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Investigación médica y bloqueo

La pista cubana

Fuentes: Jeune Afrique

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

La Casa Blanca ha autorizado que un laboratorio público estadounidense desarrolle una molécula descubierta por los investigadores de La Habana.

No es muy frecuente que un medicamento elaborado por un país del sur viaje al norte. Menos aún cuando ese país se llama Cuba y se encuentra bajo el embargo estadounidense desde hace cuarenta años. Sin embargo, los resultados obtenidos por los investigadores de Fidel Castro acaban de convencer a las autoridades de Washington.

«La política no debe interferir en la salud de millones de enfermos de cáncer», alega David Hale, director de Cancervax, el laboratorio público estadounidense que acaba de obtener de la administración Bush la autorización para desarrollar una molécula descubierta por los cubanos.

Este laboratorio, cuya sede está en California, ha estado negociando durante más de tres años para persuadir al gobierno federal de la necesidad de abrir una brecha en las restricciones comerciales impuestas al penúltimo bastión del comunismo. «Nos ha impresionado mucho la calidad y la capacidad del sector de la biotécnica en la isla», explica David Hale.

Los tres medicamentos cubanos que Cancervax pretende estudiar actúan sobre el «factor de crecimiento de la epidermis», una proteína implicada en el desarrollo y propagación de tumores, ya se trate de un cáncer de pulmón, de mama o incluso de colon. En otras palabras, se supone que estos productos bloquean el empeoramiento de cánceres activando el sistema inmunitario de los enfermos para que estos creen anticuerpos capaces de contener esta proteína de crecimiento. El paciente no se cura por completo, pero su esperaza de vida cuando menos se alarga.

Según los términos del contrato firmado el [pasado] 13 de julio en La Habana, Cancervax deberá pagar 6 millones dólares al laboratorio cubano de biotecnología Cimab S.A. en el curso de los próximos tres años. Si se comercializa el producto, los estadounidenses desembolsarán otros 35 millones de dólares. La Casa Blanca ha insistido en que el pago se haga en especies -comida y medicina- y no en divisas contantes y sonantes que alimentarían las arcas del régimen castrista. Tanto más cuanto que la administración Bush acaba de endurecer su política respecto a los inmigrantes cubanos, especialmente en lo que concierne a las transferencias de dinero a su país.

Con todo, no es la primera vez que un laboratorio extranjero estudia los éxitos de la investigación médica cubana. En 1999, el gigante farmacéutico GlaxoSmithKline -que entonces sólo era Smith Kline Beecham- se interesó por una vacuna contra la meningitis B desarrollada en Cuba.

¿Cómo explicar que un país en vías de desarrollo sea puntero en investigación médica? Fidel Castro siempre ha demostrado un gran interés por este sector. En los años noventa invirtió mil millones de dólares para desarrollar uno los centros científicos más desarrollados del planeta. La caída de la Unión Soviética y el subsiguiente desmoronamiento de la economía cubana no disuadieron al Líder Máximo de continuar privilegiando el campo de la salud. Por lo que se refiere a los investigadores -10.000, según las autoridades de la isla- la mayoría de ellos se han formado en países satélites de la Unión Soviética, e incluso en Europa. Y aunque reciben un salario que ronda los 25 dólares al mes, continúan investigando incansablemente. Para Castro los médicos aseguran un radiante porvenir a la población cubana y de ahí la gratuidad del sistema sanitario y la gran cantidad de médicos -uno por 176 habitantes al alba del año 2000. Resultado: los niños cubanos están inmunizados contra diez enfermedades gracias a vacunas desarrolladas en Cuba y la esperanza de vida supera los 75 años. Eso es al menos lo que en 1998 avanzaba Fidel Castro ante la OMS cuando esta organización le concedió la «Medalla de oro de la salud para todos». Sin embargo, las farmacias de La Habana hoy siguen estando desprovistas de medicamentos, los cubanos mayores de siete años están privados de leche y muchos de ellos mendigan a los turistas una aspirina o jabón. Decididamente Cuba es una paradoja…