Hace tiempo que las organizaciones ecologistas denuncian que la nuclear de Cofrentes es vieja, ineficiente e insegura. Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción del País Valencià y miembro de la plataforma «Tanquem Cofrens» da un paso más y explica que sólo hay un motivo para que permanezca abierta: mantener los beneficios de Iberdrola. La […]
Hace tiempo que las organizaciones ecologistas denuncian que la nuclear de Cofrentes es vieja, ineficiente e insegura. Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción del País Valencià y miembro de la plataforma «Tanquem Cofrens» da un paso más y explica que sólo hay un motivo para que permanezca abierta: mantener los beneficios de Iberdrola. La compañía, que declaró en 2010 unos beneficios netos de 2.900 millones de euros, cuenta con unos altavoces mediáticos prestos a difundir su argumentario y a ocultar los verdaderos riesgos de la energía nuclear.
El pasado 19 de marzo el Gobierno Central prolongó por diez años el funcionamiento de la nuclear de Cofrentes. ¿A qué responde esta medida?
Iberdrola ya solicitó esa prórroga hace un año y por supuesto deseaba esa autorización para que la central nuclear funcionara 10 años más. Hay que tener en cuenta que la instalación está casi amortizada y que las ganancias en este periodo son máximas. El Gobierno se pliega en este caso a los deseos de la compañía. Más aún si consideramos el último giro pronuclear del ejecutivo, ya que en la Ley de Economía sostenible ha desaparecido la referencia de los 40 años como periodo de vida útil de una Central nuclear, con la finalidad de prolongar su funcionamiento.
¿Confías en las inspecciones y controles anunciadas por el Ministerio de Industria tras la catástrofe de Fukushima y que, precisamente, comenzarán por la nuclear valenciana?
Ha sorprendido mucho al propio sector eléctrico esa decisión de Ministerio de Industria, dado que la autorización de la prórroga por diez años a Cofrentes se concedió de forma opaca, un día antes del comienzo del accidente de Fukushima. Parece que se van a supervisar los riesgos sísmicos y de inundación, aunque se supone que ya se revisaron con anterioridad. Creo que más bien es una excusa para continuar con la energía nuclear. En Alemania han sido más contundentes, y han cerrado las siete centrales más antiguas. Aquí solamente se «revisarán».
¿Existe el riesgo de una tragedia natural, como la ocurrida en Japón que llegara a afectar a la central nuclear valenciana?
Hay varios riesgos importantes. El riesgo sísmico existe. En 1748 hubo un terremoto de grado 6,2 que destruyó los pueblos de Montesa, Sellent y Estubeny situados a unas decenas de kilómetros de Cofrentes. La Central de Cofrentes está diseñada para resistir un seísmo máximo de ese valor aproximadamente. En 1982 las inundaciones (pantanada de Tous) aislaron la central en construcción del exterior y murieron varios trabajadores que se trasladaban a la misma, al ser arrastrado por las aguas el autobús en que viajaban. Dicen que la central en diseño soportaría la rotura de las presas de Alarcón y Contreras, que están aguas arriba de la planta. La altura de la nuclear sobre el río Júcar hace improbable una inundación externa, pero basta que se inunde la superficie donde está el parque de distribución de la energía eléctrica para que la central se quede sin conexión externa. Es dudoso que esa rotura sea simultánea, pero a veces no se piensa en que los accidentes severos provienen de una conjunción de sucesos, que en principio es poco probable.
¿Está preparada la central para resistir el impacto simultáneo de varias catástrofes naturales?
Dudo mucho que sea así en el caso de una inundación y un terremoto simultáneos, un tornado e inundaciones que actúan a la vez o la rotura al mismo tiempo de la dos presas. Aunque haya una redundancia de conexiones eléctricas con el exterior, pueden fallar todas. Lo hemos visto en Japón. Entonces quedan los generadores diesel para refrigerar la central, con tanques de gasoil solamente para una hora de duración. Además, ¿Quién pensó en un terremoto seguido de un tsunami en Japón, que inició el accidente nuclear más grave que hemos visto después de Chernobil?
