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La larga espera de los coches limpios

Fuentes: Rebelión

«Dentro de diez años habrán miles de coches eléctricos en Tenerife»- nos decía un periodista en una rueda de prensa el 7 de julio de 1993, cuando se presentaba el primer coche eléctrico matriculado en España, en un acto en la ciudad de La Laguna. «Antes de diez años, el automóvil eléctrico producido en serie […]

«Dentro de diez años habrán miles de coches eléctricos en Tenerife»- nos decía un periodista en una rueda de prensa el 7 de julio de 1993, cuando se presentaba el primer coche eléctrico matriculado en España, en un acto en la ciudad de La Laguna.

«Antes de diez años, el automóvil eléctrico producido en serie para el gran público circulará por las calles» -leemos en un libro inédito titulado «La guerra secreta del petróleo», de Berguer y Thomas, editado en 1970 -.

La declaración se hacía el 21 de julio de 1967, al presentarse el prototipo eléctrico de la Ford «Comuta».

Hagamos cálculo: diez años después de 1967 es 1977; y diez años después de 1993, es el 2003.

¿Qué está pasando con la puesta en mercado de los coches alternativos?

¿Les contamos una historia para no dormir?

«Una historia para no dormir» -nos expresaba por teléfono el responsable de marketing de la pequeña empresa MDI el 29 de mayo del 2004- . Su empresa sigue a flote para tratar de sacar al mercado un coche que funciona con aire comprimido; que va a 120 kilometros por hora; que consume aceite de cocina y que depura el ambiente en vez de contaminarlo.

El coste de consumo del «combustible» (aire comprimido) es de un euro por ciento sesenta y seis kilómetros.

Cuesta nueve mil euros y hay 30.000 españoles esperando para comprárselo.

La historia para no dormir era que la Administración Pública no les ayuda a difundir su producto, y que los grandes medios resultan inaccesibles, y hasta les tergiversan las noticias.

La CIA les vigila su web www.motordeaire.com casi a diario, así como los militares estadounidenses.

UNA CAMPAÑA SILENCIADA

Hace catorce años, en 1991, comenzamos a difundir la existencia de coches eléctricos.

El entusiasmo fue tal, que organizamos una campaña basada en un concurso por las Universidades y Conservatorios, para crear carteles y músicas inspirados en los coches eléctricos.

Nos habían asegurado el apoyo total de fondos públicos. Sin embargo, al tiempo comprobamos que fuimos objeto de un silencio fúnebre administrativo de la administración autonómica y central en el que se expusieron toda suerte de contrariedades, a pesar de tener cartas de apoyo hasta del Gobierno chileno.

A pesar de ello, la campaña fue partícipe del Foro Global de la cumbre de Río’92, y fruto de ella recibimos información extraoficial de la homologación del modelo de coche eléctrico que resultó ser el primero matriculado en el territorio nacional.

Este coche lo hicimos circular por Santa Cruz de Tenerife de 1993 a 1994, y desde entonces se haya operativo hace 11 años dentro del ITER (Instituto Tecnológico y de Energías Renovables), cuyo gerente lo compró a título personal, alimentado exclusivamente de energías renovables.

Dada la participación en el frustrado concurso, editamos de forma casera un casete del que aún hay cien copias. No consiguieron del todo bloquearnos económicamente ni aislarnos como hacen con todas las iniciativas que amenazan directamente el archimillonario y asesino imperio petrolífero.

UNA HISTORIA PARA NO DORMIR

Seguramente, usted difícilmente sabe de los coches que funcionan sin petróleo. No son un tema para los currículos de las Universidades ni para conocimiento público.

El coche eléctrico ganó en velocidad al de motor de explosión en el siglo diecinueve, en 1892. Iba a 62 kms/h.

Los intereses de la explotación del petróleo los han silenciado a nuestra sociedad desde entonces.

Desde hace décadas, la divulgación de los mismos sólo se puede realizar en los llamados «rallies solares» que realizan pequeñas asociaciones autofinanciadas, a los que los grandes medios no pueden asistir.

En Barcelona estuvimos presente en uno de estos rallies el 13 de noviembre del 2004.

Todas las multinacionales de coches tienen prototipos de coches eléctricos muy avanzados y listos para salir al mercado desde hace décadas. Ahora la moda en ellas es mostrar de vez en cuando sus prototipos con los coches de Hidrógeno, para que los Gobiernos tengan algo que decir. Cuando estalló la guerra de Irak, en los Campus Universitarios de Nueva York y otros estados circularon los peores coches eléctricos que habían, para callar la boca a los estudiantes. La estrategia del Pentágono es sacarlos a un pequeño nicho de mercado, pero nunca darles las campañas publicitarias que requieren por televisión. El resultado psicológico es que la gente se cree que no hay más porque no funcionan. Y picamos.

La puesta en el mercado de los prototipos de las compañías multinacionales sigue siendo hace décadas un imposible, pues tienen que colaborar con los gobiernos, por lo que en este artículo ni nos detenemos en divulgar sus avanzadísimos prototipos.

