Una ojeada a algunos de los principales indicadores sociales muestra un cóctel explosivo marcado por unas altas tasas de pobreza y unas rentas salariales profundamente deterioradas. Recogemos algunos datos sobre cómo afecta la crisis a la economía española. El progresivo despliegue de los efectos de la crisis se encuentra con una situación de alto riesgo […]
Una ojeada a algunos de los principales indicadores sociales muestra un cóctel explosivo marcado por unas altas tasas de pobreza y unas rentas salariales profundamente deterioradas. Recogemos algunos datos sobre cómo afecta la crisis a la economía española.
El progresivo despliegue de los efectos de la crisis se encuentra con una situación de alto riesgo social, heredada de los desequilibrios que ha provocado el fuerte crecimiento económico basado en una economía de burbuja. Las altas tasas de pobreza y unas rentas salariales profundamente deterioradas coexisten además con uno de los incrementos más elevados de Europa en el consumo familiar.
1 de cada 5 personas es pobre
España es, junto a Letonia, Grecia y Lituania, uno de los países de la UE que supera tasas de pobreza del 20%. Una de las grandes diferencias entre España y el resto de los países centrales de la UE es que las transferencias sociales (gasto social) apenas reducen la tasa de pobreza. La tasa de riesgo de pobreza ha crecido un punto desde 1995 frente a un crecimiento medio del PIB del 3% en el mismo período.
Aún más ataques al trabajo
Tradicionalmente los jubilados y los parados han sido los colectivos más sensibles a la pobreza. Pero uno de los efectos más visibles de la precariedad laboral, del estancamiento de los salarios reales y de la congelación del salario mínimo es el crecimiento de las tasas de pobreza entre los trabajadores. Son los llamados working poor. En España, un 10% de la fuerza de trabajo es técnicamente pobre. En un paso más en la degradación de los salarios, entre 2006 y 2007, los beneficios brutos y las rentas de capital crecieron un punto más que los salarios. Los salarios llevan perdiendo peso continuamente frente a los beneficios empresariales desde el año 2000.
Consumo y endeudamiento
A pesar de estos datos, el consumo de las familias creció un 92% entre 1995 y 2007. El consumo ha crecido más en este período que en Japón, Francia o Alemania. Después de años viviendo esta expansión del consumo, actualmente la deuda de las familias españolas supera en un 120% su renta disponible. Según la Encuesta Financiera de las Familias, en 2005 un 19,1% de los hogares con deudas superaba el umbral de riesgo estándar, fijado en una deuda tres veces superior a la renta disponible. Entre el 20% de la población con menores rentas, el 42,6% de los hogares con deudas superaba los umbrales de riesgo, mientras que entre el 10% de la población con mayores rentas este porcentaje se reduce hasta el 4%.