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La primera piedra de un debate

Fuentes: Juventud Rebelde

De la Vivienda llueven y se filtran aquí muchas quejas, pero pocas reflexiones como la del economista Gonzalo Rubio (San Rafael 581, apto. 4, Centro Habana), quien considera que el sistema organizacional y de gestión de ese sector requiere transformaciones esenciales. En su opinión, ese sistema se compone de un conjunto grande de estructuras y […]

De la Vivienda llueven y se filtran aquí muchas quejas, pero pocas reflexiones como la del economista Gonzalo Rubio (San Rafael 581, apto. 4, Centro Habana), quien considera que el sistema organizacional y de gestión de ese sector requiere transformaciones esenciales.

En su opinión, ese sistema se compone de un conjunto grande de estructuras y personal que el estado subvenciona: La Dirección Municipal de la Vivienda, a su vez atendida por una vicepresidencia del Consejo de la Administración en el territorio; la Oficina de Restauración y Desarrollo (ORD), y su dependencia a nivel de Consejo Popular; la Oficina de Trámites, la Dirección de Albergues, el Arquitecto de la Comunidad, la Empresa Micro Estatal y el Rastro, entre otras instancias.

En el inventario que expone, Gonzalo señala el elevado financiamiento estatal al Sistema, insatisfacciones de la población con los servicios que recibe, manifestaciones de desvíos de recursos y materiales constructivos y también de sobornos.

Se registra, además, un nivel de desperdicios en la distribución a la población de materiales de baja calidad, para construir con esfuerzos propios. Y los recursos se asignan mucho más para pequeñas acciones de mantenimiento, que para rehabilitar y alargar la vida útil de los inmuebles.

Señala también Gonzalo insuficiencias en la calidad de las acciones constructivas ejecutadas por fuerza de trabajo descalificada; en buena medida, dirigida técnicamente por los propios necesitados. Y el deterioro de materiales que se acumulan en viviendas y patios, en espera del completamiento de las asignaciones necesarias para la edificación.

Asimismo, lastra la gestión el hecho de asumir el objeto social de ese sistema, o parte importante del mismo, como unidad presupuestada, en lugar de empresa; y el desaprovechamiento del fondo de tiempo del personal que labora en las distintas estructuras.

En tal sentido, considera que es baja la motivación de quienes trabajan en el sistema de la Vivienda, lo cual se traduce en una débil capacidad de respuesta a los «clientes», y en la aplicación de métodos de dirección burocrático-formales y una menguada productividad.

«La solución paulatina de las deficiencias del sistema de la Vivienda, de acuerdo con Gonzalo, se encuentra en las acciones intervencionistas que aparezcan en proyectos comunitarios de un modelo público para la rehabilitación y el desarrollo urbano, dirigido por el Instituto de Planificación Física: principalmente en proyectos para la adopción de un sistema de pequeñas y medianas entidades empresariales de nuevo tipo, donde conjuntamente con el crecimiento económico y el logro de la competitividad, se produzca la aparición de valores organizacionales que mejoren la conducta humana y el conservacionismo».

Estos son los criterios de Gonzalo Rubio. Y nos hacemos eco de ellos no porque consideremos que puedan contener la verdad absoluta, decir la última palabra ni mucho menos. Solo pretendemos contribuir al sano debate que propenda a transformar el sistema de la Vivienda, sin desconocer los graves impactos carenciales que gravitan sobre ese importante sector; pero igualmente sin ignorar las trabas burocráticas que inciden sobre el mismo.

En tal sentido, sería saludable que nos escribieran y se proyectaran otros lectores, incluidos los propios funcionarios y trabajadores que laboran en cualquier instancia de esa entidad.

Levantemos los cimientos de lo que puede ser un constructivo ejercicio de pensamiento. El resto de la obra hay que erigirlo con la calidad y profundidad de otras opiniones, siempre pensando en que el gran techo protector de nuestra sociedad puede encontrar fórmulas que, si bien no resolverán de inmediato un problema harto acumulado, al menos resanarán las incómodas grietas.

 
Fuente:http://www.juventudrebelde.cu/columnas/acuse-recibo/2010-04-08/la-primera-piedra-de-un-debate/