El sistema de contención (Mark III) de la nuclear de Cofrentes es similar al de Fukushima. ¿Ofrece garantías?
Han salido publicados en The New York Times algunos informes de técnicos de la Comisión de Energía Atómica americana (el organismo regulador en ese momento 1972, antecesora de la actual NRC) donde se ponía en cuestión la integridad el sistema de contención Mark 1 en el caso de un accidente severo.
La Union of Concerned Scientists ya publicó esos informes en los años 70, que ahora de nuevo salen a la luz. Esa contención está presente en la unidad 1 de Fukushima, donde se inició el accidente nuclear del Japón, aunque también en Garoña que es gemela de esa central y el Mark 2 en otras unidades de Fukushima. Esa contención pretendía ser más sencilla y barata que la contención de los reactores PWR. El sistema Mark III es una nueva generación con más sistemas de seguridad para el caso de pérdida de refrigerante, pero tiene la misma filosofía y en Fukushima ya hemos visto que han fallado los sistemas Mark 1 y Mark 2.
¿La razón de mantener abierta la nuclear valenciana se explica por los beneficios de Iberdrola, propietaria al 100% de Cofrentes?
Evidentemente es una razón económica, pues podríamos prescindir de esa energía eléctrica generada, que casi iguala a la que exportó el Estado español en 2010. Una central casi amortizada, como Cofrentes, que ya ha hecho frente a sus costes de construcción, es una fuente increíble de beneficios. De entrada, porque producir energía le resulta mucho más barato. Además, porque en la subasta eléctrica pueden ofertar la energía a precio cero y esto le da muchas posibilidades de ser finalmente la escogida.
¿Qué peso tiene el lobby nuclear y, sobre todo, Endesa e Iberdrola, en el giro pronuclear del gobierno de Zapatero?
Un peso muy grande, que se vehicula a través del Ministro de Industria Sebastián. Ese Ministerio de Industria en su política diaria (subida de la luz, recorte a las primas de las renovables, apoyo a la energía nuclear) desarrolla una política que parece dictada por esas compañías eléctricas. El giro pronuclear es consecuencia de esa presión y que el propio Gobierno ha sido incapaz de cumplir con los compromisos electorales del PSOE, en el sentido de aprobar un calendario de cierre de las centrales nucleares.
¿Es Cofrentes una central segura? Según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no ha registrado accidentes graves
Se han producido recientemente varias situaciones de preemergencia nuclear por disparos de las válvulas de alivio y seguridad, que todavía no se han explicado. Hubo un incidente de caída de un elemento combustible en la piscina de combustible gastado que fue de nivel 1 en la escala INES. Hay, asimismo, una situación general de degradación del acero inoxidable de la vasija del reactor por corrosión debido al envejecimiento. Esa corrosión obligó a cambiar todos los accionadores hidráulicos de las barras de control en las recargas de 2005 y 2007. La Central ha tenido 105 sucesos notificables entre 1999 y 2009, con una media de 3 paradas no programadas del reactor por año.
¿Cuáles son las principales deficiencias de la central nuclear de Cofrentes?
Hay problemas comunes a todas las centrales, como la generación de residuos o la peligrosidad intrínseca de la energía nuclear, y otros particulares de Cofrentes. Tiene problemas sobre todo debido al envejecimiento y esto tiene repercusión en varias áreas de la central. Por ejemplo, existen grietas en algunas soldaduras (secador de vapor, accionadores de las barras de control) que han sido reparadas, pero con riesgo de que vuelvan a aparecer. Tienen otro tipo de problemas (inestabilidades termohidráulicas, vibraciones) que repercuten en la integridad de los elementos combustibles y hasta en el fallo de las válvulas de alivio y seguridad. Se han producido, además, incidentes con los elementos combustibles, pues su rotura contamina el agua de refrigeración, lo que le ha obligado a cambiar de suministrador con frecuencia. Ahora el combustible procede de tres fuentes diferentes (General Electric, Areva, Westinghouse).
