«No se trata solo de una tragedia personal, sino también de una terrible carga para Líbano, que acoge actualmente al mayor número de refugiados por habitante del mundo», alertó Ninette Kelly, representante del Alto Comisiariado de la ONU para los Refugiados, ACNUR. Los hombres, mujeres y niños que han huido de la guerra en Siria […]
«No se trata solo de una tragedia personal, sino también de una terrible carga para Líbano, que acoge actualmente al mayor número de refugiados por habitante del mundo», alertó Ninette Kelly, representante del Alto Comisiariado de la ONU para los Refugiados, ACNUR. Los hombres, mujeres y niños que han huido de la guerra en Siria suponen un cuarto de la población libanesa. Líbano «se tambalea bajo el peso de este problema. Los servicios sociales están bajo presión y la salud, la educación y las infraestructuras se caen a pedazos», advirtió Kelly.
ACNUR registra cada día 2.500 nuevos refugiados, más de una persona por minuto. Yehia, de 18 años y originario de Homs ha sido el número un millón registrado. Estudiante de Secundaria cuando comenzó la revuelta de 2011, se encontró bloqueado en la zona vieja de Homs, de donde pudo ser evacuado en febrero. Se dirigió a Yabrud, al norte de Damasco, pero entonces comenzaron los bombardeos sobre esta ciudad que el Ejército tomó en marzo. Vive en Líbano con su madre y dos hermanas, en un garaje en Dinniyeh, donde cientos de sirios más esperaban ayer para registrarse.
«Es una catástrofe. Mi madre ha vendido todo para poder pagar los 250 dólares de alquiler mensual», dice a France Presse. Cada vez más refugiados viven en garajes, tiendas y establos, muchos en zonas fronterizas afectadas directamente por la guerra. Según ACNUR, 80.000 personas necesitan ayuda sanitaria de emergencia y más de 650.000 recurren a la ayuda alimentaria para sobrevivir. «Líbano acoge la más importante concentración de refugiados de toda la historia reciente. No podemos dejar que soporte solo esa carga», señala el responsable de ACNUR, Antonio Guterres.
El impacto sobre Libano -escenario a su vez de crisis políticas recurrentes y conflictos armados desde el finl de la guerra civil- es inmenso, según la ONU. Según el Banco Mundial, la crisis siria ha costado a Líbano 2.500 millones de dólares en pérdida de actividad en 2013 y amenaza con arrojar a 170.000 libaneses a la pobreza este año.
Los servicios de electriciad, agua o alcantarillado, que ya presentaban importantes carencias, están ahora sometidos a una situación límite con el flujo de refugiados, así como los desbordados hospitales y escuelas. Los niños suponen la mitad de la población siria refugiada y el número en edad escolar sobrepasa los 400.000, eclipsando a los niños libaneses en las escuelas públicas.