Las multitudinarias concentraciones en Tahrir, los muertos en las calles en enfrentamientos contra la Policía, la oposición de las principales fuerzas políticas y la presión internacional no sirven para disuadir a los militares de su afán por conservar cuotas de poder en el nuevo Egipto que está naciendo. El jefe de la Junta Militar egipcia, […]
Las multitudinarias concentraciones en Tahrir, los muertos en las calles en enfrentamientos contra la Policía, la oposición de las principales fuerzas políticas y la presión internacional no sirven para disuadir a los militares de su afán por conservar cuotas de poder en el nuevo Egipto que está naciendo.
El jefe de la Junta Militar egipcia, Husein Tantaui, ha dicho que las Fuerzas Armadas mantendrán «el mismo lugar» en la nueva Constitución, en declaraciones a los periodistas.
«El lugar del Ejército ha sido el mismo en la Constitución anterior, es el mismo en la actual y será el mismo en la próxima Constitución y en todas las constituciones «, afirmó Tantaui, que ya fue ministro de Defensa durante el anterior régimen
Sin embargo, el movimiento popular se opone a las intenciones de los militares . Precisamente, las prerrogativas que se quiere reservar el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas fueron el motivo de la protesta en Tahrir el pasado día 18, que derivó en enfrentamientos entre la policía y manifestantes que se extendieron durante toda la semana pasada y en manifestaciones en varios puntos del país.
Los manifestantes se oponían a un documento propuesto por el ahora viceprimer ministro en funciones, Ali al Selmi, que otorgaba amplias cuotas de poder a la Junta Militar cuando se elabore la futura Constitución como el control del presupuesto de las Fuerzas Armadas y la potestad para declarar la guerra, entre otras.
De esta forma, los activistas han convocado una nueva manifestación multitudinaria en la plaza Tahrir para protestar contra las intenciones de los militares y hacer ver que ellos son los verdaderos protagonistas de la Revolución.
Además, el ministro francés del Interior, Claude Guéant, ha pedido a las autoridades militares egipcias que cedan el poder a los civiles y que instauren el «orden público» en el país «de otra forma». En contra de la junta militar, ha declarado que «estos excesos son absolutamente escandalosos». Estas declaraciones llegan dos días después de que el Gobierno de Estados Unidos también pidiera la Junta que cediera el poder «lo antes posible».
Recelo y dudas ante las elecciones
Pese a la inestabilidad que recorre el país, Tantaui ha reiterado que las elecciones legislativas se celebrarán en su fecha, desde el lunes, y que el Ejército tendrá una participación completa en la operación para garantizar la seguridad y culminar con éxito los comicios.
Así, el mariscal lanzó una amenaza a la oposición de las calles: «no permitiremos a los saboteadores su injerencia en las elecciones».
Se trata de un histórico proceso electoral, el primero tras la caída hace diez meses del presidente Hosni Mubarak, rodeado por la desconfianza de los miles de manifestantes en la plaza de Tahrir y las dudas sobre las intenciones de la Junta Militar.
Sólo alrededor de 16 millones de egipcios, sobre una población de 80 millones, están llamados a acudir a las urnas este lunes en la primera fase de un complejo proceso, cuya ronda inaugural quedará limitada a nueve provincias, entre ellas, El Cairo.
Y es que en los próximos 43 días, los ciudadanos estarán llamados a votar en doce jornadas para elegir la Asamblea del Pueblo (Cámara Baja), si bien cada una de las tres rondas se llevará a cabo en provincias diferentes.
Pero desde la calle desconfían de estos comicios. «No queremos elecciones, no nos fiamos, queremos un Gobierno revolucionario encabezado por Mohamed el Baradei o Abdelmoneim Abul Futuh», dijo el abogado Yaser Atef, de 27 años, sentado junto a la tienda de campaña donde ha pasado la última semana para protestar contra los gobernantes militares.
«Aquí la gente grita ‘Estado civil’ porque lo que queremos es un Estado que no sea ni militar ni religioso», afirmó Abu Husein, con una venda en la mano derecha. El joven asegura que recibió el impacto de una pelota de goma disparada por la Policía durante los violentos disturbios de esta semana.