La misión del organismo internacional se centrará en la denuncia del gobierno sirio de Al Assad, que acusa a los rebeldes de haber empleado un proyectil con sustancias químicas el pasado martes en Alepo.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) abrirá una investigación sobre el presunto empleo de armas químicas durante un ataque en Siria, dijo el secretario general del organismo, Ban Ki-moon. El funcionario precisó que la misión se centrará en la denuncia del gobierno sirio, que acusa a los rebeldes de haber empleado un proyectil con sustancias químicas el pasado martes en Alepo.
Ban reafirmó que el empleo de armas químicas tanto de un campo como del otro en Siria sería «un crimen monstruoso» y «contra la humanidad», en cualquier circunstancia. «La comunidad internacional necesita una garantía completa de que los arsenales de armas químicas están controlados de forma verificable», dijo el secretario general.
El régimen de Bashar al Assad y la oposición armada se acusan mutuamente de haber empleado armas químicas en las regiones de Alepo (norte) y Damasco. El gobierno formuló el miércoles a la ONU un pedido oficial para que los hechos sean investigados. Ban explicó que si un Estado miembro de Naciones Unidas solicita que se estudie el posible uso de armas con sustancias químicas, bacteriológicas o con toxinas, está obligado a indagar sobre los hechos.
Rusia apoyó la solicitud del régimen sirio, mientras que Francia y el Reino Unido pidieron al secretario general que forme una misión neutral para investigar todas las denuncias de uso de esas armas, incluyendo la de la oposición. «Estoy al tanto de que existen otras acusaciones por casos similares», dijo Ban. La oposición acusa al gobierno de haber empleado armas químicas en Khan al Assal, en las cercanías de Alepo, así como en Atayba, al este de Damasco.
París, Londres y también Wa-shington anunciaron su intención de solicitar una pesquisa a la ONU sobre «todas las denuncias» acerca del empleo de armas químicas en Siria. En una carta hicieron referencia a los casos de Khan al Assal y Ataybah y mencionaron «acusaciones de empleo de armas químicas en Homs (centro de Siria) el 23 de diciembre de 2012». La iniciativa provocó tensiones con Moscú, cuyo embajador ante la ONU, Vitali Churkin, quien preside el Consejo de Seguridad en marzo, insistió en que únicamente las denuncias contra la oposición siria sean investigadas y acusó a París y Londres de torpedear la demanda del gobierno de Assad.
Tras el anuncio de Ban, Churkin se dijo satisfecho. «Es una decisión valiente y muy buena», comentó. La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, dijo a su vez que su país «respalda una investigación sobre todas las acusaciones creíbles, sin excepción». Rice advirtió a Damasco que «habrá consecuencias si (el presidente sirio) Al Assad y quienes están a sus órdenes cometieron el error de emplear armas químicas o no respetaron su obligación» de conservarlas en lugar seguro.
Durante su visita a Israel, Obama advirtió nuevamente al régimen sirio sobre este punto y se dijo «muy escéptico» respecto de la posibilidad de que la oposición siria haya recurrido a armamento químico.
Ban estimó que «la cooperación plena de todas las partes», incluido «un acceso irrestricto» al territorio sirio, será esencial para la tarea de las Naciones Unidas. Precisó que la misión que estará a cargo de la investigación será preparada por sus servicios, en cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas. Los preparativos estarán relacionados con el mandato global de la misión, su composición y las condiciones de seguridad.
Atentado kamikaze en Damasco
Un alto cargo religioso suní. Mohamad Said al-Buti, favorable al régimen de Bashar al Assad, murió ayer en un atentado kamikaze contra una mezquita de Damasco, junto a 42 fieles que se encontraban en el lugar. En el ataque contra la mezquita Al-Iman en el barrio de Mazraa resultaron heridas además 84 personas. El kamikaze hizo estallar su cinturón de explosivos durante una ceremonia religiosa. La televisión siria mostró el suelo cubierto de cuerpos desmembrados y alfombras manchadas de sangre. Nacido en 1929, Al Buti era un jeque suní de origen kurdo que dirigía el departamento de Creencias y Religiones en la Universidad de Damasco, así como la Unión de Jeques del grupo de países que conforman Palestina, Siria, Líbano y Jordania.
Se graduó en 1965 en la prestigiosa Universidad de Al Azhar, en El Cairo, y fue miembro de los consejos de los institutos de Oxford y Taba, este último en Abu Dabi.
Desde el inicio de la rebelión en Siria en marzo de 2011, Al Buti había mantenido su respaldo al régimen y oficiado sermones ante el presidente sirio, Bashar al Asad, durante ceremonias oficiales para la oración del viernes en la mezquita de los Omeyas en Damasco.
Por otro lado, la ONU anunció que emprenderá una investigación formal sobre el posible uso de armas químicas en Siria en respuesta a la petición del Gobierno de Damasco, que acusa a la insurgencia de usarlas en un proyectil el pasado martes en Alepo, según declaró el secretari general, Ban Ki-Moon, que no descartó que la investigación que pueda ampliarse a las denuncias de la oposición siria contra el régimen por el mismo motivo.