Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Activistas por la paz criticaron duramente el proyecto de una red ferroviaria elevada de alta velocidad en Israel que pasará a través de Cisjordania y despojará tierras de comunidades palestinas. Aparentemente, una compañía subsidiaria que opera ferrocarriles alemanes ayuda en la planificación de esa red y los críticos piden aclaraciones sobre esa controvertida red ferroviaria.
El operador de las redes ferroviarias alemanas -Deutsche Bahnes- es propiedad del Estado y líder mundial en tecnología ferroviaria; es convocada a menudo como experta cuando otros países planifican sus propias redes. Pero el involucramiento de esta subsidiaria en una controvertida planificación como la que planeta Israel, que atraviesa la Cisjordania ocupada, puede provocarle situaciones incómodas.
La red ferroviaria mencionada está pensada para conectar Tel Aviv con Jerusalén y reducir el tiempo de viaje entre ambas ciudades a 28 minutos; también resolvería uno de los mayores problemas de transporte que tiene el país ya que la ruta actual es estrecha y poco utilizada; el viaje lleva 90 minutos, mientras que una red ferroviaria elevada está probado masivamente, resuelven el problema.
Dos secciones del trazado, unos 6 kilómetros -3.75 millas- de largo, pasan por Cisjordania. Parte importante de este tramo correría por túneles, pero los activistas israelíes por la paz argumentan que la ruta viola las leyes internacionales porque Israel estaría tomando tierras palestinas para las entradas a los túneles y los accesos a la ruta.
«Cruzando el límite dentro de Cisjordania la línea ferroviaria infringe la ley internacional, además de carecer de ética», argumenta la Coalición de Mujeres por la Paz, mujeres israelíes feministas reunidas en un frente por la paz, que reunieron los datos necesarios para elaborar un informe sobre el proyecto. La coalición argumenta que las leyes internacionales establecen que un ocupante no tiene el derecho de usar los recursos del territorio ocupado para beneficio de sus propios ciudadanos. «Esta red está planificada para uso exclusivo de los ciudadanos israelíes; la imponen a los residentes palestinos locales a través de la imposición de un régimen militar y en el cual ellos no tienen ninguna representación, ni tampoco posibilidad de utilizarla», éstos datos se desprenden del informe.
La subsidiaria Deutsche Bahn provee el soporte técnico
La coalición apeló a las compañías europeas que han estado involucradas en la planificación y construcción de la ruta -incluyendo al Deutsche Bahn y la subsidiaria DB International (DBI)-, para apartarse del proyecto. Sin embargo DBI niega su participación en la planificación de la red ferroviaria elevada. El vocero de la compañía Bernd Weiler dijo a Spiegel que la misma no pudo descartar la posibilidad de que la experiencia alemana pueda ser usada para el trazado de todas las vías férreas israelíes, incluyendo la ruta Tel Aviv-Jerusalén, tal como DBI proveyó de un servicio de consultoría general a la red ferroviaria de Israel, que es posesión del Estado israelí.
Un informe que vio Spiegel pone en evidencia el soporte de DBI en la ruta Tel Aviv-Jerusalén. Sin embargo, el antecesor de DBI, DE-consult, dispuso algunos estudios en pro del proyecto de ferrocarriles israelíes, incluyendo la comparación de tiempo de viaje a través de Cisjordania y la ruta original propuesta, dentro de territorio israelí. La conclusión del informe fue que, en términos de duración del viaje, la ruta alternativa a través de Cisjordania es tan adecuada como la del plan original.
«Ellos tienen los mapas completos y adecuados para llegar a éstos cálculos», dijo Dalit Baum, de la Coalición de Mujeres por la Paz, a Spiegel. «Es imposible que DBI no sepa que el trazado penetra en los territorios ocupados». DBI también estuvo involucrada en la electrificación de la línea, dijo Baum. La compañía austriaca Alpine Bau, que fue contratada para hacer los túneles, eligió apartarse del proyecto antes del comienzo de la construcción, según el informe de la organización.
Temor a la pérdida de tierras
Residentes de los pueblos palestinos Beit Surik y Beit Iksa, en Cisjordania, están particularmente afectados por el proyecto. La ruta se extiende cerca y temen que sus campos deban ser utilizados para la construcción de los puentes y túneles. También especulan con que Israel les niegue luego el acceso al área por razones de seguridad. «Los 6 kilómetros de la ruta ferroviaria también caerán fuera de los límites oficiales del Estado de Israel e implican efectos devastadores en la comunidad palestina de la zona afectada», escribe la Coalición de Mujeres para la Paz.
Beit Surik ya perdió el 30% de sus tierras por la construcción de las barreras de seguridad para Israel en Cisjordania y que están construidas parcialmente en territorio palestino, mientras que Beit Iksa perdió el 60% de sus tierras por la misma causa. Sin embargo, estas comunidades no se verán beneficiadas por este trazado de líneas ferroviarias ya que no hay estaciones en sus pueblos. La línea planificada pasa a lo largo del lado israelí de la barrera de seguridad.
La versión inicial de los planes preveía que la ruta pasaría cerca del suburbio jerosolimitano de Mevasseret Zion, y en ese caso la línea habría quedado completamente dentro del territorio israelí. Los residentes locales protestaron contra este plan, reclamando que la vista del bario se vería afectada y bajarían los precios de las propiedades. «Para quienes hacían el proyecto era más fácil mover las líneas del ferrocarril que negociar un compromiso con los ciudadanos israelíes», dice Baum.
Una ‘táctica cínica’
La ruta aparentemente devendrá en otra barrera de separación entre israelíes y palestinos. La Autoridad Palestina «recurrirá a todos los métodos legales posibles de negociación para tratar de poner fin a esta violación de los derechos de los palestinos», dijo recientemente el vocero Ghassan Khatib a Associated Press e instó a otras compañías extranjeras a retirarse del proyecto.
El gobierno israelí insiste en que la ruta beneficiará también a los palestinos en el futuro, arguyendo que en un principio la planificación incluyó una extensión que conectará la ciudad cisjordana de Ramala con la Franja de Gaza. La Coalición de Mujeres para la Paz describe este argumento como una ‘táctica cínica’ para justificar el proyecto.
Fuente: http://www.spiegel.de/