La OMS afirmó que, pese a los más de mil casos confirmados, el mundo no se enfrenta a una pandemia como la de la gripe española, que en 1918 mató a millones de personas. La ONU, mientras, criticó las «reacciones exageradas». La secretaria general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, aseguró […]
La OMS afirmó que, pese a los más de mil casos confirmados, el mundo no se enfrenta a una pandemia como la de la gripe española, que en 1918 mató a millones de personas. La ONU, mientras, criticó las «reacciones exageradas».
La secretaria general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, aseguró en una intervención ante una sesión informal de la Asamblea General de la ONU que, pese a los más de mil casos confirmados en una veintena de países, nada indica que el mundo se vaya a enfrentar a una pandemia similar a la de la gripe española de 1918, que mató a decenas de millones de personas. «Pero, como ya he dicho, las cosas pueden cambiar», matizó.
El subdirector general adjunto de la OMS, Keiji Fukuda, reconoció que no tienen idea de cómo evolucionará el virus. Por ello, pidió extremar la vigilancia.
Para no crear falsos alarmismos, remarcó que, de momento, no se han registrado casos de contagio generalizado ni en Europa ni Asia. «Sigue habiendo infecciones relacionadas con viajes en varios países y el virus apenas se está desplazando hacia el sur. No hay ninguna prueba de que sea persistente ni de que haya contagios fuera de Norteamérica», explicó.
En esa línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apeló a la calma rechazando «las reacciones exageradas» y prohibiciones de viajar sin fundamento científico. «Las decisiones se deben adoptar de acuerdo con los datos científicos o la experiencia. Aquellas que no lo son, se deberían rescindir», recomendó.
Incidió en que «se deben evitar reacciones exageradas que no ayudan a contener la propagación del AH1N1 y, sin embargo, causan daños a nuestras economías, sociedades y pueblos».
En este sentido, se opuso a que se identifique la gripe con un punto geográfico concreto, en una velada referencia a las medidas discriminatorias contra ciudadanos mexicanos adoptadas en algunos países.
«La salud, el sustento y el bienestar de millones de personas están en juego y es esencial que comuniquemos con claridad lo que se sabe y lo que se debe hacer con respecto a una posible pandemia», sostuvo.
Al igual que Fukuda, admitió que se desconocen aún muchos aspectos del virus y el peligro que supone.
Las declaraciones de Ban fueron valoradas positivamente por el Gobierno mexicano. El presidente Felipe Calderón lamentó que algunos países con los que tienen excelentes relaciones hayan impuesto cuarentenas forzosas a sus ciudadanos.
Una semana después de que la gripe A saltara a los titulares de los medios, México comenzó ayer a recuperar cierta normalidad, aunque el número de infectados (727) sigue aumentando.
Sin embargo, en los últimos tres días no se han registrado muertes en México por este virus que, según el ministro de Salud, José Angel Córdova, está «en su fase de descenso» en el país. Aún así, aclaró que mantendrán las medidas de emergencia como el uso de mascarillas y la suspensión de eventos que concentren gran número de personas para evitar un contagio masivo.
El Gobierno de Distrito Federal decidió reducir el nivel de alerta en la capital por lo que a partir de mañana, los restaurantes, cafeterías y otros establecimientos abrirán nuevamente sus puertas. Las iglesias, museos y bibliotecas podrán reanudar sus actividades el viernes. No obstante, los centros nocturnos, salones de baile, cines, estadios deportivos, auditorios y cabarets seguirán cerrados hasta que el riesgo en México DF descienda a una fase amarilla.
«Debemos mantenernos en guardia. Las cosas siguen mejorando, pero nadie puede pensar que vamos a estar como un día antes de conocer la alerta del virus», manifestó el jefe de Gobierno de Distrito Federal, Marcelo Ebrad.
Aprovechó la comparecencia para presentar un Sistema de Alerta Sanitaria que, mediante una especie de semáforo, indicará el nivel de contingencia por la nueva gripe para saber qué medidas adoptar. Tendrá cinco fases que irán desde la máxima alerta hasta el nivel bajo.
«No están aislados»
Otro de los puntos de atención seguía en el hotel Metropark de Hong Kong. Sus huéspedes podrán abandonarlo el viernes. Ante las críticas recibidas, Thomas Tsang, responsable del Centro para la Protección de la Salud, remarcó en rueda de prensa que «no están aislados. Tenemos que mantenerlos en observación». Defendió la puesta en cuarentena incluso después de que fueran llevados a un hospital y dieran negativo porque hay un periodo de incubación.
Yuen Kwok-yung, del departamento de microbiología de la Universidad de Hong Kong, explicó que decidieron poner en cuarentena a los clientes del Metropark y no a todos los viajeros del vuelo en el que se desplazó el joven turista mexicano porque el riesgo de contagio «baja mucho en el avión frente a un hotel u oficina».
Por su parte, las autoridades de Suiza anunciaron que han puesto en cuarentena a los 250 soldados de un cuartel de Friburgo, al oeste, por la sospecha de que dos militares tengan la gripe. El domingo, un recluta de 21 años empezó a sentir síntomas de la enfermedad. Un compañero de habitación también mostró síntomas similares por lo que decidieron aislar a todos los soldados. El Departamento de Defensa no precisó si el afectado había estado en México o Estados Unidos.
Los servicios veterinarios, custodiados por policías, reanudaron ayer el sacrificio de cerdos en Egipto pese a las protestas. El domingo, al menos 12 personas resultaron heridas y 14 detenidas en el barrio Munshayat Naser en enfrentamientos con la Policía. Los criadores, en su mayoría de credo cristiano copto, intentaron evitar el traslado de los cerdos a los mataderos lanzando piedras contra los agentes, que emplearon gases lacrimógenos. «Ningún otro país, ni siquiera México donde se declaró la epidemia, ha ordenado su sacrificio. ¿Por qué aquí?», se preguntaba el ganadero Hani Sayed. Para, Butros Ruchdi, portavoz de la iglesia de Moqattam, la cuestión clave ahora es la compensación económica. «Si quieren matar a los cerdos, que lo hagan, pero que al menos compensen directamente a los afectados», subrayó.
Aunque Egipto no ha registrado ningún caso de gripe nueva, El Cairo ordenó matar a todos los cerdos, unos 350.000. Muchos ven motivaciones religiosas detrás de esta decisión, ya que nueve de cada diez egipcios son musulmanes.