El 6 de marzo se han realizado movilizaciones contra el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) en varias ciudades del Estado español. Esta jornada de lucha se ha desarrollado a tres días de las elecciones con el objetivo de denunciar al gobierno Zapatero y a la totalidad de partidos políticos institucionales, por haber votado durante […]
El 6 de marzo se han realizado movilizaciones contra el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) en varias ciudades del Estado español. Esta jornada de lucha se ha desarrollado a tres días de las elecciones con el objetivo de denunciar al gobierno Zapatero y a la totalidad de partidos políticos institucionales, por haber votado durante estos años a favor del actual proceso de privatización de la Universidad, iniciado por Aznar en 2001.
A la cabeza de estas convocatorias están las universidades de Catalunya y Andalucía, mediante la Plataforma Movilizadora en Defensa de la Universidad Pública (PMDUP) y la Coordinadora Andaluza de Estudiantes – No a Bolonia (CAE), respectivamente. Además se han sumado facultades de Valencia, Madrid, Burgos o Valladolid, a la vez que llevan meses habiendo movilizaciones en más universidades (Galiza, Euskadi…).
En terminos cuantitativos las manifestaciones han sido similares a las que se dieron a final de 2007 (unos tres mil estudiantes en Sevilla y más de diez mil en Barcelona), sin embargo una serie de hechos reflejan que se ha producido un salto cualitativo importante. El eje central de las reivindicaciones vuelve a ser la paralización del proceso de Bolonia y la derogación de la LOU, incorporando la derogación del Real decreto de Grado/Postgrado. Se ha realizado una muy buena y abundante propaganda sobre el contenido de las reformas universitarias (manifiestos, folletos, charlas, debates, cursos, mesas informativas, actividades, entrevistas en prensa, radio y TV…). Las movilizaciones han reflejado un grado superior de información y organización respecto a las anteriores, de forma que un gran número de estudiantes ha acudido a través de las diferentes asambleas de facultad y grupos de trabajo contra Bolonia que han ido naciendo y creciendo en los últimos meses. Se han sumado becarios, investigadores, profesores y trabajadores de administración y servicios, incorporando sus reivindicaciones específicas, así como organismos estudiantiles de institutos (que será a quienes afectará la LOU de lleno). También hay que resaltar la unidad con los autobuseros de TMB de Barcelona, con quienes se compartió la manifestación y las consignas del día 6: Bolonia NO, dos días SÍ!
El intento de frenar y aniquilar la lucha contra la LOU en la Universidad Autónoma de Barcelona
Enmarcado en la semana de lucha contra Bolonia, un grupo de estudiantes realizó el 4 de marzo un encierro simbólico en la Facultad de Letras de la UAB, reclamando al rector la convocatoria de una rueda de prensa donde hacer pública la grave situación financiera por la que atraviesa la universidad. El rector Lluís Ferrer no sólo se negó a las peticiones del Comité de Huelga, sino que instó a los estudiantes a «negociar con los mossos d’esquadra» y autorizó una dura carga policial contra los más de 200 estudiantes que estaban fuera de la facultad, reunidos en asamblea y en horario lectivo, apoyando a los encerrados (aquesta és la seva democràcia). Este hecho, que no se daba desde hacía más de veinte años, crea un peligroso precedente, sobretodo al tratarse de una universidad con gran tradición de lucha social como la Autónoma y en una situación en que proliferan acciones y encierros en diferentes universidades a lo largo del Estado español. Además, no podemos perder de vista que esta violenta acción policial autorizada por la dirección de la universidad, se da en un momento en que comienza a resurgir con fuerza en la UAB el movimiento estudiantil contra la privatización y donde se acaba de rechazar la entrada del Grado en Traducción e Interpretación y se ha paralizado en Comunicación, demostrando la posibilidad real de frenar los planes de Bolonia.
Teniendo en cuenta que al día siguiente del encierro estaba convocada en la UAB una charla central sobre Bolonia, una asamblea de campus y una manifestación hacia el rectorado donde se reunía el Consell de Govern, el plan del brutal desalojo policial cobra más sentido. Se trata de la repetición de los hechos de Sevilla de 2002 (ver recuadro), es decir, toda una provocación que esperaba una respuesta violenta descontrolada para así criminalizar al Comité de Huelga y separarlo del incipiente movimiento contra la mercantilización. Afortunadamente, al día siguiente, y a pesar de sectores de estudiantes que buscaban mediante la acción directa una venganza inmediata e individual, desde el Comité de Huelga se recondujo la rabia encauzándola hacia un incremento de la propaganda: explicando los acontecimientos, denunciando al rector y relacionando los hechos con la lucha contra la LOU. El resultado fue una asamblea de unos tres mil estudiantes que votó por unanimidad la dimisión del rector, seguida de una manifestación que entró en el rectorado de forma pacífica y que finalizó sin incidentes con un amplio llamamiento a la participación en los piquetes informativos de la huelga del 6M (que tuvo un seguimiento de más del 90%).
Es necesario extender el movimiento estudiantil apoyándose en las asambleas
Hemos de ser conscientes de que, utilizando el mismo guión que en el 2002 en Sevilla, han estado cerca de desmantelar el movimiento contra Bolonia de una de las universidades que se encuentra a la vanguardia de la lucha a nivel de Catalunya y del Estado español. Es necesario tener claro que hay que evitar acciones ultraizquierdistas que separan a la dirección del movimiento universitario del resto del estudiantado. Cualquier coordinadora o plataforma no debe separarse ni un milímetro del grueso del movimiento estudiantil -que aún tiene que crecer enormemente- para lo cual es imprescindible que sean los organismos de base (asambleas de facultad, grupos de trabajo, delegaciones de estudiantes…) quienes lleven la iniciativa y quienes tomen las decisiones. Además hay que insistir en que todas las acciones y actividades que se realicen deben tener como objetivo ganar para la lucha contra Bolonia al grueso de la comunidad educativa, así como al resto de la sociedad.
La tarea fundamental sigue siendo extender el movimiento contra la privatización de la universidad. En las facultades donde ya existen organismos contra la LOU y Bolonia es necesario llegar a un sector todavía mayor de los estudiantes. En las universidades donde aún no se está moviendo nada, es necesario que se creen organismos de base que ayuden a informar y movilizar a los estudiantes, favoreciendo su organización. También hay que profundizar mucho más los lazos con los trabajadores de la universidad (profesores, PAS…), así como con los organismos estudiantiles de los institutos. Esta extensión de la organización de base puede verse enormemente reforzada mediante un encuentro estatal donde participen los diferentes organismos que están luchando por la paralización del EEES y la derogación de la LOU y el Real decreto, y donde se pongan en común las diferentes estrategias y convocatorias. Todo ello sin perder de vista los reglamentos de las escuelas y facultades, de cara a ir ganando pequeñas pero importantes batallas, mediante el rechazo a la aprobación de los Grados y planes de estudio que aplican Bolonia.