La oposición de Yemen rechazó el jueves sumarse a las conversaciones sobre una transferencia del poder organizadas por los países del Golfo Pérsico y fijó un plazo de dos semanas para la salida del presidente Ali Abdullah Saleh. La oposición dijo que la oferta de mediación de las naciones del Golfo, que contemplaba conversaciones a […]
La oposición de Yemen rechazó el jueves sumarse a las conversaciones sobre una transferencia del poder organizadas por los países del Golfo Pérsico y fijó un plazo de dos semanas para la salida del presidente Ali Abdullah Saleh.
La oposición dijo que la oferta de mediación de las naciones del Golfo, que contemplaba conversaciones a partir del sábado en Riad, no era suficientemente clara en relación a los plazos de la transición.
«Hemos renovado nuestro énfasis en la necesidad de acelerar el proceso de renuncia (de Saleh) a dentro dos semanas. Por ende no iremos a Riad», dijo el líder opositor Mohammed al-Mutawakkil.
Tratando de aplacar dos meses de protestas en Yemen y suavizar sus consecuencias para la región, los ministros de Relaciones Exteriores del Golfo Pérsico invitaron a Saleh y sus opositores a conversaciones sobre una transferencia del poder.
Arabia Saudita y los aliados occidentales de Yemen temen que una prolongada disputa desate choques entre unidades rivales dentro del Ejercito en la capital y el resto del país, generando un caos que podría beneficiar a una activa rama yemení de Al Qaeda.
Saleh ha aceptado el marco de las conversaciones propuesto por las naciones del Golfo, pero la oposición ha sido ambigua. Primero rechazó la oferta argumentando que no fijaba los plazos para la transición y que parecía ofrecerle inmunidad judicial al presidente.
Pero figuras de la oposición se reunieron luego con los embajadores de Arabia Saudita, Omán y Kuwait para tratar de aclarar el termino «transferencia de poder» mencionado por Consejo de Cooperación del Golfo.
Mutawakkil, sin embargo, dijo que la oposición podría llegar a un acuerdo sobre las garantías de que Saleh no será procesado, lo que deja el plazo de la transferencia del poder como el principal obstáculo.
«No encontramos en las aclaraciones que nos presentaron los embajadores nada que satisfaga nuestras demandas de una remoción inmediata», dijo el opositor. «No hubo nada nuevo de los embajadores del Consejo de Cooperación del Golfo».
Saleh, que ya ha perdido el control de varias provincias, advirtió sobre el riesgo de una guerra civil o la división de Yemen si es forzado a abandonar el poder antes de organizar elecciones parlamentarias y presidenciales en un plazo de un año.
Más de 116 manifestantes han resultado muertos en choques con las fuerzas de seguridad desde enero y existe temor a que la violencia pueda aumentar en la empobrecida nación donde la mitad de los 23 millones de habitantes tienen armas.
«Esto demuestra que la oposición no quiere diálogo o soluciones pacíficas, sino que quiere llegar al poder a través del caos», dijo el portavoz del partido de Gobierno, Tarek al-Shami, sobre el rechazo de la oposición a las conversaciones.
El Gobierno también acusó a las fuerzas del general desertor Ali Mohsen, cuyas tropas han estado protegiendo a los manifestantes en Saná, de capturar a dos soldados cerca de la zona donde tienen lugar las protestas.
Mohsen, emparentado con Saleh, ha aceptado la mediación de los estados del Golfo, pero no objetó el rechazo de la oposición.
El estancamiento de las negociaciones no pareció afectar la energía de las protestas en la capital, donde por segundo día consecutivo decenas de miles de manifestantes salieron a las calles.
Una transferencia de poder en Yemen podría durar técnicamente hasta las elecciones presidenciales del 2013, algo que la oposición considera inaceptable.
Saleh aceptó la realización de nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales este año como parte de una reforma política, pero dice que él debe permanecer en el poder para supervisar el cambio.