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La guerra de Israel que viene

Fuentes: Al-Ahram

Traducido para Rebelión por Susana Merino

«La guerra no es un paseo por el parque, ni para Estados Unidos ni para Israel. Pero uno no debería olvidar que Israel es un asentamiento creado en guerra y cincelado para una guerra perpetua. Israel ha nacido y crecido en el regazo del imperialismo y ese imperialismo lo patrocina aún hoy en día. En otras palabras, Israel no puede vivir, ni prosperar, ni sobrevivir sin la única ley que le dio vida: la guerra»

Desde hace bastante tiempo los israelíes se preparan para ir a la guerra. No sólo publicitan ampliamente sus maniobras militares sino que también han proferido importantes amenazas

Mientras prevaleció la política de alto riesgo, los israelíes llamados palomas compitieron con los halcones en la dureza de sus declaraciones. El ministro izquierdista de Defensa Ehud Barak parecía tan beligerante como el derechista ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman, junto a un Benjamin Netanhahuy comparativamente moderado.

La beligerancia Israelí mantenía la atención regional e internacional mientras los medios israelíes continuaban alimentando el delirio. Los analistas no han ahorrado tiempo en especular alrededor de la guerra y sobre algunos escenarios alternativos para el conflicto. Los comentaristas adelantaban su opinión sobre el momento y oportunidad de la batalla. Algunos decían que podrían producirse en algunos meses o semanas. Otros, citando expresiones del Jefe del Estado General Gabi Ashkenazi durante las recientes maniobras en el Neguev, dicen que tal vez en dos años.

En medio de este furioso alarde uno debe recordar que Israel vive por la espada. Israel es una entidad que nació fuera de la guerra y que sobrevive en guerra. No sería sorprendente que Israel quisiera la guerra. Es el destino de nuestra región. Mientras este producto fabricado por el imperialismo se mantenga existirá esta maldición, la guerra es una tormentosa posibilidad.

Veamos aún varios hechos destacados

Primero, Israel no va a emprender una guerra a menos que tenga la posibilidad de ganarla rápido y con pérdidas mínimas. Esto se debe a que Israel, siendo una entidad vulnerable, fabricada y ajena, está atormentada por un permanente sentimiento de inseguridad. Dada su demográfica vulnerabilidad, Israel teme dejar de existir. Israel fue implantado a hierro y fuego en el corazón de una región que no lo acepta. Es por eso que teme aún hasta perder una guerra. Se puede afirmar a partir del torrente de estudios que se han realizado sobre este tema, como también del sinfín de conferencias sobre la guerra, como la que tuvo recientemente lugar en Herzliya. Desde su creación Israel ha estado hablando interminablemente de guerra. Después de cada guerra los israelíes forman comités para analizar los aspectos fracasados. Esta clase de comités se formaron luego de las Guerras de 1973 y de 2006 en Líbano.

En segundo lugar, Israel no entra en guerra antes de obtener el permiso del país que lo patrocina y que protege siempre su orientación expansionista y las violaciones de la legislación internacional. El consentimiento estadounidense significa también a menudo el consentimiento europeo. Siempre ha sido así.

A la luz de los puntos exteriormente expuestos, que Israel no podría contradecir, uno debe evaluar la seriedad de las amenazas sumamente publicitadas por Israel. Los israelíes están siempre impacientes por aprender del resultado de sus guerras contra los árabes, y han aprendido una o dos cosas de sus dos guerras previas en Líbano y Gaza. Seguramente saben ahora que la superioridad de su máquina bélica no es garantía de victoria. También saben que una vez que estalla la guerra, no termina tan rápido como quisieran. También saben que no pueden mantener siempre la guerra fuera de su territorio y que no pueden reducir al mínimo las contingencias.

Éstas son algunas de las lecciones que también han aprendido en dura trayectoria a través de batallas con grupos que no prestaban atención al balance de poder, y a sus menores recursos sino a su mayor determinación. Los grupos de resistencia libanesa y palestina han actuado tan bien en las guerras recientes que muchos investigadores están observando en la Palestina ocupada la fortaleza de los grupos de la resistencia y de los «países que resisten», refiriéndose en este último caso a Siria e Irán. Las guerras de Líbano y Gaza han fortalecido en general la cultura de la resistencia árabe y puede impulsar a otros países de la región a reconsiderar sus posiciones.

