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Crónica sobre la operación militar "lluvia de verano"

La lluvia de críticas del último libro de Hernán Zin ‘empapa’ al Gobierno de Israel

Fuentes: elmundo.es

El secuestro del soldado israelí Gilat Shalit por parte de un grupo armado palestino el 25 de junio de 2006 desató una brutal respuesta militar del Gobierno de Israel sobre la franja de Gaza. La operación ‘Lluvia de verano’ dejó 405 palestinos muertos, 243 de los cuales eran civiles entre los que había mujeres y […]

El secuestro del soldado israelí Gilat Shalit por parte de un grupo armado palestino el 25 de junio de 2006 desató una brutal respuesta militar del Gobierno de Israel sobre la franja de Gaza. La operación ‘Lluvia de verano’ dejó 405 palestinos muertos, 243 de los cuales eran civiles entre los que había mujeres y niños. El periodista y escritor Hernán Zin vivió de cerca esta tragedia palestina.

En su último libro, ‘Llueve sobre Gaza. Vida y muerte en tierra sitiada’ , Zin relata lo que describe como un auténtico «castigo colectivo» contra los palestinos. La primera decisión del primer ministro israelí , Ehud Olmert, fue cercar la franja, prohibir la entrada o salida de personas, alimentos, combustibles o medicinas, impedir que los pescadores se hicieran a la mar y arrasar granjas y cultivos. La medida destrozó la economía del territorio .

«El Ejército israelí empujó a la población de esta paupérrima porción de tierra al hambre y la desesperación», narra en su obra Hernán Zin, testigo directo de los primeros estragos de la operación militar.

El bombardeo de la central eléctrica de Gaza «dejó a un 40% de la población sin luz y obligó a los hospitales a trabajar con los equipos de emergencia», explica el autor.

Ataque al derecho internacional

Hamas, que se hizo cargo del prisionero israelí , pidió al Gobierno de Israel que sacara de sus cárceles a 1.000 palestinos. Sin embargo, según el autor, la respuesta del Ejecutivo fue un ataque «al derecho internacional y a la Convención de Ginebra».

Hernán Zin, que asegura tener una deuda moral con los niños que vio morir , con los hambrientos y el sufrimiento del pueblo palestino, desea que «algún día Ehud Olmert responda ante la justicia internacional a las preguntas de ¿por qué cortó usted la luz y el agua?, o ¿por qué se pasó los derechos humanos por donde le dio la gana?».

Una familia palestina huyendo de Gaza. (AFP)

Una familia palestina huyendo de Gaza. (AFP)

El autor sufrió con la tragedia de la «gente de a pie», pero encontró cierto alivio en la esperanza que le transmitieron cientos de israelíes que luchan contra la ocupación de su país . Zin ha recordado a los cientos de jóvenes israelíes se han manifestado contra los 40 años de ocupación o a las más de 400 mujeres de Israel que se desplazan hasta los controles de seguridad para apoyar y protestar contra el trato que se les da a los palestinos.

«Yo hablo del Gobierno, no del pueblo de Israel», asegura el autor para referirse a las críticas contra la operación militar que se cobró la vida de 84 niños y 28 mujeres hasta el 25 de noviembre de 2006, día en el que Olmert decidió poner fin a la ‘Lluvia de verano’.

La hipocresía de la comunidad internacional

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ha acompañado al autor en la presentación de este libro asegurando que la obra ofrece una visión de «unos palestinos que se mueven entre la dignidad de un pueblo que lucha contra la ocupación y la desesperación».

Llamazares ha coincidido con Zin al describir la ofensiva israelí del pasado verano, olvidada por los medios de comunicación por el conflicto del Líbano, como una «operación de castigo contra la población de Gaza, violando todo derecho internacional y la Convención de Ginebra».

El coordinador de IU ha denunciado «la hipocresía y la pasividad de la comunidad internacional» mientras Zin abogaba por la desocupación como «el primer paso para el inicio de la solución del conflicto «.

Este libro le ha valido a Hernán Zin descalificaciones y amenazas de muerte por parte de algunos defensores de las actuaciones del Gobierno de Israel. El autor se ha defendido afirmando que «los ciudadanos del siglo XXI debemos anteponer el respeto por los derechos humanos, la democracia, la libertad y la justicia social, a toda religión o bandera».

http://www.elmundo.es/elmundo/2007/06/06/solidaridad/1181134046.html