Jóvenes palestinas y palestinos, una generación bien preparada, con altos estudios, lideran la «Intifada de la generación de Oslo». La «Autoridad palestina» pierde sus juguetes favoritos: «las conversaciones de paz» y los acuerdos de Oslo. Su presidente, Abbas, anda perdido entre su ineficacia y su nefasta visión y gestión políticas. Busca un salvavidas para pasar […]
Jóvenes palestinas y palestinos, una generación bien preparada, con altos estudios, lideran la «Intifada de la generación de Oslo». La «Autoridad palestina» pierde sus juguetes favoritos: «las conversaciones de paz» y los acuerdos de Oslo. Su presidente, Abbas, anda perdido entre su ineficacia y su nefasta visión y gestión políticas. Busca un salvavidas para pasar a la historia con honores, pero esta generación llamada «La de Oslo» se los niega.
Una generación llamada la de Oslo toma la alternativa y sale a la calle con los pechos al aire a tirar piedras y recibir balazos del ocupante, una generación que cuando se firmaron «los acuerdos de Oslo» no había nacido o tenía pocos años, una generación que en la segunda Intifada eran espectadores de algo que no entendían pero tragaban humos y gases de aquella revuelta del Aqsa. Esta generación de jóvenes sin futuro, a pesar de su gran preparación académica y profesional, se topa por la mañana y por la noche con algo que solo se puede calificar de cárcel al aire libre, un muro que mide ocho metros de altura, que les impide llegar a su destino en cinco minutos andando y son obligados a tardar medio día en llegar. Una generación que desde que se ha despertado a la vida solo han recibido malas noticias de familiares, amigos, vecinos… muertos o encarcelados. Una generación que sufre la humillación a diario en los controles del ocupante. Una generación harta de esperar a que sus mayores se hagan con la situación y les abran horizontes. Esta generación de Oslo hoy toma las riendas y se decanta por una Habba هبه (Intifada, Levantamiento). Hoy nos dicen no más humillaciones, no más apartheid, no más trampas con las mal llamadas «conversaciones de paz». Hoy, esta generación certifica la muerte de los acuerdos de Oslo, un cadáver maloliente que se mantenía en conserva desde hace 16 años.
Frente a todo esto, la OLP ha expresado su pesar porque el Cuarteto para Oriente Medio haya decidido cancelar su prevista visita a la región a solicitud de Israel. Después de tantos años de ser sus favoritos para seguir con el engaño, ahora les dejan en la estacada. ¡Ya no les sirven! Les han usado y ahora les tiran, pero ellos siguen queriéndoles. ¡Hay amores que matan!
La ONU condena la violencia de «Israel» contra los palestinos. ¡Y con esto que hacemos! ¿Con qué se come esto? …Condenas, rechazos, repulsas… etc. Palabras y más palabras, para adornar los cuerpos de las y los caídos palestinos, ¿Hasta cuándo? 67 años de penurias y muertes que sufre el pueblo palestino a manos de estos salvajes sionistas venidos de todas partes menos de Palestina. Pero la conjura mundial sigue vigente desde aquel nefasto día el 2 de noviembre de 1917, que en la Declaración Balfour, en la cual Inglaterra concede un país propiedad de otras personas a otra gente, lo que en realidad es propiedad de otro pueblo. Esto fue fruto y sigue siendo de una cultura colonialista que al día de hoy se sigue llenando las mentes de mucha gente de Europa, donde se auto proclaman tutores de otros pueblos, hasta llenar páginas de recomendaciones y mensajes que mandan a los otros pueblos con mil y una excusas, pero todo se encuadra en el denominado «patriarcado» intelectual que alimenta invasiones y colonialismos. Uno de los pretextos; son los derechos humanos. Bien, DDHH sí y ante todo, pero tú no debes por querer aplicarlos, violar el primer artículo «El derecho a la vida» obligando a la gente a que los apliquen o que los respeten matándoles, de este modo te conviertes al igual que los fanáticos que dices que violan los DDHH. El sionismo fue y sigue siendo el brazo armado en la zona para esta majadería de querer hacer a la gente a sus semejanzas o colonizarlos, para dominarlos y aniquilarlos como es el propósito del sionismo para con el pueblo palestino.
La nueva Intifada, la de la generación de Oslo, levanta simpatía y solidaridad en todo el mundo, pero el apoyo más cercano les llega de su gente en Palestina usurpada en 1948. Las manifestaciones y huelgas generales en estos territorios han llenado las calles al grito de: «Somos parte viva y activa de nuestro pueblo palestino». «Los lugares santos son sagrados y son línea roja». «Los cristianos y los musulmanes estamos unidos en la defensa de nuestros lugares santos en Jerusalén». «Al-Quds (Jerusalén) es la capital eterna de Palestina». Estos son algunos de los mensajes que lanzan los palestinos de Palestina usurpada en 1948, en sus manifestaciones y enfrentamientos con las tropas sionistas.
¿Veremos el fruto de esta Habba? ¿Marcará la generación de Oslo un antes y un después? Tal vez lo veamos, si el imperio del mal y la Autoridad palestina no lo impiden.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.