Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
En respuesta a la matanza de manifestantes que las fuerzas sirias a las órdenes de Bashar al-Asad vienen perpetrando, la Unión Europea ha decidido hoy imponer sanciones a dieciocho sirios. La medida se ha adoptado después de que la Liga Árabe expulsara formalmente el pasado sábado a la delegación siria por la dura represión desencadenada a lo largo de los ocho meses de protestas transcurridos. En su nuevo informe, Human Rights Watch acusó al gobierno Asad de «crímenes contra la humanidad» por la matanza de manifestantes que empezó en el mes de abril, y pidió a las Naciones Unidas que impusiera un embargo de armas contra Siria y que llevara a los altos responsables del gobierno ante la Corte Penal Internacional para poder procesarlos. Hablamos con Bassam Haddad, director del Programa de Estudios sobre Oriente Medio de la Universidad George Mason. Nos dice que él se opone a una intervención exterior en Siria y reclama acciones no militares. «Las sanciones económicas que están imponiéndose sobre individuos particulares podrían funcionar», dice Haddad. «Sospecho que la defección de las clases empresariales de las filas del régimen va a continuar y a incrementarse con toda rapidez».
Amy Goodman: Continuamos hablando sobre Siria con Bassam Haddad, el director del Programa de Estudios sobre Oriente Medio de la Universidad George Mason. El Sr. Haddad acaba de publicar el libro titulado «Business Networks in Syria: The Political Economy of Authoritarian Resilience».
Bienvenido a Democracy Now! Bassam Haddad. ¿Qué trascendencia tiene lo que está aconteciendo? ¿A qué responde el subtítulo de su libro sobre la resiliencia de un régimen autoritario? ¿Cómo puede seguir manteniéndose Bashar al-Asad en el poder? ¿Quién está apoyándole?
Bassam Haddad: Bien, realmente el libro trata sobre una etapa anterior, la que fue de 1970 a 2005, durante la cual el estado aunó fuerzas con las altas elites empresariales para secuestrar el proceso de diseño de las políticas económicas creando así en gran medida los elementos desencadenantes de lo que estamos viendo hoy, a causa de la privación de la participación de la mayoría de los sirios por la polarización social que esas redes crearon entre ricos y pobres, entre poseedores y desposeídos y entre las regiones; todo eso ha hecho que en estos momentos seamos testigos de unas revueltas que prosiguen por todo el país a partir de una periferia a la que, en oposición al centro, se dejó siempre en un estado de total abandono.
En realidad, el régimen sirio ha sobrevivido a partir de una combinación de estrategias, incluida la violencia, aunque no limitadas a la misma. Pero sucede que estamos justo llegando al punto en que la fórmula ya no funciona más como consecuencia de la privación de derechos que padece la mayoría de los sirios, entre ellos los económicos, con total incapacidad para poder llegar a fin de mes y, también, desde luego, por la inexistencia de cualquier tipo de vía para poder corregir la situación política, para adquirir derechos o para defenderse. La revolución tunecina impulsó la revuelta siria quizás en un momento en que la situación siria aún no estaba tan madura como lo estaba en Egipto o en otros lugares. Creo que lo que estamos presenciando hoy es el comienzo del fin de la era del gobierno del Partido Baaz en Siria.
Amy Goodman: ¿Cómo acabará todo? ¿Cómo ve lo que está sucediendo, Profesor Haddad?
Bassam Haddad: En estos momentos no puedo realmente contestar a esa pregunta con seguridad. No creo que nadie pueda. Pero si nos ponemos a especular, no parece que el régimen sirio vaya a intentar o sea capaz de llegar a algún tipo de compromiso auténtico, especialmente una vez que la cifra de víctimas ha alcanzado los 4.000 muertos en Siria.
Tenemos un par de opciones. Yo no le daría mucha importancia a la decisión de la Liga Árabe. Por una parte, es importante que la Liga Árabe haya adoptado esa decisión porque es algo trascendental para otros actores, en el sentido de que esa decisión es una señal o preludio de algún tipo de intervención internacional, que será perjudicial para todas las partes implicadas, incluido el pueblo sirio, especialmente si llega a adquirir una dimensión militar o un tono militar. Por eso, por una parte, el juego está aún básicamente abierto; por otra, hay que condenar la violencia del régimen sirio con el lenguaje más duro posible.
Sin embargo, uno se pregunta quiénes son los actores que van a lograr los cambios. Creo que todos los actores implicados, incluida la Liga Árabe y sus estados miembros, aunque, en última instancia, la Liga Árabe es un club de autócratas y oligarcas que en realidad no van a mover un dedo para que pueda llegarse a ese tipo de resolución. De hecho, ellos mismos han oprimido a sus pueblos y ahora han mostrado que tienen ese deseo de que se acabe la violencia en Siria, pero no está muy claro cómo actuarían con sus propios pueblos en caso de revuelta.
