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La odisea de alquilar: la oferta es poca, cara y vieja

Fuentes: La Marea

En España, el parque público de vivienda no llega al 3%, por el 30% de Países Bajos, el 24% de Austria o el 20% de Dinamarca. El nuevo pacto de gobierno promete alcanzar el 20%.

Aunque algunos (desde políticos hasta empresas de seguridad) se afanen en poner el foco ahí, las cifras corroboran la evidencia: no, el gran problema de la vivienda en España no es la okupación. El precio, que las hace inaccesibles, o el altísimo número de casas vacías son cuestiones que pesan más y que parecen difíciles de resolver, incluso con la nueva Ley de Vivienda, que muchos expertos califican de poco ambiciosa. El nuevo pacto de gobierno alcanzado entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz también incide en este aspecto, y una de las principales medidas que incluye es el aumento del parque público de vivienda para alquiler asequible hasta el 20%.

Según el Índice Internacional de Alquileres del segundo trimestre de 2023 de Housing Anywhere (la mayor plataforma de alquiler de viviendas en Europa), que ha realizado este estudio analizando 64.000 propiedades, el precio medio de un apartamento en alquiler en Madrid es de 1.295 euros al mes, lo que supone un descenso del 1,4% respecto al primer trimestre del año actual, pero un aumento del 2,3 sobre el mismo periodo de 2022. En el caso de Barcelona, el coste se dispara hasta los 1.580 euros (un 9% más que un año antes). El crecimiento intertrimestral más pronunciado no se da en ninguna de las dos ciudades anteriores, sino en Valencia, donde un apartamento cuesta 1.300 euros (+18,2% en comparación con los tres primeros meses de 2023). Alejandro Inurrieta, economista y expresidente de la Sociedad Pública de Alquiler, asegura que la ley, sin un control de precios, “es papel mojado”.

Teniendo en cuenta que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España se sitúa en 1.080 euros al mes, y que el medio está en 1.822 euros (con datos del Monitor Adecco de Salarios), quedan pocas dudas de que la vivienda es casi un bien de lujo e inasumible para una gran parte de la población. Lo confirma el hecho de que, según el estudio Relación de salarios y vivienda en alquiler en 2022, elaborado por Fotocasa, el español medio dedicó el 43% de su sueldo bruto al pago del alquiler de su vivienda en 2022, frente al 40% que necesitaba en 2021. La cifra se dispara entre la juventud: el Observatorio de Emancipación de 2022 muestra que éstos deben destinar el 85,10% de su salario al alquiler de la vivienda y tendrían que invertir 3,9 veces su salario anual neto para pagar la entrada de una hipoteca.

Casas vacías, gente sin casa

Desde 2011 no había una cifra oficial en España de viviendas vacías. Entonces, el censo del Instituto Nacional de Estadística (INE) las cifró en 3.443.365. En el nuevo estudio del INE (publicado en 2023 con referencia a 2021) ha habido un cambio de metodología para el recuento –ya que ahora se usan los datos del consumo eléctrico– y el resultado es que hay 3.837.328 viviendas vacías y 3.458.435 de uso esporádico (entre uno y tres meses al año).

A pesar de la modificación en el sistema estadístico, Inurrieta no le da demasiada credibilidad a las estadísticas: “Todo lo que hay alrededor de la vivienda vacía es un agujero negro. Nunca sabremos, con la metodología actual, cuántas realmente podrían estar disponibles para sacarlas al mercado del alquiler”.

La cifra, en cualquier caso, contrasta con los datos, también extraídos del INE, de que en España 28.552 personas sin hogar son atendidas en centros asistenciales de alojamiento y restauración. Y choca aún más cada vez que desde las administraciones declaran la enorme dificultad que conlleva conseguir una solución habitacional para una familia que va a ser desahuciada.

En 2022, informa el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el número de lanzamientos practicados fue de 38.266, lo que supuso un descenso interanual del 7,5%. Siete de cada 10 lanzamientos (71,9%), en total 27.533, fueron consecuencia de procedimientos derivados de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), mientras que otros 8.509 (22,2 %) se derivaron de ejecuciones hipotecarias. Los 2.225 restantes obedecieron a otras causas.

En el primer trimestre de 2023, siempre a tenor de lo publicado por el CGPJ, hubo 6.579 desahucios (-40,6% respecto al primer trimestre de 2022). El 73,9% fue por impago del alquiler y el 19,9% por no poder abonar la hipoteca.

