La variopinta oposición que hace siete meses se levantó contra el régimen de Siria, encabezado por el presidente Bashar al-Assad, logró reunirse bajo el paraguas del Consejo Nacional Sirio (CNS) a principios de este mes. El grupo se reunió el domingo 2 en Estambul, donde realizó el anuncio formal de su creación, explicó su estructura […]
La variopinta oposición que hace siete meses se levantó contra el régimen de Siria, encabezado por el presidente Bashar al-Assad, logró reunirse bajo el paraguas del Consejo Nacional Sirio (CNS) a principios de este mes.
El grupo se reunió el domingo 2 en Estambul, donde realizó el anuncio formal de su creación, explicó su estructura y objetivos y difundió una declaración fundacional.
Destacadas figuras internacionales aplaudieron el hecho, pese a que el gobierno de Siria amenazó con tomar «duras medidas» contra los países que lo reconocieran.
El canciller francés Alain Juppé declaró el lunes que Francia pretendía establecer relaciones con el CNS, en tanto la Unión Europea (UE) saludó el hecho que calificó de un «paso positivo».
El malestar popular en Siria comenzó en marzo de este año con reclamos de reformas y críticas contra la corrupción en el gobierno. Este respondió con promesas, pero no cumplió, lo que exacerbó las protestas. Las autoridades optaron por reprimir con tanques y balas dejando casi 3.000 personas muertas, estimó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Oposición inexperta
El núcleo del Consejo Nacional Sirio fue anunciado a mediados de septiembre, luego de negociaciones entre varios partidos políticos.
El SNC, con una asamblea general de 230 miembros, un comité ejecutivo de 29 y otro presidencial de siete, representa un espectro político amplio, de la izquierda a la Hermandad Musulmana.
Entre los miembros del comité ejecutivo hay cuatro kurdos, un asirio y varios cristianos, drusos y alauitas.
La preocupación inmediata del CNS es «tener una entidad sólida y bien fundada», dijo uno de los miembros, Ausama Monajed, a IPS. Hasta que no se consolide el liderazgo y la estructura, la organización se reunirá con gobernantes extranjeros.
El CNS apunta a «formar un órgano nacional que represente a la revolución siria, exprese sus objetivos de terminar con el régimen, logre un cambio democrático y construya un estado civil moderno», reza el documento divulgado desde Estambul.
La organización se considera un «paraguas político de la revolución en el concierto internacional», que se propone «difundir el mensaje del pueblo en el ámbito diplomático, inspirado en iniciativas anteriores e intentos de unificar a distintos grupos de oposición», añade.
También reconoce sutilmente las dificultades que tuvieron para reunir a la oposición.
«Es un acuerdo que abarca a los comités y a toda la oposición», dijo a IPS el activista conocido por el pseudónimo de Alexander Page, quien residió en Damasco hasta principios de este mes, cuando debió escapar tras verse comprometida su verdadera identidad. Trabajó en CNN, Hunffington Post, entre otros medios de prensa.
En la coyuntura actual no se podría haber formado un consejo opositor mejor, indicó. El SNC logró concentrar un notable apoyo popular, remarcó Page, quien mantiene contacto con varios grupos revolucionarios de Siria.
El Consejo rechazó de forma explícita la intervención extranjera «que socava la soberanía del pueblo sirio», remarcó el politólogo franco-sirio Burhan Ghalioun, presidente del CNS.
Intervención, asunto de extrema sensibilidad
Varios motivos alimentan los resquemores respecto de una intervención internacional, un asunto muy sensible por la propaganda interna del régimen y por la sombra de la participación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Libia.
El gobierno sirio sostiene desde marzo que bandas armadas lanzan ataques en el país, a lo que las fuerzas de seguridad respondieron aplastando los presuntos ataques.
El régimen sirio utilizará la carta de la intervención internacional para sustentar su fundamento de que gobiernos extranjeros atentan contra la soberanía de Siria. Sería perjudicial darle la oportunidad de legitimar su argumento.
A mucha gente le preocupa que de haber una intervención extranjera ocurra lo mismo que en Libia con la OTAN.
Cómo máximo, el CNS pedirá una zona de exclusión aérea o un área de contención, indicó Page.
El CNS buscará medidas para garantizar la protección de la población civil, como una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que disponga de observadores para ayudar a poner fin a la violencia, indicó Monajed.
La comunidad internacional debe «proteger a los civiles por todos los medios legales previstos en la carta de la ONU y las convenciones internacionales», dijo Hozan Ibrahimn, portavoz de la red de Comités de Coordinación Local de Siria e integrantes del CNS.
Complicaciones en el Consejo de Seguridad
El Consejo de Seguridad, por su parte, fue criticado por no buscar una voz unificada que condene la violencia, la muerte de civiles, las detenciones arbitrarias y la tortura.
Además, el doble veto de China y Rusia el martes 4 de este mes frustró una resolución que hubiera condenado a las autoridades sirias, así como las «sistemáticas y continuas violaciones de derechos humanos» y llamado a un «proceso político inclusivo», sin violencia ni intimidaciones.
Además del veto de Rusia y China, Brasil, India, Líbano y Sudáfrica se abstuvieron, lo que indica una dudosa solidaridad internacional para lidiar con la situación de Siria.
Rusia tiene fuertes vínculos empresariales con Siria. El mayor exportador de armas de Rusia, Rosoboronexport, seguirá vendiéndole armas, informó Reuters en agosto de 2011.
La UE y Estados Unidos ya impusieron sanciones contra Siria y, Turquía anunció la semana pasada que hará lo mismo.
«Por desgracia, Rusia solo espera el precio correcto para vender», dijo Monajed a IPS. Para ese país, Siria es una cuestión de dinero, interés regional e influencia, indicó.
El CNS espera que Occidente pueda presionar o llegar a un acuerdo con Rusia para que una resolución del Consejo de Seguridad permita que observadores de la ONU ayuden a evitar la muerte de civiles y obligue al régimen a responder por sus actos, indicó.