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La reconciliación palestina cada vez más lejos

Fuentes: Aljazeera.net

Traducido por Jalil Sadaka

No hay un solo palestino contrario a una verdadera reconciliación nacional basada en los intereses supremos palestinos y ajena a las injerencias y condicionamientos externos. Pero este ansiado objetivo tantas veces anunciado, y que todos consideran una prioridad estratégica irrenunciable, parece cada vez más lejano, considerando las diferencias cada vez más profundas tanto entre los rivales directos, o los indirectos, como el Gobierno egipcio, un intermediario ni neutral ni honesto que se ha convertido en un verdadero obstáculo.

En este conglomerado de intereses contrapuestos y reacciones contradictorias la reconciliación se acerca y se aleja en función de las circunstancias políticas coyunturales. Recordamos la esperanza nacida a raíz del escándalo del Informe Goldstone, y las prisas de Abbas de firmar el documento de reconciliación egipcio para acallar las voces que pedían su dimisión, lo mismo ocurrió después del crimen de la Flotilla de la Libertad, y los llamamientos oportunistas para cosechar el apoyo a la causa palestina, y en contra del bloqueo como consecuencia de dicho crimen sionista.

Lo expuesto no es fruto un pesimismo innato, sino de una lectura sosegada de las posiciones deprimentes y vergonzosas de las partes implicadas en el proceso de reconciliación.

La ANP y Al Fatah

Sus posiciones en relación con el tema de la reconciliación nacional son dos caras de la misma moneda, tienen los mismos objetivos. Ambas hablan con entusiasmo de una reconciliación y se lanzan campañas en este sentido pero mantienen sus condiciones previas, a saber: la firma del documento egipcio y erl acatamiento de las condiciones del Cuarteto, de este modo se utiliza la reconciliación para obtener réditos políticos coyunturales, estas posturas se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • Insistir en la firma del documento egipcio a sabiendas que es inacatable para Hamás
  • Continuar las persecuciones sobre el terreno y cerrar instituciones que no comulgan con sus planteamientos, algo que no beneficia los esfuerzos para la reconciliación.
  • Continuar la coordinación policial con la ocupación, lo que supone criminalizar y perseguir a la resistencia. Además de continuar con las negociaciones directas o indirectas a pesar de toda la política de hechos de los ocupantes israelíes.
  • Luchas entre distintos sectores de la ANP y Al Fatah que han provocado un nuevo fracaso, esta vez relacionado con la configuración de las listas para las elecciones municipales. Al Fatah, liderada por Abbas, ha fracasado en su intento de formar listas electorales convocadas por esta misma organización, Al Fatah, por lo que no tuvo más remedio que aplazarlas.
    • Los desacuerdos entre los líderes de las distintas corrientes internas de Al Fatah se han extendido a las distintas agrupaciones en el exterior, en varios países árabes y europeos, en el marco de la lucha por el control del poder dentro de la Organización.
    • El monopolio de la legalidad y los intentos de restaurar esta pretendida legalidad en la Franja de Gaza, a pesar de que las normas impuestas por la propia Al Fatah, en vida de Arafat, dejan clara la falta de legitimación de Abbas y del Primer Ministro Al Fayad.
    • La indecisión y el sometimiento a los dictados de la ocupación, renunciando a las condiciones para la reanudación de las negociaciones, como la congelación de los asentamientos, las bases legales de las negociaciones.
    • Las continuas meteduras de pata en relación con el Informe Goldstone, las declaraciones de Abbas insinuando el reconocimiento explícito de un supuesto derecho de los judíos en Palestina, y la falta de respuesta incisiva sobre las declaraciones de Lieberman en las que acusó a Abbas de incitarle a continuar la guerra contra Gaza.

      Movimiento Hamás

    Representa la segunda parte de de la ecuación en el proceso de reconciliación. Hamás, que ha afirmado repetidamente la necesidad de este proceso de reconciliación, se niega a firmar el documento egipcio hasta que se tomen en cuenta sus reservas, considera la firma sin más, un paso en el proceso de doma de sus posturas y una cesión gratuita a las condiciones del Cuarteto. Las últimas tomas de posición por parte de Hamás han dejado patente que este movimiento no desea la reconciliación a cualquier precio, da la sensación que sus análisis van en el sentido de que el bloqueo se está resquebrajando.

