La petición del portavoz de la OLP y Presidente de la Autoridad Nacional Palestina ante la Asamblea de las Naciones Unidas, el pasado septiembre de 2011, de ingreso de Palestina como estado en las fronteras anteriores a la guerra de 1967 es el cénit de la carrera política de Mahmud Abbas y la constatación del […]
La petición del portavoz de la OLP y Presidente de la Autoridad Nacional Palestina ante la Asamblea de las Naciones Unidas, el pasado septiembre de 2011, de ingreso de Palestina como estado en las fronteras anteriores a la guerra de 1967 es el cénit de la carrera política de Mahmud Abbas y la constatación del fracaso de las negociaciones con la potencia ocupante, Israel. Negociaciones avaladas por el Cuarteto, las propias Naciones Unidas, Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos.
La Autoridad Nacional Palestina nació como fruto de esas negociaciones, que ahora cumplen 20 años tras su puesta en marcha en Madrid. Bush padre, forzó esas negociaciones y la presencia de Shamir, entonces primer ministro israelí a ellas, amenazándole de no avalar Estados Unidos la deuda exterior israelí. Esto tiene importancia, porque las presiones tienen efectos y es un instrumento que realmente no se ha ejercido ante los incumplimientos israelíes. El Proceso de Madrid fue la recompensa hacia los regímenes árabes que volvieron a alinearse con Estados Unidos y orillaron a un Iraq con pretensiones de ser la cabeza de un liderazgo árabe. El epílogo a la victoria militar de la alianza occidental con los regímenes del Golfo, que también coincidía con la implosión del bloque soviético y el fin de la guerra fría, se quiso ‘vender’ como un nuevo Orden Internacional donde fuera preeminente el derecho internacional y la diplomacia enmarcada en las Naciones Unidas.
Pero esas negociaciones y sus más de 19 Planes de Paz, Madrid, Oslo, Camp David, Taba, Annapolis,…que se han ido sucediendo han creado un monstruoso espectáculo, al ser un fin en si mismas, sin pretender resolver la ocupación.
Israel, que se proclama como Estado judío, despreciando el concepto de ciudadanía, dice que quiere dos Estados pero sigue colonizando y expropiando, día a día, incluso al día siguiente de cada firma de ‘acuerdo’ de paz. Impunemente.
La Comunidad Internacional cínicamente hace que cree en un Proceso de Paz, al decir que existen formalmente unas negociaciones. Paga unas donaciones a los palestinos, sin pedir indemnizaciones por la destrucción periódica israelí, reduce la ayuda a los refugiados palestinos y, sobretodo, refuerza una normalización con Israel, al que considera un Estado normal, como si no fuese ocupante, con limpieza étnica, con expoliación de recursos acuíferos, expropiaciones, con leyes racistas y que sigue vulnerando las resoluciones de las NNUU o el Dictamen de la Corte Internacional de Justicia con respecto a la construcción del Muro en Cisjordania,…Todas esas causas han provocado sanciones cuando los han cometido otros Estados por esa misma Comunidad Internacional. Las Convenciones de Ginebra, de la que todos los Estados son adherentes, no se aplican por Israel y no se lo exigen. La Comunidad Internacional pone como coartada esas ‘negociaciones’ para no obligarse a ser coherente y sancionar la ilegalidad israelí.
Por otro lado, la OLP se mantiene como representante del pueblo palestino, pero cada vez más carencias democráticas y suplantada, cada vez más, por el aparato al que la propia Comunidad Internacional ha fortalecido y dado la representatividad, la Autoridad Nacional Palestina y subsidiariamente a la clientelar Al Fatah. La ANP, con cerca de 160.000 funcionarios, vive de la ayuda internacional, en una economía y donaciones colonizadas por Israel. Es decir, la ANP no es soberana, no controla ni territorio, ni economía, y está al albur de la visión de qué quiere Israel para con ellos y la forma de que acepten los bantustanes en que ha dividido los territorios ocupados. La dirigencia palestina está entre la necesidad de justificar su propia existencia, derivada de que haya negociaciones, y ser útil con la causa palestina: Estado palestino con las fronteras del 67, dar respuesta al drama de los refugiados o no dar la espalda a los palestinos israelíes,…
Había voces que reclamaban su dimisión y que se disolviera la ANP dejando el problema de la injusticia para con el pueblo palestino a esa Comunidad Internacional. Otros seguían esperando que la próxima presidencia estadounidense o europea …fueran los que equilibrasen las negociaciones,… La reconocida dirigencia palestina decidió hace más de un año que debían jugar su última carta de legitimidad y reclamar la causa palestina en el lugar de origen del drama palestino, las Naciones Unidas.
Todos los actores han cumplido su papel. No hubo sorpresas y la dirigencia palestina mantuvo su demanda de ingreso en las NNUU pese a las presiones exteriores. Seguirán dándose pasos en este ajedrez de la política y contragolpes informativos que están en la cartera de cada uno de los actores de este drama. Así, la liberación israelí de presos palestinos, sin que estuvieran los líderes Barghouti, Saadat, etc, se negociaba contemporáneamente por Israel y Hamás, mientras Abbas pedía el reconocimiento del Estado palestino. Israel decía que quería negociaciones y anunciaba 1.000 nuevas casas de colonos en los Territorios Ocupados, sin que la Comunidad Internacional, nuevamente, pusiera impedimentos. Estados Unidos amenaza recortar su ayuda económica, pero Israel no quiere que se reduzca para no colapsar bruscamente a la ANP, y a la UE ni se la ve, ni se la espera, como demuestra la votación dividida de sus miembros ante la petición de la ANP de ingreso en la UNESCO.
El tiempo y la falta de coraje de la Comunidad Internacional corre a favor de los hechos consumados de Israel. Pero también se acelera la visibilidad del apartheit israelí y el auge de las campañas ciudadanas de boicot, desinversiones o sanciones (BDS) a Israel, dadas sus tropelías y el cinismo de los Gobiernos. Éstas y el apoyo real de los países emergentes, sobretodo de Brasil, pueden ser las que remuevan el plomizo presente y planificado futuro que se le ofrece al pueblo palestino.