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La represión continúa

La misión de los observadores en Siria se halla cuestionada

Fuentes: Le Monde/AFP

Traducido para Rebelión por Susana Merino

Se multiplican los llamados de la Liga árabe a retirar a los observadores enviados a Siria, ya que pese a su presencia, la sangrienta represión llevada a cabo por el presidente Bachar Al-Assad no aminora.

El lunes 2 de enero fue muerto un civil en el barrio Bayyada en Homs (centro) por disparos de las fuerzas de seguridad y otro agricultor por una bala perdida en ocasión de las intervenciones realizadas, en búsqueda de militantes, en el pueblo de Chaffounié, cerca de Damasco, informó el Observatorio sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Por su parte grupos de observadores realizaban el lunes un recorrido por Homs (centro de Hama) y Derah (al sur) donde comenzó el movimiento rebelde, para dar cuenta de la situación según la agencia de noticias SANA.

¿HACIA UNA RETIRADA DE LOS OBSERVADORES DE LA LIGA ARABE?

A pesar de seguir realizándo recorridos, la misión de observadores, que forma parte del protocolo que prevé detener las violencias, la liberación de los detenidos, el retiro del ejército de las ciudades y la libre circulación en el país, tanto para los observadores como para la prensa, a menos de una semana de su llegada, parece encaminarse al fracaso.

El domingo un organismo de la Liga árabe ha convocado al retiro inmediato del país de los observadores, porque estima que su presencia no ha producido ningún efecto sobre la represión de las revueltas por parte de las fuerzas del régimen. . La actuación del régimen constituye «una clara violación del protocolo árabe que prevé proteger al pueblo sirio. Asistimos a una escalada de violencia, más personas han sido muertas, incluso niños, y todo en presencia de los observadores» denuncia Salem Al-Digbassi, presidente del Parlamento árabe , comité consultivo integrado por parlamentarios de los 22 estados miembros de la Liga árabe.

Los comités locales de coordinación que organizan las movilizaciones sobre el terreno, han constatado el domingo la muerte de 315 civiles, 24 niños entre ellos y el arresto de 125 personas, entre las cuales 7 chicos, desde la llegada de los observadores.

POSICIONES CONTROVERTIDAS DEL JEFE DE LA MISION

La misión de los observadores árabes ha sido igualmente cuestionada por los oponentes sirios que acusan al régimen de dificultarla y expresan inquietudes por las «posiciones adoptadas» por su jefe, el general Mohammed Ahmed Moustapha Al-Dabi.

El jefe de la misión desmintió rotundamente el sábado, que uno de los observadores tuviera el propósito de basarse en un video sobre la presencia de tiradores emboscados en Deraa «No vió «snipers» (N.de T.: francotiradores) si los hubiera visto los hubiera mostrado», dijo a la BBC. Una visión diferente de esta es la que el investigador declaró en un video difundido por You Tube: «Hemos visto «snipers» con nuestros propios ojos. Vamos a pedirle al gobierno que los retire inmediatamente».

«Los observadores han permanecido demasiado tiempo en sus hoteles antes de ser autorizados a salir al terreno y sus recorridos se hacen bajo la mirada de los agentes de seguridad del régimen» afirma Jabr Al-Choufi, miembro del Consejo Nacional sirio, principal movimiento de la oposición siria al régimen de Bachar Al-Assad.

AÑO NUEVO SANGRIENTO

El domingo los militantes por la democracia han celebrado el año nuevo desfilando por miles en el país, en manifestaciones violentamente reprimidas por el régimen. En Hama, un pequeño de 7 años fue muerto por tiros de las fuerzas de seguridad que apuntaban al automóvil de su padre informó el OSDH, hablando del «primer mártir del 2012» Otros tres civiles fueron muertos en Homs, dos de ellos por misiles del régimen. En la provincia de Damasco, veinte manifestantes que habían izado la bandera siria de la independencia fueron heridos por disparos de las tropas, precisó el OSDH.

En Alepo, segunda ciudad del país, poco afectada hasta ahora por el movimiento contestatario, los jóvenes han inventado eslogans de apoyo a los rebeldes de Homs y Deraa. «Assad es el enemigo de Dios» han gritado también. «Año Nuevo sin hierros ni cadenas. Les deseamos un buen año a nuestros hermanos cristianos. Viva Siria Libre» se leía en una pancarta. En Zabadani a 50 km de Damasco, centenares de personas bailaban entre petardos, alrededor de un pino adornado con guirnaldas verdes. «El pueblo quiere que se vaya el asesino» coreaban sin descanso».