos encontrados entre las distintas partes. Por un lado, el ejército sirio y sus aliados buscan terminar de desterrar a los terroristas en las pocas regiones que le quedan controladas. Por el otro, los llamados «rebeldes» siguen su empresa con el fin de lograr derrocar al presidente sirio.
Rusia y la República Islámica de Irán participan en la alianza militar que defiende a Bashar al-Assad, y que en los últimos meses ha visto incrementar sus fortalezas, siendo reflejo de esto los resultados de las distintas batallas donde obtuvieron sendas victorias. En contraposición, los Estados Unidos y la monarquía wahabí saudita, son los grandes financistas de los rebeldes que luchan contra el gobierno de al-Assad.
Recordemos que la Dinastía al-Assad gobierna la República Árabe Siria desde 1971, bajo el alauismo, rama religiosa que se desprende del chiísmo. Contraria al chiísmo, la otra rama importante del islam es el sunnismo, el cual predomina en la monarquía saudí bajo un ala aún más radical llamada wahabismo. Entonces, estas diferencias religiosas se manifiestan en los conflictos armados, sus alianzas militares y políticas. Siria cuenta con el apoyo iraquí, iraní y de la agrupación libanesa del Hezbolá, por formar parte de la denominada «medialuna chií» al tener conducción de origen chiíta. El reino saudí, gran aliado estadounidense, es un principal financista de los «rebeldes moderados» que pretenden el derrocamiento del presidente de Siria.
Ya recuperado el total de las tierras que tuvo en su dominio el Estado Islámico (ISIS), el ejército sirio busca tener en sus manos la totalidad de las zonas ocupadas por otros grupos terroristas como Yaish al-Islam y el Frente al-Nusra, que utilizan y entienden a la yihad (concepto de la guerra sagrada) como obligación religiosa para combatir.
Guta Oriental, la región clave del conflicto en la actualidad
Este territorio se encuentra en el oriente de la provincia de Damasco siendo una zona principalmente rural. Dicha región, que se hallaba casi en tu totalidad bajo dominio de las facciones yihadistas del Frente al-Nusra y Yaish al-Islam, está atravesando una serie de disputas que están dando victorias importantes para el ejercito de Siria.
El terreno de Guta Oriental es difícil para los combates, ya que se sabe de la existencia de múltiples túneles en los que se manejan los grupos yihadistas.
La localidad de Duma, parte del Guta Oriental, venía siendo eje de distintos conflictos que llevó a la población civil a convocar varias manifestaciones pidiendo la retirada de las tropas yihadistas. Finalmente, hace unos días una nueva victoria del ejército sirio les permitió ocupar tierras al oeste de la ciudad de Duma. Tras esta batalla, las tropas oficialistas recuperaron la ciudad de Al-Rihan y se espera que este triunfo los dejé en mejores condiciones para una futura entrada final. Se prevé que una victoria de esa índole podría significar la derrota final de las facciones terroristas dentro de Siria.
Desde el gobierno sirio y el Ministerio de Defensa de Rusia, ya anunciaron que están reconstruyendo las tierras recuperadas en la zona de Guta Oriental mientras miles de personas están volviendo a sus hogares.
Las victorias del ejército sirio
Las victorias de las fuerzas armadas de Bashar al-Assad se están dando de manera constante en los últimos meses. Al norte de Damasco, las ciudades Imarah y al-Yamqaliyah fueron recuperadas por el gobierno nacional, junto a otras seis más. Luego se anunció la recuperación de otras tres ciudades, Yur Jamqaliyah, Yur Abu Dardah y Al Mashiya. Muchas de estas liberaciones de las distintas regiones mencionadas fueron, podemos decir, victorias diplomáticas, ya que se lograron mediante acuerdos políticos sin la necesidad de llegar a nuevos combates.
Por esto, tras victorias militares y acuerdos políticos, los opositores al gobierno nacional se encuentran abandonando regiones que ocupaban para que vuelvan a manos del gobierno de Bashar al-Assad.
Lo último…
Mientras los rebeldes y terroristas opositores del gobierno sirio abandonan las últimas ciudades de Guta Oriental, el pasado sábado hubo un nuevo ataque en Duma. Dicho bombardeo dejó un saldo de, al menos, cuarenta fallecidos y centenares de heridos. Según informó la ONG Cascos Blancos, el ataque se produjo el sábado por la noche cuando un helicóptero lanzó una bomba con lo que podría ser contenido químico.
Occidente, de la mano del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, acusa al Bashar al-Assad de haber utilizado armas químicas en Duma. Por su parte, voceros del gobierno sirio ya salieron a desmentir las acusaciones contando con el apoyo del gobierno de Putin. Desde Moscú sostienen que no se utilizaron armas químicas en los ataques del sábado pasado. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ya informó que se llamará a varias reuniones para evaluar el caso y el posible uso de elementos químicos.
Recordemos que a causa de los levantamientos de la Primavera Árabe, a finales del 2010, Siria ha entrado en un conflicto civil con diversos grupos militares y donde el presidente resiste en su cargo los intentos de derrocamiento. Con el tiempo, las potencias extranjeras comenzaron a intervenir con mayor relevancia en la guerra, especialmente los Estados Unidos y Rusia, en apoyo a las distintas facciones.
Hasta el momento, el conflicto dejó más de 400 mil bajas, entre militares y civiles, sumado a los 5 millones de desplazados, aproximadamente.
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