¿Se informa convenientemente a la opinión pública sobre los llamados «incidentes» o «sucesos» y, en general, sobre los riesgos de la energía nuclear?
La comunicación de la información de esos incidentes por parte del CSN y de la empresa propietaria es deficiente. No se informa de las causas últimas de esos incidentes o directamente no se comunican. Ahí está el ejemplo de la fuga de partículas radiactivas en la Central de Ascó en 2007, que ahora está en los tribunales, donde los imputados, el director de la Central y el Jefe del Servicio de Protección Radiológica se niegan a contestar a los jueces y donde se ocultó esa información a la población durante meses. Siempre se intenta minimizar su importancia y restarle gravedad. El caso más patético lo tenemos con el Ministro Sebastián, que en declaraciones públicas comparó el temor al riesgo nuclear con el miedo atávico medieval a los eclipses de Sol. Después de lo visto en Japón seguro que se arrepiente de haber dicho semejante tontería.
¿Vecinos y trabajadores de la planta se ven afectados por la proximidad a la misma?
Cofrentes es la central nuclear española que irradia más a sus trabajadores, especialmente en las tareas de recarga del combustible y de mantenimiento. Esto afecta especialmente a los operarios de las contratas, que acceden a las partes de la instalación más comprometidas. En cuanto a los municipios del entorno, la población del Valle de Ayora y Cofrentes vive en un ay permanente. El incendio del transformador principal en agosto del 2007 elevó una gran columna de humo al aire, que se vio en todo el Valle. Era la primera vez que se veía salir humo desde la Central nuclear y el peligro que se intuía se hizo real. La preocupación que existe es evidente. Si a esa preocupación le sumamos la amenaza de la instalación del almacén de residuos nucleares (ATC), para albergar los residuos nucleares de alta actividad, en otro pueblo del Valle, Zarra, la situación es límite.
La central de Cofrentes empezó a producir electricidad en 1985. ¿Puede considerarse una central vieja?
La cuestión principal es que se trata de una central con un diseño de finales de los 60 y primeros 70, que obtuvo el permiso de construcción del Ministerio de Industria y Energía en 1972. Han pasado, por tanto, más de 40 años. Ese diseño, por ejemplo de la contención, no ha aguantado un accidente severo, como hemos visto en Japón. A nadie se le ocurriría conducir un coche en una autovía al máximo de velocidad o en situaciones límite con un vehículo diseñado hace 40 años. En cambio, los ciudadanos tenemos que soportar los riesgos de que una compañía eléctrica opere en una central nuclear con graves deficiencias y diseño obsoleto. Asimismo, la central se conectó a la red en octubre de 1984. En marzo de 2021 cuando expire la autorización ahora concedida tendrá 37 años. La Central de Fukushima 1 obtuvo la autorización para alargar su vida 10 años más unas semanas antes del inicio del accidente, cuando cumplía 40 años de vida. Los propietarios quieren alargar la vida de estos trastos hasta los 60 años. Pero no es ninguna casualidad que el accidente nuclear de Fukushima haya comenzado en la central más antigua del Japón. Esperemos que en Cofrentes no pase lo mismo y consigamos que el Gobierno la cierre antes.
Por último, ¿Qué acciones tiene previstas y en qué línea trabaja la plataforma «Tanquem Cofrents»?
«Tanquem Cofrents» lucha para que la Central cierre cuanto antes. Hablamos de un calendario de cierre ordenado y de abandono de la energía nuclear, comenzando por la central de Garoña, hermana de la de Fukushima 1 y continuando por las más antiguas. Estamos preparando, en este sentido, una gran manifestación para el mes de abril en Valencia, que visualice la oposición popular a la energía nuclear en el País Valenciano, que creemos es muy importante.
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