Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Soldados sirios tratando de calentarse en medio de los escombros de Yarmouk
(MEE/Laila Benallal)
Mientras la guerra sigue asolando Siria, hay una zona que ha sufrido consecuencias devastadoras y que ahora está teniendo que encajar un nuevo golpe.
Aunque desde hace cuatro meses no ha entrado ayuda humanitaria alguna en Yarmouk, el campo de refugiados palestinos más grande de Siria, la ONU lo ha eliminado de su lista de áreas asediadas en Siria, según informaba el viernes pasado IRIN News.
Yarmouk, hogar en otro tiempo de más de 180.000 palestinos y sirios, lleva bajo ataque desde diciembre de 2012, cuando las fuerzas del gobierno sirio empezaron a bombardearlo. Su población ha quedado diezmada y decenas de miles de personas han tenido que huir para escapar de las bombas de barril, los arrestos y las duras condiciones del asedio.
En Yarmouk sólo quedan 18.000 personas. Durante más de dos años y medio, el asedio del gobierno sirio ha obligado a sus habitantes a alimentarse de piensos para animales y a comer gatos, perros callejeros y burros para sobrevivir. Las autoridades sirias vigilan los puestos de control por el norte, impidiendo que nadie pueda entrar o salir. El resto del campo se lo disputan entre la oposición y los grupos armados palestinos aliados del gobierno.
La ayuda médica, que brilla por su ausencia, ha llegado en contadas ocasiones y nunca de forma suficiente, según manifestaron sus habitantes a Middle East Eye, quejándose con frecuencia de que cuando por fin se permite que llegue alguna ayuda humanitaria, siempre es en las zonas vecinas de Yalda o Babila.
El pasado mes de abril, Yarmouk consiguió atraer fugazmente la atención mundial después de que el Grupo Islámico irrumpiera en el campo. A pesar de los tiroteos que se produjeron entre el EI y otros grupos de la oposición armada, los activistas contaron a MEE que la mayor amenaza siguen siendo las bombas de barril del presidente Bashar al-Asad, que caen de forma indiscriminada sobre áreas residenciales, escuelas y clínicas.
La ONU ha pedido repetidamente al gobierno sirio que permita el acceso al campo, condenando las catastróficas condiciones en que vive su población. Chris Gunness, portavoz de la UNRWA, describe Yarmouk como un «infierno».
«El acceso a Yarmouk en el contexto de los últimos años ha sido desastroso», dijo Gunness. «No hemos conseguido tener el acceso necesario y es cierto que no entramos en el campo desde el 28 de marzo, justo unos días antes de que el EI penetrara allí».
Aunque el acceso a Yarmouk no ha sido posible, sí se ha podido entrar en tres suburbios vecinos, lo que ha llevado al secretario general de la ONU Ban Ki-Moon a reclasificar el campo como no asediado en un informe publicado a finales de junio, según informaciones de IRIN News.
La máxima preocupación
Sin embargo, señala IRIN, la propia definición de la ONU de zona asediada se caracteriza por estar «rodeada de actores armados que impiden de forma sostenida que pueda hacerse llegar ayuda humanitaria, lo que hace imposible que civiles, enfermos y heridos puedan sobrevivir en la zona».
No ha sido la UNRWA quien ha reclasificado el estatuto del campo, la decisión la tomó el secretario general asesorado por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), que supervisa los programas de ayuda de emergencia de la ONU.
Valerie Syzbala, autora de un informe publicado en marzo por la Syrian American Medical Society Foundation (SAMS), dijo a IRIN que la OCHA no ha aplicado su definición de zona bajo asedio sobre una base consistente.
El informe de la SAMS reconoce 38 comunidades por toda Siria que la ONU debería considerar bajo asedio.
«La OCHA hace concesiones al gobierno sirio respecto a las zonas bajo asedio que considera que son apropiadas para hacer un buen trabajo», dijo Syzbala. «Esto implica sacrificar los medios para conseguir los fines. No es una forma de actuar adecuada, pienso que están haciendo más daño que bien».
Amanda Pitt, la portavoz de la OCHA, dijo a IRIN News: «Por el momento, no se considera zona asediada a Yarmouk, pero sigue siendo un área muy preocupante. Miles de civiles continúan atrapados allí y varios miles más han tenido que desplazarse a las zonas circundantes de Yalda, Babila y Beit Sham».