Si los datos anteriores se comparan con los de okupaciones: 16.726 denuncias en 2022 (menos que en 2021), según el Ministerio del Interior, no es difícil defender que no está ahí el mayor problema de la vivienda. Con más razón si se tiene en cuenta que, como apunta la Fiscalía General del Estado, sólo el 0,85% de esas demandas fueron por okupaciones en viviendas habitadas o segundas residencias (allanamiento de morada). La mayor parte, casi la totalidad, se dio por tanto en viviendas vacías (usurpación).

Pública y en alquiler

El precio sube y la oferta mengua. Con datos del estudio Mercado de alquiler residencial en España 2022, de Servihabitat, la oferta de alquiler se recortó en un 26,8% en 2022 sobre 2021 (sólo cayó un 5,6% la de venta), y casi un 50% respecto a 2020. En Idealista indican que el stock (el número de viviendas en alquiler respecto a la cantidad total de viviendas) se situó en el 0,85% en diciembre de 2022.

A ello hay que sumar la tremenda carencia de vivienda pública: en España no llega al 3%, por el 30% de Países Bajos, el 24% de Austria o el 20% de Dinamarca. “No hay vivienda pública y la poca que había se ha vendido a fondos buitres para hacer caja. Prima el negocio”, subraya Inurrieta. Y añade: “Si llegáramos al 20% o 30% que tienen en los países europeos, el valor de la vivienda caería, y eso no lo quieren los grandes propietarios y las constructoras”.

Para Inurrieta, el futuro es tenebroso: “En España esto ya es estructural. La vivienda va a seguir siendo un bien de mercado, no de uso. El mercado del alquiler es un medio de vida para mucha gente, un caldo de dinero negro, y les molesta que entren empresas formales y organizadas, que hagan que sea mucho más profesional. Habrá un porcentaje de la población que nunca conseguirá destinar menos de un 50% de su salario a la compra o el alquiler de una vivienda. Las condiciones seguirán siendo draconianas para mucha gente”.

Ley de Vivienda

Esta ley, que los gobiernos del PP ya han anunciado que boicotearán, parece quedarse muy corta para la magnitud del problema. Es una normativa “liviana, light, porque el PSOE recibió muchísimas presiones de los lobbies para que no entrara en lo que quería Podemos: el control de precios”, comenta Inurrieta. Por si fuera poco, algunos tratan de saltarse una de las medidas correctoras incluidas en la misma: la que habla de que “los gastos de gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato serán a cargo del arrendado”.

Jaime Palomera, cofundador del Sindicat de Llogateres i Llogaters, señaló en un hilo en Twitter que lo más habitual es que las inmobiliarias cambien el concepto de la factura y pongan un servicio que no has contratado, como servicio de asesoramiento o apoyo en la investigación de piso”. De igual forma, los propietarios particulares buscan vericuetos para soslayar el límite del 2% en la actualización anual de los contratos de alquiler.

¿Cómo son los pisos?

Ya se ha visto que la oferta de viviendas en alquiler es escasa y a precios prohibitivos. Y siendo eso grave, además las características de las casas (tanto en régimen de alquiler como en propiedad) dejan mucho que desear.
Recurriendo de nuevo al censo del INE, se ve que el 30,7% de las viviendas principales en España están en edificios que se construyeron antes de 1970, es decir, tienen más de 53 años. Y el 10,9% lo hicieron antes de 1950 (73 años como mínimo).

El caso más exagerado es el de Barcelona, donde el 61% de estas viviendas tienen más de 53 años. Le siguen en la estadística –que tiene en cuenta los municipios con más de 50.000 habitantes– otras dos ciudades catalanas: L’Hospitalet de Llobregat (con el 55% de los edificios anteriores a 1970), Santa Coloma de Gramenet (54%), Barakaldo (52%) y Madrid (51%).

En cuanto al entorno de las viviendas principales, también hay datos interesantes en el INE. Por ejemplo, el 30% están en una zona en la que hay molestias por ruidos exteriores (en la parte alta del ranking están Melilla con un 39%, Catalunya con el 38% y Baleares y Melilla con un 37%). En el 23% de los casos hay poca limpieza en las calles (36% en Melilla, 33% en Ceuta y 32% en la Comunidad de Madrid) y en el 21% pocas zonas verdes (55% en Ceuta y el 38% en Canarias).

Y en los servicios aparecen, de igual forma, importantes carencias: el 19,4% de las viviendas principales (3,65 millones) no tienen calefacción y el 21,1% (3,98 millones) no tiene instalación de calefacción, pero sí algún aparato que permite calentar alguna habitación (por ejemplo, radiadores eléctricos).

Fuente: https://www.lamarea.com/2023/10/25/la-odisea-de-alquilar-la-oferta-es-poca-cara-y-vieja/