Lo que estoy diciendo es que Israel deberá pensar seria y largamente antes de emprender otra guerra. Como reacción a las recientes amenazas de Lieberman, los oficiales sirios han dicho que cualquier guerra futura no le ahorrará a Israel el impacto en ciudades y zonas residenciales. Esa reacción firme y rápida como lo ha sido, es probablemente la razón por la que han atenuado sus declaraciones posteriores. En efecto, Netanyahu ha tratado de refrenar el optimismo y la arrogancia de Lieberman y de Barak dando algo de marcha atrás.

Y ¿qué pasa con los EEUU su guardián y protector? Pocos podrán discutir que cargada de deudas y de guerras EEUU está agotada y sin humor para emprender una tercera guerra en la región mientras Iraq y Afganistan están aún en llamas. Los EEUU temen perder en Afganistán si continúa esa interminable guerra contra un enemigo invisible llamado terrorismo. El costo de estas guerras coincidente con la demoledora crisis económica, le está costando caro a los EEUU. El vicepresidente Joe Biden dijo recientemente que el déficit estaba amenazando la seguridad nacional. Biden estaba espantado ante el déficit comercial de 1,6 billones, el presupuestario de 3,8 billones y el público de 12,4 billones.

Recientemente también China reaccionó con duras palabras ante la intención de Washington de proveer a Taiwan de armamento de última generación. Los chinos han protestado también con relación al encuentro del Dalai Lama con Obama del 16 de febrero. Existen razones para ello. China tiene gran cantidad de bonos del Gobierno de Estados Unidos y está comenzando a vender esos bonos en el mercado internacional, los estadounidenses podrían verse en dificultades. La importancia internacional de China está creciendo y los EEUU se da cuenta de que no podrá seguir desempeñándose solo por mucho tiempo más.

Algunas personas creen que el atizador de Israel es la preocupación de los EEUU por el programa nuclear iraní. Sabemos que los EEUU quieren crear bases de misiles en cuatro estados del golfo: Quatar, Bahrein, los Emiratos árabes y Omán. Pero ¿ha pensado EEUU que le será beneficioso atacar a Irán teniendo dos guerras abiertas en la vecindad que todavía no han concluido? Irán puede influir en la situación de Iraq y de Afganistán. Irán controla también el flujo de petróleo en el Estrecho de Ormuz. También Israel puede ser atacado por los misiles iraníes si Irán es atacado, porque no hace distinciones entre los EEUU e Israel. Además, los grupos de resistencia árabes están dispuestos a reaccionar ante cualquier ataque a Irán.

Por otra parte los estadounidenses no permitirán que Israel inicie una guerra que se le escape de las manos. Los Estados Unidos saben por lo experimentado en Iraq y en Afganistán que es más fácil comenzar una guerra que terminarla.

Hace unos meses algunos barcos de los EEUU atracaron en la costa de la Palestina ocupada para desembarcar tropas y armas sofisticadas para los ejercicios militares en el Néguev. En ese momento los analistas hablaron por un momento de la guerra, pero luego lo olvidaron. Las amenazas de guerra en Israel son un fenómeno habitual. Es un subproducto de la rivalidad partidista entre halcones y palomas, aunque a veces es muy difícil establecer diferencias entre ambos. Como con el despliegue de misiles Patriot en el Golfo para los EEUU se trata del modo de hacerse rápidamente de dólares para aliviar sus infortunios financieros.

«La guerra no es un paseo por el parque, ni para Estados Unidos ni para Israel. Pero uno no debería olvidar que Israel es un asentamiento creado en guerra y cincelado para una guerra perpetua. Israel ha nacido y crecido en el regazo del imperialismo y ese imperialismo lo patrocina aún hoy en día. En otras palabras, Israel no puede vivir, ni prosperar, ni sobrevivir sin la única ley que le dio vida: la guerra»

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Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2010/986/op3.htm