La oposición siria acusó al régimen del presidente, Bashar al-Assad, de preparar «una masacre» en Homs, uno de los bastiones de la revuelta en el centro de Siria y escenario ayer de marchas de protesta con motivo de la festividad del viernes. El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que, pese «al despliegue masivo […]
La oposición siria acusó al régimen del presidente, Bashar al-Assad, de preparar «una masacre» en Homs, uno de los bastiones de la revuelta en el centro de Siria y escenario ayer de marchas de protesta con motivo de la festividad del viernes.
El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que, pese «al despliegue masivo de fuerzas del orden», habrían tenido lugar muchas manifestaciones en Deraa (sur), Idleb (noroeste), en la propio Homs, en Hama (centro) y en Deir Ezzor (este), todas bajo el eslogan de «la huelga de la dignidad», en previsión de la huelga general convocada para el domingo.
Esta misma fuente denunció la muerte de diez civiles, entre ellos cuatro menores, durante la represión de las marchas.
Los también opositores Comités de Coordinación Local informaron de la muerte de cuatro «desertores» del Ejército sirio en Idleb aunque no concretaron las circunstancias.
Desde el exilio, el Consejo Nacional Sirio (CNS) aseguró que el régimen de Damasco estaría preparándose para cometer «una masacre» en Homs. «Todas las informaciones de que disponemos, los vídeos y los testimonios de militantes sobre el terreno coinciden en que el régimen se prepara para cometer un castigo colectivo para hacer callar la revolución en Homs, y así dar un ejemplo a otras regiones» de Siria, asegura el CNS, que agrupa a la práctica totalidad de las corrientes de oposición a Damasco.
En torno al clima de enfrentamiento y guerra en la región -la refinería cercana a Homs seguía humeando ayer tras el sabotaje de la víspera-, la oposición insiste en imputar al régimen toda la violencia. «Son ellos los que incendian las mezquitas, los que matan a los jóvenes y les torturan, los que secuestran a mujeres y niños», insistió.
Damasco señala, por contra, que hace frente a una revuelta crecientemente armada a la que imputa un intento de «propiciar enfrentamientos interconfesionales llevando a cabo ataques de tipo sectario».
Más allá de versiones, todo apunta a que el régimen prepara una vasta operación en Homs y que ha concentrado a miles de soldados y armamento pesado, además de erigir decenas y decenas de puestos de control alrededor de la ciudad.
Los alevíes de Turquía temen la caída de al-Assad
En Antakya, pequeña localidad turca cosmopolita en la frontera con Siria, la importante comunidad aleví defiende al presidente sirio y rechaza el liderazgo de Ankara contra el régimen de Damasco.
«Sabemos de primera mano que no hay opresión en Siria. Claro que hay problemas (…) pero hay que dar tiempo a al-Assad para que ponga en marcha las reformas democráticas», asegura Ali Yeral, presidente de la asociación aleví.
En Turquía, esta comunidad chií, arabófona -no confundir con los alevís anatolios, turcos o kurdos- la componen cientos de miles de personas que viven sobre todo en la provincia de Antakya y tienen fuertes lazos con el otro lado.
«Todo está tranquilo en Siria. La gente que viene de Lataquia nos asegura que hacen vida normal», asegura Suheyla Kocak, actriz del teatro municipal.
Yusuf Mutlu, restaurador, no duda en acusar de los incidentes a los Hermanos Musulmanes suníes sirios y teme una asimilación de su comunidad por parte del régimen turco, gobernado por el islamismo. «Si derrocan a al-Assad, masacrarán a los alevíes. Luego Hizbullah estará en el punto de mira y le seguirán Irán, Turquía y Arabia Saudí».