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Temporada de caza: Estadounidenses desechables

La muerte de un padre estadounidense y de su hijo

Fuentes:

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Cuando los estadounidenses viajamos al extranjero nos sentimos bastante seguros, sobre todo cuando visitamos los países de nuestros aliados y amigos. Después de todo, como ciudadanos del país más poderoso del mundo, la mayoría de los gobiernos adoptan extraordinarias medidas para evitar que sean afectadas sus relaciones con nosotros. Cuando sus militares matan a uno de nuestros ciudadanos afectan nuestras relaciones diplomáticas y conducen a la condena internacional, sanciones o algo peor.

Existe un país en el que cuando se mata a un civil estadounidense o a nuestro personal militar apenas se toma nota, basta una condena a la ligera y normalmente ninguna investigación En realidad, nuestro gobierno se esfuerza extraordinariamente para proteger a ese país cuando mata a ciudadanos estadounidenses. Su reputación es más importante que las vidas estadounidenses.

El país, por supuesto, es Israel. Cuando se ven confrontados con la hipocresía del trato dado por EE.UU. a todas las demás naciones con un tipo de reglas y la exención de Israel de las mismas, nuestro gobierno y los medios inmediatamente citan nuestra «relación especial». Especial es correcto, Estados Unidos representa ahora el arquetipo de la mujer maltratada. Ante la mentira, el engaño, el robo o el asesinato, perdonamos, olvidamos y pedimos que nos den más de lo mismo. La aparición de ciudadanos estadounidenses como objetivos para los puestos israelíes de tiro al blanco va más allá de los recientes asesinatos y se extiende al suelo de EE.UU. con orígenes que datan de 1967. Durante decenios de aquiescencia del gobierno de EE.UU. y de autocensura de los medios, ha aparecido un patrón que suplanta el valor de una vida estadounidense y nos identifica como ciudadanos desechables para proteger la reputación de Israel. Tanto el gobierno de EE.UU. como los medios estadounidenses comparten la responsabilidad por la naturaleza desechable de las vidas estadounidenses.

NUESTROS MEDIOS PASAN POR ALTO LOS ASESINATOS

Hace dos semanas un padre estadounidense y su hijo fueron asesinados en su hogar en Nablus a las 3 de la mañana frente a la madre y dos hermanos por las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) [ejército israelí]. Tienes razón. No te informaron; no eran ni terroristas, ni agitadores, ni milicianos. Era simplemente una familia estadounidense que trataba de mejorar su vida bajo la ocupación más brutal del mundo de hoy. La razón para el bloqueo informativo será evidente más adelante. Nos informaron el 8 de julio cuando nos llegó el siguiente correo electrónico de una fuente en Palestina:

«En una conferencia de prensa de la madre de duelo, su hija y su hijo, la madre dijo que cuando llamó a la embajada de EE.UU., le dijeron que el nombre de su familia no está registrado en sus archivos como residentes en Cisjordania. La mujer les dijo entonces que no podía ser así porque durante la Guerra del Golfo la embajada los llamó y les ofreció ayuda para abandonar los territorios, o para suministrarles máscaras anti-gas, en caso de que no quisieran abandonar Cisjordania.

La mujer dijo «¿Cómo puede ser que éramos ciudadanos estadounidenses entonces y que no lo somos ahora?»

El doctor Salah y su hijo fueron asesinados el 6 de julio de 2004.

Este correo representó nuestro primer indicio de que estadounidenses habían sido asesinados en Palestina, El tema de que «no estaban en la lista» es irrelevante y da miedo. Si la embajada de EE.UU. de alguna manera perdió la pista de ciudadanos de EE.UU. en una zona de guerra, uno se pregunta de cuántos de nosotros pierden la pista regularmente. Bastante incompetente de parte de nuestro país, ¿no les parece? Sin embargo, los Salahs se identificaron como ciudadanos estadounidenses antes que los mataran y como hay un hijo estudiando en EE.UU., la excusa muestra su transparencia. Más investigación condujo a escasos detalles. Durante los días siguientes buscamos en los medios de EE.UU. para tratar de encontrar alguna mención. No encontramos nada. Como de costumbre, la prensa extranjera presentó la información. La prensa estadounidense la ignoró. Estadounidenses asesinados son noticia en todas partes, pero no en EE.UU.

El autor del correo electrónico es vecino de los ciudadanos estadounidenses que vivían en Cisjordania, el doctor Khaled Salah, de 54 años y su hijo Mohammed Salah, de 16. El doctor Salah y su mujer Salam son padres de cuatro hijos: Diana, de 23, Mohammed y Ali, de 11 y su hijo mayor que actualmente va a la universidad en Boston, para obtener su título en ingeniería eléctrica. Como ciudadano estadounidense, el doctor Salah recibió su doctorado de la Universidad de California, Davis.

El doctor Salah prefirió volver a Palestina donde podría ayudar más y estableció el Departamento de Ingeniería Eléctrica en la Universidad An-Najah en Nablus. La Universidad publicó la siguiente declaración: «La Universidad Nacional An-Najah condena el asesinato de su profesor, el profesor Khalid Salah, de la Facultad de Ingeniería, temprano esta mañana. El profesor Khalid Salah fue asesinado a sangre fría por las fuerzas de ocupación israelíes en su departamento donde vivía con su familia. Ambos fueron abandonados desangrándose durante cuatro horas hasta que fallecieron. No se permitió que los equipos médicos les prestaran primeros auxilios de urgencia. El profesor Khalid Salah nació en 1950 y comenzó su trabajo en la Universidad en 1979. El profesor. Khalid Salah era ciudadano estadounidense. Recibió su PhD en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de California (Davis) en 1985. Recibió su MSc en Ingeniería Electrónica de Gales en el Reino Unido en 1980.»

Dos semanas después de lo ocurrido, un desgarrador artículo sobre el asesinato del doctor Salah y su hijo apareció en el periódico israelí Ha’aretz, que publicamos separadamente.