El Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa a la mayoría de las corrientes opositoras, pidió ayer «protección internacional» para la ciudad de Homs tras denunciar «masacres bárbaras» a manos del régimen. Tras exigir «el envío inmediato de observadores árabes e internacionales», instó a la ONU a «aplicar las leyes internacionales relativas a una ciudad atacada». […]
El Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa a la mayoría de las corrientes opositoras, pidió ayer «protección internacional» para la ciudad de Homs tras denunciar «masacres bárbaras» a manos del régimen. Tras exigir «el envío inmediato de observadores árabes e internacionales», instó a la ONU a «aplicar las leyes internacionales relativas a una ciudad atacada».
Las ONG opositoras denunciaron que el Ejército lanzó a primera hora de la mañana un ataque de envergadura contra varios barrios de la ciudad, bautizada como la «capital de la revolución» siria, y denunciaron «asesinatos» a manos de milicias pro-régimen. «Los cadáveres están abandonados en las calles», denunció el CNS, que aseguró que el Ejército estaría haciendo uso fuego de artillería, obuses y aviación.
Guerra abierta
El también opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) matizó que tanto el régimen como grupos de opositores armados, que identificó como desertores, estarían enfrentándose con armamento pesado y que habría «decenas de muertos y heridos en ambos campos». Vecinos aseguraron haber visto un camión repleto de cadáveres.
No era el de Homs el único escenario de una guerra abierta. El OSDH informó del despliegue masivo de soldados en la carretera internacional que cruza el gobernorato de Idleb (noroeste), tras enfrentamientos la noche anterior entre soldados y desertores cerca de la localidad de Hich. El autodenominado Ejército Libre de Siria reivindicó la muerte de nueve soldados en una emboscada en la zona.
Pero es, sin duda, Homs el epicentro del creciente enfrentamiento armado que se vive en Siria. El régimen trata de tomar bajo control los barrios suníes del centro de la ciudad, que los opositores comparan ya con Hama, que en 1982 fue arrasada para acabar con una insurrección ilsmista (20.000 muertos).
El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, prometió discutir con sus aliados en el Consejo de Seguridad de la ONU la petición de la oposición.
Damasco acusó a EEUU de implicación en la deriva armada del conflicto y pidió ayuda a la Liga Árabe.
Homs, ciudad industrial escenario de tensiones confesionales
Tercera ciudad de Siria, Homs es escenario de crecientes tensiones confesionales, y cada vez más armadas, que podrían desembocar en una guerra civil.
Si Damasco es la capital política y Alepo (norte) su ciudad comercial, Homs, con sus 1,6 millones, es su pulmón industrial.
En su extrarradio se hallan las refinerías de petróleo, los campos de gas, la línea de ensamblaje de coches Iran Jodro Company. Es, además, un cruce estratégico, por el que transitan las mercancías desde el Mediterráneo a Irak.
Pero concentra, asimismo, las tensiones confesionales del país y está dividida en barrios suníes, alauíes, cristianos y mixtos casi aislados y que conviven con dificultades.
Los suníes se tienen por los verdaderos habitantes de Homs y tratan con una mezcla de desprecio y envidia a los alauíes que llegaron en oleadas a partir de los sesenta, procedentes de las zonas rurales pobres de la región pero a los que acusan de haber sido mimados por el régimen con puestos públicos.
Homs alberga la academia militar que formó a los actuales líderes del Baath.