Pero veo alguna especie de final en los meses venideros, cuando no semanas, que podría responder realmente a algún tipo de crisis económica dentro de Siria a la hora de financiar la represión de la revolución. En los próximos meses va a llegarse a un punto, y uno desearía que ocurriera antes, en que esto va a provocar un debate interno dentro del régimen sirio porque va a costar, incluso más que ahora, continuar con la represión y podría desencadenarse algún tipo de compromiso a nivel interno. Pero, aparte de eso, parece que el régimen sirio está dispuesto a combatir hasta el final, hasta la muerte.
Amy Goodman: ¿Puede hablarnos sobre la posibilidad de una intervención exterior? ¿Qué significaría eso para el pueblo sirio?
Bassam Haddad: La intervención exterior puede adoptar muchas formas. Si adopta la forma militar, si ocurre eso, nadie ganará, y el mismo pueblo sirio será en realidad quién más salga perdiendo. El rumor de la intervención exterior en la decisión de la Liga Árabe, que podría ser un preludio de la intervención exterior, y la decisión de la Liga Árabe de hablar en nombre de la democracia es algo extremadamente hipócrita en muchos sentidos. Es casi como si Israel se pusiera a hablar en defensa de la igualdad de derechos o los EEUU hablaran en nombre del derecho internacional. No creo probable que ese tipo de enfoque lleve a alguna resolución y, al mismo tiempo, parece una especie de callejón sin salida si no media al menos algún tipo de amenaza exterior. Y creo que esa amenaza debería adoptar formas que no sean las militares.
Las sanciones económicas que se han puesto en marcha contra algunos individuos concretos podrían dar resultado, como hemos estado oyendo y viendo y leyendo. En el caso de Aleppo, hay una lenta deserción de empresarios que anteriormente estaban apoyando al régimen pero que ahora están básicamente desertando, por decirlo de una forma suave. Sospecho que la deserción de las clases empresariales de las filas del régimen va a continuar y a incrementarse velozmente. Y es muy difícil decir cuándo se producirá el punto álgido. Pero parece que el mejor escenario, y este es desde luego un análisis frío, para algún tipo de conclusión en Siria podría venir dado tras firmes presiones económicas que hagan o fuercen al régimen a volver a elaborar sus prioridades.
Amy Goodman: ¿Qué piensa Vd. que deberían hacer las Naciones Unidas y EEUU?
Bassam Hadad: EEUU y la ONU son cosas diferentes, o deberían ser cosas diferentes, pero siento que lo más importante es que lo internacional -el entorno internacional o la comunidad internacional, por decirlo de alguna forma, aunque tengo mis dudas respecto a la cuestión de la comunidad internacional- debe continuar aplicando presiones diplomáticas, económicas y sanciones. Y, en todo caso, si surge la idea de desplegar fuerzas de mantenimiento de la paz -o intervención militar de algún tipo-, creo que si esas fuerzas no están compuestas por árabes, esa actuación no va a servir más que para exacerbar realmente la situación en detrimento del pueblo sirio.
Amy Goodman: Querría preguntarle un poco en general, como director del Programa de Estudios de Oriente Medio en la George Mason, sobre la creciente tensión con Irán; hay informaciones que dicen que el pasado sábado murieron 17 miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní en una explosión masiva de un depósito de municiones ubicado al oeste de Teherán, que entre los muertos de la explosión estaba el general Hasan Moghaddam, una figura clave en el programa de misiles iraní, y que la explosión destruyó la base donde se almacenaban las reservas de misiles Shahab de Irán, un tipo de misil capaz de alcanzar a Israel. La revista Time está citando una fuente de la inteligencia de Occidente que asegura que fue la agencia de espionaje israelí Mossad quien perpetró el ataque.
Bassam Haddad: No conozco con exactitud los detalles de lo que sucedió en Irán. Pero en relación con nuestra discusión, puede que la situación en Irán afecte de forma indirecta a lo que está sucediendo en Siria. La pasada semana, día más o día menos, hemos visto como han ido creciendo las amenazas que llegan de Israel respecto a la supuesta fabricación de armas nucleares por parte de Irán, y parece que como esta situación se propague y se llegue a algún tipo de pequeña escaramuza o confrontación, podría desatarse algo que no se espera, y una respuesta de Israel podría hacer que toda la situación escapara de control, lo cual, en última instancia, podría acabar siendo de ayuda para el régimen sirio porque detraería la atención de lo que está sucediendo en Siria y crearía la clase de caos regional que estamos intentando evitar, hablando o discutiendo en mi caso, sobre los peligros de una intervención internacional. Pero aparte de eso, no voy a especular más sobre ese incidente. Es aún demasiado pronto.
Fuente:
http://www.democracynow.org/