    La posición de Hamás en este momento se puede resumir en los siguientes puntos:

        1. Tratar la situación de Gaza como un hecho consumado, tomando una serie de medidas, como el reparto de tierras, licencias, empleos y nombramientos, medidas que serán difíciles de revisar en el futuro.
        1. Planificación de una serie de proyectos y de medidas administrativas que resultará dificultoso desandar.
        1. Insistir en que cualquier medida acordada para las reformas futuras no se limitarían a Gaza sino que deberían incluir a Cisjordania, sobre todo en los aparatos de seguridad.
        1. Negarse a aceptar cualquier proceso electoral hasta después de la reconciliación que ponga fin a la situación actual.
        1. Actuar con base en una reciprocidad en relación con la Autoridad Nacional Palestina, sobre todo cuando algunos de sus seguidores en Cisjordania sean detenidos
        1. El incremento de la solidaridad contra el bloqueo en el mundo lleva a pensar a Hamás que el final del bloqueo está cercano

      Papel de Egipto

      Es preciso afirmar, una vez más, que la postura del régimen egipcio, no representa el sentir común de su pueblo, que en su gran mayoría apoya al pueblo palestino. La posición oficial de Egipto, en estos momentos, supone un verdadero obstáculo para la reconciliación palestina, lo que podría interpretarse como un gesto inamistoso y una imparcialidad que le descalifican como intermediario honesto, esta política se considera, además, una muestra de presiones inadmisibles para la gran mayoría de los palestinos.

      Se puede resumir la política egipcia respecto a este tema en los siguientes puntos:

      • Considerar la cuestión palestina como un asunto de seguridad, y no una cuestión política, al encuadrar este tema entre las competencias del órgano que dirige los servicios de inteligencia.
      • Rechazar cualquier modificación del documento base de la reconciliación palestina presentado, e impuesto a las partes, lo que revela el verdadero papel designado a este país en el proceso de paz.
      • La presión continuada ejercida por Egipto contra la Franja de Gaza, mediante el cierre de los pasos fronterizos, lo que significa una participación activa en el bloqueo.
      • Injerencia flagrante en los asuntos internos palestinos, repartiendo licencias de legitimidad a su antojo, sin reconocer los resultados de las últimas elecciones legislativas palestinas.
      • Falta de definición sobre el futuro bloqueo de Gaza, llegando a afirmar que la reconciliación palestina no supone el fin del bloqueo.
      • Rechazar los intentos para poner fin al bloqueo sin su aprobación previa, rechazando, por ejemplo el paso marítimo.
      • Temor a perder lo que le queda de influencia en la región agarrando, como un clavo ardiente, su intermediación palestina como si fuera una tabla de salvación de su prestigio.
      • Alentar las campañas de difamación contra la resistencia palestina que provocan el odio visceral en algunos sectores afines contra los palestinos.
      • Inventar peligro externo procedente de Gaza para desviar la atención del ciudadano egipcio de los verdaderos temas que le preocupan, como la crisis económica y la falta de libertad.

    Respecto a los otros actores internacionales de este conflicto, a pesar del apoyo tácito oficial de la ocupación, y la protección de Israel contra todos los intentos de sancionar sus continuas violaciones de las normas del derecho internacional, se ha observado cierta evolución positiva hacia la situación de Gaza, y en relación con el Movimiento Hamas, sobre todo a raíz del crimen de la Flotilla de la Libertad. A esto hay que añadir el incremento del movimiento base de apoyo de todo el mundo, contra la corriente de Oslo y a favor de la resistencia palestina, en este sentido cabe resaltar el creciente y dinámico papel que juega Turquía en el conflicto. No hay duda de que toda esta evolución positiva repercute de otra manera en la reconciliación palestina.

    ¿Sigue siendo posible la reconciliación?

    A pesar de la inflexibilidad y las progresivas divergencias de las dos posturas directamente involucradas, la reconciliación sigue siendo posible siempre y cuando se hagan nuevos planteamientos que tomen en consideración los cambios y los nuevos equilibrios internos y externos. Es necesario plantear una alternativa real a la Autoridad Nacional Palestina, que se ha quedado en una posición casi irrelevante, como una carga para el pueblo palestino, además es preciso hacer una revisión a fondo de las reglas y bases del enfrentamiento con la ocupación. La reconciliación requiere también cambiar la mentalidad monopolista y personalista de la pretendida legitimidad, que se usa para marginar a cualquier fuerza palestina emergente. Todo ello con un solo horizonte, el interés nacional palestino, así mismo se deben neutralizar los elementos provocadores. Todo ello aderezado con una buena y sincera dosis de buena voluntad.

    Una vez logradas estas medidas preparatorias y acordados los principios de la reconciliación, cuyo elemento central es la resistencia contra la ocupación y el rechazo absoluto de cualquier atisbo de legitimación de ésta, el siguiente paso será revisar la inviabilidad del presente proceso de negociación.

    Después de todo esto deben acordarse los mecanismos de aplicación de todos estos acuerdos en unos plazos razonables para la definitiva reconciliación, sin injerencias ni vetos, bajo los auspicios de un patrocinador honesto.

    La reconciliación nacional palestina parece estar muy lejos aun siendo posible desde el punto de vista teórico.

    rCR