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Imperialismo y subimperialismo

La militarización de las sociedades

Fuentes: Virginia Bolten

Las lógicas imperialistas y subimperialistas hacen de los asesinatos efectos colaterales. Los países que están interviniendo en la guerra en Siria tienen varios puntos en común, son capitalistas, utilizan máquinas de matar y los medios de comunicación para su provecho. Las alianzas permanecerán mientras se encuentren alineadas a sus intereses. La autodeterminación de los pueblos […]

Las lógicas imperialistas y subimperialistas hacen de los asesinatos efectos colaterales. Los países que están interviniendo en la guerra en Siria tienen varios puntos en común, son capitalistas, utilizan máquinas de matar y los medios de comunicación para su provecho. Las alianzas permanecerán mientras se encuentren alineadas a sus intereses. La autodeterminación de los pueblos combate este modelo enraizado en esta humanidad.

La Triple Entente y la Triple Alianza

Las alianzas entre los países beligerantes durante la I Guerra mundial fueron firmadas por ambos bandos entre las tres potencias predominantes de la época. Asimismo, la masacre contra el pueblo paraguayo a instancias de Gran Bretaña pero con la mano asesina de los gobiernos en los territorios denominados Argentina, Brasil y Uruguay también fue llamada Triple Alianza.

En Medio Oriente hay una nítida alianza entre 3 países. Israel y Arabia Saudí, son los principales socios de los EEUU en la región y son los países que destinan un mayor porcentaje de su PBI a gastos destinados a compra y desarrollo de armamento militar. En el caso de Arabia Saudí el grueso de las adquisiciones de armas, equipos y contratos son con los EE.UU. Mientras que Israel consagra la mayor cantidad de recursos al desarrollo de armamento y tecnología bélica. Ambos están creando una sociedad militarista donde la imposición de la fuerza es lo que prima, «la guerra es necesaria para la paz».

En su primera visita al Reino de Arabia Saudí, Donald Trump firmó acuerdos de miles de millones de dólares por la venta de armas. Arabia Saudí forma parte de la Alianza Militar Islámica contra el Terrorismo (IMAFT) creada en 2015 y que ahora cuenta con un fuerte impulso desde la Administración Trump. Este país de la península arábiga también lidera la coalición que desde el 2015 bombardea Yemen causando la muerte a más de 10.000 personas y dejando al país en un colapso sanitario; brote de cólera y según estimaciones de la OMS (organización mundial de la salud) a más de 20 millones de yemeníes con necesidad urgente de asistencia médica.

Los sectores industriales de producción de armas insertos en los gobiernos autoalimenta la construcción de enemigos internos y externos en las sociedades para imponer una lógica de estado militarista. Las consecuencias son las visibles en la región latinoamericana, donde se importan armas y entrenamiento de las fuerzas represivas del estado. Marielle en Brasil y Rafael Nahuel en Argentina son los hechos de mayor resonancia en los últimos meses, pero no los únicos. Los crímenes de estos estado son diarios, asesinando siempre a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Así como los asesinatos por las fuerzas represivas del estado suceden en todas las administraciones, la exportación y desarrollo de armas es independiente a los gobiernos de turno. Los denominados países desarrollados son quienes producen, venden y a su vez, compran estas armas.

Los recientes bombardeos en Siria, por parte de EE.UU. Francia y Gran Bretaña fueron la farsa de los acuerdos no tácitos entre países. Donald Trump tenía que mostrar firmeza. En la agresión se utilizó casi 110 misiles, la mayoría fueron interceptados por los sistemas de defensa rusos en Siria. No hubo confrontación entre EE.UU. y Rusia, hicieron algo para la espectacularidad de los medios de comunicación. Es de esperar que Rusia, uno de los mayores vendedores de armas a nivel mundial, tenga una mayor cantidad de pedidos por estos sistemas.

El pueblo palestino, que viene resistiendo la ocupación, está siendo masacrado diariamente por las armas israelíes. En la pacífica Gran Marcha del Retorno ya han asesinado a más de 40 palestinos. SIBAT, el conglomerado israelí de producción de armas, detalla en su página web que las armas son probadas en campo, es decir: asesinando palestinxs. Estas armas son las importadas por los estados asesinos de la región latinoamericana.

La realidad palestina es la misma que sufren los pueblos indígenas, el pueblo kurdo y el pueblo saharaui. Desde Virginia Bolten nos preguntamos, ¿hasta dónde permitiremos que se continúe la militarización de las sociedades?

Fuente: http://virginiabolten.com.ar/editorial/imperialismo-subimperialismo-la-militarizacion-las-sociedades/