Traducido para Rebelión por Caty R.
Miles de yemeníes hostiles al presidente Ali Abdullah Saleh se han manifestado en Sanaa, hoy miércoles 16 de noviembre, para reclamar la suspensión de su país en la Liga Árabe, a la manera de Siria. Por otra parte, siete presuntos miembros de al-Qaida, entre ellos un iraní, un paquistaní y dos somalíes han muerto a manos del ejército en el sur del país, según un responsable local y algunos testigos.
El ejército bombardeó las posiciones de extremistas islámicos en la provincia de Abyane. Las fuerzas de Yemen, respaldadas por miembros de tribus y apoyadas por los drones estadounidenses están en guerra contra «los partidarios de la Sharia», un grupo vinculado a al-Qaida que controla la capital de la provincia de Zinjibar desde mayo, así como otras localidades de la provincia.
Precedente sirio
En Sanaa, los manifestantes gritaban «Ninguna garantía para el asesino», en referencia al presidente, en el poder desde hace 33 años. Las fuerzas leales al jefe del Estado dispararon al aire cuando los manifestantes se aproximaban a una residencia de Saleh en el barrio de Al-Hassaba.
El 12 de noviembre la Liga Árabe suspendió la participación de Siria en sus reuniones para protestar contra la represión del régimen del presidente Bachar Al-Assad de las manifestaciones que duran desde hace ocho meses y ha producido 3.500 muertos según la ONU.
El atolladero político es total en Yemen, donde los manifestantes reclaman desde enero la dimisión del presidente Saleh. Este último multiplica las declaraciones afirmando su disposición a dejar el poder, pero rechaza firmar un plan de salida de la crisis elaborado por las monarquías árabes del Golfo.
Fortalecimiento de los islamistas en el sur
El 21 de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU exhortó al presidente a firmar ese plan que prevé, especialmente, que deje el poder a su vicepresidente Abd Rabbo Mansur Hadi, a cambio de la inmunidad para él y su familia. La represión de los manifestantes que reclaman la dimisión de Saleh y los enfrentamientos entre fuerzas rivales han originado cientos de muertos desde enero.
En el sur y el este del país, Al-Qaida en la Península Arábiga (AQPA), nacida de la fusión de las ramas yemení y saudí de al-Qaida, ha aprovechado el debilitamiento del poder en Sanaa para fortalecer su presencia.