Unicamente en las pequeñísimas constructoras independientes encontraríamos acceso al mercado.

Pero hay una gran alternativa: el coche de aire. Si comparamos ecnológicamente el coche de Hidrógeno con el de aire, se comprueba que este último es superior, ya que el Hidrógeno es altamente inflamable.

Además, el Hidrógeno precisa de una infraestructura muchísimo más cara, ya que tan solo el electrolito de la Pila (como se llama a la «batería» que lo produce) es de un mineral sumamente caro. Se habla sobre «prototipo de futuro» acerca del Hidrógeno porque conlleva negocio. Sin embargo los compresores de aire para el coche de motor de aire, así como su motor y la nula infraestructura que precisan, resultan tan baratos que apenas son sujetos a especulación.

Para dar a entender mejor toda esta información, y sobre todo para que haya un Foro de opinión pública, hemos creado la web www.ecocoches.com , siendo «ecocoches.com» ya una marca patentada.

CARACTERÍSTICAS DE LOS ECOCOCHES

Ecocoche de aire: el coche que respira; el coche que limpia.

De 200 a 300 kilómetros de autonomía. La carga de aire comprimido se realiza de forma rápida.

Ecocoche eléctrico: el pionero.

Aproximadamente 100 kilómetros de autonomía. La carga de las baterías precisa de 4 a 6 horas.

Ecocoche solar: el autónomo.

Autonomía total Aunque la carga de las baterías precisa de 4 a 6 horas, se puede cargar en marcha.

Ecocoche de hidrógeno: la apuesta comercial de los gobiernos.

Hasta 640 kilómetros de autonomía. La carga de hidrógeno se realiza de forma rápida.

HACIA LA DEMANDA PÚBLICA

Así mismo hemos creado otra marca patentada denominada «coches sin petróleo», para la organización social reivindicativa de la salida al mercado de estos «bienes de interés público».

La filosofía es que salgan al mercado ya sean coches eléctricos; de hidrógeno o de aire comprimido, pero que salgan a la calle.

No obstante, el objetivo final sería la fabricación en serie del coche de motor de aire.

A la pequeña empresa MDI autofinanciada sólo con las patentes a lo largo del mundo, que ha logrado autoconstruírse el chasis tras el rechazo de las multinacionales, les exigen una planta industrial gigante, para construír 30 coches a la vez, como condición de homologar el coche. Un cinismo gigantesco ya que no les dejan publicitarse.

La voz de los grupos ecologistas es la única solución para que esto cambie. A pesar de que activistas de Greenpeace fueron condenados a la cárcel en abril por haberse opuesto activamente a la guerra de Irak en Cádiz, es necesario continuar la lucha activa y eficaz.

Ellos se quejan de que los ecologistas no les apoyan porque son una empresa lucrativa, lo cual resulta una contradicción en la defensa eficaz del medio ambiente.

Este «despiste» lo observamos también nosotros hace una década en la citada campaña.

Los gobiernos no permiten la homologación de los ecocoches. Así de claro.

Hace 11 años, el 20 de mayo de 1994, el representante de la Fiat nos decía en una mesa redonda del Congreso «Naturmovil 94» frente a la prensa, de forma inaudita:

«En cuanto haya una demanda de 200 unidades, fabricaremos (el coche eléctrico) en serie».

Hoy hay 30.000 demandas del coche de motor de aire.

¿Qué ocurriría si el coche de motor de aire saliera al mercado? Simplemente, en una década – que es lo que tarda la gente en cambiarse de coche- el negocio del petróleo se arruinaría, y con él un sector de la sociedad actual inmensamente poderoso.

Los coches depurarían el ambiente en lugar de contaminarlo, ya que su filtro lo precisa, y el transporte sería tan barato, que como mínimo se podrían distribuir los objetos reciclados por el tercer mundo, acabando con este atroz consumo de recursos naturales actual. Las embarcaciones de motor de aire pueden usar la energía motriz del agua para ser autónomas y gratuitas. (¿Sabía usted que existen aviones electrosolares hace muchísimo tiempo, silenciosos y cargados por la luz?)

Imagínense qué ocurriría si se realizara una gran concentración pública frente a la fábrica del coche de motor de aire en Niza (Francia), con el lema «El coche de aire a la calle»: Aunque los medios no lo divulgaran, poco a poco se iría conociendo y la gente por fin se enteraría de que existen estos coches.

Políticamente es dificilísimo que salgan al mercado en Europa (los jefes de Estado saben de la existencia de los ecocoches), debido a la presión de nuestras gasolineras, pero lo importante es que la gente se entere.

La circulación de un sólo ecocoche es una amenaza: conducirlo da la certeza de adelanto tecnológico ya que no produce humos ni ruidos.

En Santa Cruz de Tenerife circulamos con un ecocoche eléctrico, que consume como una bombilla, y va a 60 kilometros por hora, velocidad urbana.

Aunque no sea el mejor ecocoche, el que esté al alcance del pueblo es un simbolismo de que los coches sin petróleo son posibles en la calle; de que otro mundo es posible.