Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
El pasado sábado, el gobierno sirio continuaba bombardeando las zonas controladas por los rebeldes en la ciudad norteña de Alepo, matando al menos a 71 personas.
«La cifra de víctimas de los ataques con bombas de barril sobre la provincia norteña de Alepo es de 71 civiles, 59 en la ciudad de Al-Bab y 12 en la capital misma», declaró Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio por los Derechos Humanos.
Añadió que las bombas impactaron en el barrio de Al-Shaar, situado al este de la ciudad en zona bajo control rebelde, matando a doce personas, entre ellas ocho miembros de una sola familia.
Al menos 33 hombres murieron asesinados en el mercado de Al-Hail, en Al-Bab, bajo control del Estado Islámico. Las víctimas eran todos hombres debido a las restricciones a la libertad de movimiento impuestas a las mujeres en las zonas de las que el EI se ha apoderado.
En otros lugares, la última ciudad que el gobierno controlaba en Idlib ha caído en manos de las fuerzas de la oposición, quedando casi toda la provincia en manos rebeldes.
La coalición de rebeldes Yaish al-Fateh (Ejército de la Conquista), que incluye al Frente al-Nusra, afiliado a al-Qaida, se apoderó de la ciudad de Ariha, situada al sur de la ciudad de Idlib, expulsando a las fuerzas leales al presidente sirio Bashar al-Asad y, al parecer, a miembros de milicia chií libanesa Hizbolá.
«La ofensiva relámpago terminó con la retirada de las fuerzas del régimen y sus aliados de Hizbolá de la parte occidental de la ciudad», dijo Abdel Rahman. «Ni siquiera podemos siquiera decir si en Ariha hubo verdaderos enfrentamientos con el gobierno».
Los medios de comunicación del gobierno admitieron que el domingo la ciudad estaba sufriendo una embestida rebelde.
«Unidades de nuestras fuerzas armadas evacuaron sus posiciones en Ariha y se retiraron a puntos defensivos en las proximidades de la ciudad tras los enfrentamientos habidos con numerosos terroristas de al-Nusra», decía un comunicado del ejército en la televisión estatal.
Abdel Rahman dijo que trece partidarios del gobierno habían sido ejecutados por Yaish al-Fateh en el interior de Ariha, mientras otros 18 habían muerto en los combates de las afueras. Añadió que la ciudad había caído «en cuestión de horas».
Los rebeldes descubrieron la existencia de almacenes del gobierno llenos con los alimentos aportados por las Naciones Unidas.
Un régimen «frágil»
Abdurrahman Saleh, responsable ante los medios internacionales de Yaish al-Islam -el grupo rebelde que opera en Idlib-, dijo que la provincia estaba ahora prácticamente en manos rebeldes. «Tienen el control de toda la provincia de Idlib, excepto de dos aldeas chiíes, Kafriya y al-Fu’ah, que están siendo asediadas».
Dijo a Middle East Eye que la victoria marcaba un punto de inflexión en la suerte del gobierno de Asad.
«Es importante porque muestra la debilidad del régimen y cuán frágil es», declaró. «En los últimos dos meses han perdido sucesivamente tres lugares: Idlib, Yish al-Shughur y Ariha. No pueden llevar a cabo más que ataques aéreos para mantener las zonas bajo su control».
Sugirió que las fuerzas rebeldes se sentían alentadas por esas victorias y estaban ahora dispuestas a atacar baluartes del gobierno.
«Puede que los próximos ataques se produzcan desde Idlib hacia Latakia o hacia Hama. Ahora resulta ya posible entrever nuevas posibles victorias de los rebeldes», dijo. «En el pasado, los rebeldes solían tomar algunas ciudades y después el régimen tomaba otro lugar, pero desde principios de año sólo hemos visto derrotas por parte del régimen».
Añadió que la toma de Idlib fue posible gracias a la renovada cooperación entre los grupos rebeldes. «Yaish al-Islam ha participado en esas batallas, pero no podemos decir que las victorias se deban a tal facción o a tal grupo», dijo a MEE. «Si hablamos de los recientes combates en Idlib, han participado diez grupos del Ejército Libre Sirio junto a Ahrar al-Sham, el Frente al-Nusra, Yaish al-Islam y otros; todos trabajan bajo un liderazgo y todos llevan a cabo ataques muy coordinados, por eso no podemos decir que la victoria se deba a un solo grupo. Es un trabajo conjunto».
«Protopartición»
La fracturada composición de Siria, dividida por numerosas facciones en guerra que a menudo consideran existencial su lucha debido al alto nivel de retórica sectaria, puede sólo seguir empeorando mientras el gobierno sirio abandona ciertas zonas en manos de la oposición a fin de centrarse en sus baluartes.
«El drama sirio continuará indefinidamente», escribió Vahik Soghom en Syria Comment. «Una Siria unificada o dividida de jure, con la mediación de la comunidad internacional, no son resultados factibles, con líneas de batalla continuamente cambiantes, ni tampoco la partición de facto«.
«En cambio, lo que tenemos ahora es lo que yo llamaría una protopartición, una partición poco definida basada en líneas cambiantes que son susceptibles de alteraciones significativas».