Nada menos que la «agencia atómica» de Naciones Unidas recortó su pronóstico para el crecimiento de la energía nuclear a largo plazo… Y por tercer año consecutivo. La razón esgrimida: las vacilaciones realmente existentes tras el desastre nuclear, de dimensiones aún desconocidas, de Fukushima. El rayo mortífero-radiactivo que no cesa. Empero, la industria, asegura, aún […]
Nada menos que la «agencia atómica» de Naciones Unidas recortó su pronóstico para el crecimiento de la energía nuclear a largo plazo… Y por tercer año consecutivo. La razón esgrimida: las vacilaciones realmente existentes tras el desastre nuclear, de dimensiones aún desconocidas, de Fukushima. El rayo mortífero-radiactivo que no cesa.
Empero, la industria, asegura, aún podría doblar su capacidad. La expansión en Asia (China, Rusia, India) es el motivo [1].
De este modo, calculan (habría que ver cómo) que la capacidad total de generación de energía nuclear crecerá «entre un 17% y un 94% en el 2030» (¡qué horquilla!) dependiendo en una amplia gama de factores. ¿Qué factores? El crecimiento económico global según la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés). Es decir, no sabemos qué va a pasar… pero publicitamos lo nuclear. ¡Esa es la cuestión, ese es nuestro mantra!
El crecimiento, en todo caso, es menor que los porcentajes anunciados anteriormente: 25% y 100% (son pronósticos de 2012, del año pasado).
En el mundo «desarrollado», la agencia prevé que los bajos precios del gas natural y el más que probable incremento del papel de las energías renovables tengan un fuerte impacto en las perspectivas de crecimiento de la energía nuclear a corto plazo. Alemania, la primera economía de la UE, la cuarta potencia económica del mundo, ha anunciado un adiós definitivo a la industria nuclear. Quedan los residuos por supuesto. Para siglos.
La IAEA sigue afirmando, eso sí, que, a largo plazo, el crecimiento de la población, la demanda de electricidad, las preocupaciones ciudadanas por el cambio climático (como si la industria nuclear, contemplando todo su ciclo, fuera inocua) y la volatilidad de precios para otros combustibles apuntan (siempre han apuntado en la misma dirección para la Agencia atómica) a que» la capacidad de generación nuclear jugará un rol importante en la mezcla energética». Es su lema de siempre: ¡lo nuclear es el no va más y está siempre en primera fila de combate!
Existen actualmente 434 reactores de energía nuclear en el mundo y 69 en construcción (con graves problemas en algunos casos. El de Finlandia es ejemplo de ello) .
Empero, vale la pena insistir, el desastre de los reactores de Fukushima ha hecho subir los índices de radiación en grandes áreas. Alemania, Suiza y Bélgica han decidido abandonar la energía nuclear. En Japón no funciona en estos momentos ninguna central atómica. Incluso la IAEA ha tenido que reconocer que «algunos de los efectos del accidente en Fukushima Daiichi han incluido retiros anteriores a lo anticipado, el retraso o posiblemente la cancelación de nuevas construcciones de reactores y mayores costos debido al cambio de requisitos regulatorios».
Esperan, dicen esperar, que la capacidad global mundial de energía nuclear suba entre 435 gigavatios y 722 gigavatios en el 2030, que pueden compararse con los 373 gigavatios en la actualidad. En 2030 haremos cuentas; veremos en qué queda la cosa.
De entrada, las estimaciones en el 2012 fueron de 456 gigavatios y de 740 gigavatios. En el 2011, la previsión era de un crecimiento de entre 501 gigavatios y 746 gigavatios, mientras que en el 2010 fue de entre 546 gigavatios y 803 gigavatios. Respecto a 2010, una disminución en las proyecciones del 20% aproximadamente. A ver qué dicen en 2014 si Fukushima sigue abonando, como va a seguir abonando, el desastre nuclear en el que seguimos inmersos.
La IAEA aclaró que las previsiones más bajas «representan expectativas sobre el futuro si continúan las tendencias actuales de mercados, tecnología y recursos». Las proyecciones más altas, aseguran, «son mucho más optimistas, pero aún plausibles y técnicamente factibles». Hechos, pues, para teorías incorregibles, para grandes e insaciables intereses. Este es el punto. El negocio nuclear es el negocio nuclear… y sus corolarios atómicos-armamentísticos no están muy lejos del escenario.
Y mientras tanto, EFE ha dado recientemente la siguiente información sobre las «inversiones» en Hiroshima [2]:
Tras cerca de un mes y medio de investigaciones, TEPCO ha desvelado que «ha encontrado en el fondo de uno de los tanques de almacenamiento de agua radiactiva una pequeña grieta causante de sus filtraciones». Los técnicos de la central, que la semana pasada comenzaron a desmantelar el tanque defectuoso desde el que detectaron la primera fuga, «aplicaron espuma en las juntas de los contenedores para poder detectar el origen de las filtraciones».
Este tipo de tanques (350 en toda la planta) se fabricaron «tras producirse el accidente nuclear en marzo de 2011». Fueron ensamblados -¡la disminución del coste es la disminución de los costes y está siempre en el puesto de mando!- «con elementos más económicos como resina y fijaciones metálicas para unir las juntas en lugar de soldadura». A eso se le suele llamar «cálculo económico eficaz en búsqueda del máximo beneficio».
TEPCO cree que las fugas se han producido «después de que la presión del agua contaminada en el tanque agrandara el diminuto espacio observado entre las juntas del fondo del contenedor» [3]. Las fugas de los depósitos de agua radiactiva y el volumen de líquido que se acumulan en los sótanos de los edificios de los reactores (300 toneladas de agua se filtran diariamente al mar), suponen el principal desafío para los 3.500 trabajadores que luchan, con riesgos indudables y en condiciones que estaría bien conocer, por controlar y desmantelar la central.
¿Es lógico entonces apostar por lo nuclear? ¿Seguir apostando por lo atómico es «moderno» y «razonable»? ¿Afirmar, seguir afirmando, que es la nuclear una energía barata, segura, inocua, pacífica e incluso alternativa tiene algún fundamento? ¿Dónde reside la lógica y racionalidad de este socorrido lema? ¿Quién se atreve a sostenerlo?
Notas:
[1] http://lta.reuters.com/article/idLTASIE98904520130910?sp=true
[2] http://www.publico.es/470838/una-grieta-en-un-tanque-responsable-de-la-fuga-radioactiva-en-fukushima
[3] El problema surgió, recuérdese, a mediados de agosto, cuando se detectó una fuga de unas 300 toneladas de agua muy radiactiva en ese tanque que «al igual que el resto de los cerca de 600 contenedores que alberga la planta» se usa para almacenar el líquido que se emplea posteriormente «para refrigerar los reactores y mantenerlos en parada fría». El Gobierno nipón manifestó su disposición de involucrarse a nivel logístico y financiero con medidas «como verter al océano agua con bajos niveles de radiación o congelar el subsuelo alrededor de los reactores».
Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia)
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