Traducido el inglés para Rebelión por J. M.
La representación permanente de Israel en la OTAN refleja hasta donde se puede manipular el derecho internacional y pasar por alto las violaciones, argumenta Ramona Wadi.
La representación permanente de Israel en la OTAN reafirma la indiferencia de la alianza por las violaciones del derecho internacional [Getty]
La noticia de que Israel tendrá ahora una representación permanente en la sede de la OTAN es un excelente ejemplo de cómo la retórica de seguridad colonial ha sido aprobada y respaldada a nivel internacional. Israel, que anteriormente era un participante en los programas de diálogo mediterráneo de la OTAN, junto con Argelia, Egipto, Jordania, Marruecos, Mauritania y Túnez, ahora podrá disfrutar de las contribuciones más directas de la alianza, así como cosechar sus beneficios.
Una declaración del ministerio de Asuntos Exteriores israelí dice lo siguiente: «La OTAN ha notificado a Israel puede abrir una oficina en la sede de la organización y completar el proceso de presentación de los poderes de su representante en la OTAN».
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu elogió la medida como «un paso importante que ayuda a la seguridad de Israel».
La web de la OTAN estipula que ha pedido a «todos los socios que abran misiones diplomáticas en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas». Si bien la declaración puede sonar genérica, la inclusión de Israel es una prueba de la falta intencional de discernimiento cuando se trata de la manifestación colonial de asentamientos en Palestina.
«La misión permanente no sólo reconoce la presencia de Israel. También valida el colonialismo a un nivel más alto que el de las Naciones Unidas»
Además la representación permanente de Israel en la OTAN es una afirmación de la indiferencia de la alianza por las violaciones del derecho internacional y un ejemplo de que alienta y recompensa tales violaciones a nivel internacional. Esto es coherente con el comportamiento de la OTAN, en particular con respecto a su intervención en Libia y la posterior participación en el Mediterráneo, con el pretexto de desbaratar el tráfico de personas.
Turquía -que en el pasado se opuso a la colaboración entre la OTAN e Israel después de la incursión del Mavi Mármara, en la que los soldados israelíes asesinaron a activistas turcos- declaró que «dijimos que podemos recepcionar a éste si todos los países son tratados por igual. Es importante que no sólo a Israel, sino a otros socios del sur se les otorgue el mismo derecho».
Equivalencia inmoral
El reconocimiento oficial de la presencia de Israel en la OTAN pone de manifiesto varios problemas. Tanto Israel como la OTAN operan por medio de violaciones del derecho internacional y de acuerdo con el orden del día de la intervención imperialista. Ambos ignoran las pasadas violaciones del derecho internacional.
Además no sólo la misión permanente reconoce la presencia de Israel, también valida el colonialismo en un nivel más alto que el de la ONU. Este organismo ha funcionado por mucho tiempo como un supuesto guardián de los derechos humanos mientras el mantenimiento de su existencia por medio de la provocación del conflicto lo perpetúa. La representación en la OTAN se burla descaradamente de cualquier apariencia de castigo que la ONU haya hecho a Israel en un sinnúmero de resoluciones no vinculantes.
«Por décadas Israel formuló una propaganda de la seguridad en la comunidad internacional hasta que se convirtió en el discurso dominante aceptable»
Tal vez la mayor similitud y revelación de este tipo de violencia se pueden encontrar en la introducción a la carta de la OTAN, que es un hipócrita retórica equivalente a la seguridad de Israel. La introducción establece que «en el presente tratado, las partes reafirman su fe en los propósitos y principios de las Naciones Unidas y su deseo de vivir en paz con todos los pueblos y todos los gobiernos».
Es evidente que tanto Israel como la OTAN han desobedecido este ideal, aunque sólo de manera subjetiva que refleja otros motivos, a saber, la proyección de la violencia en otras entidades con el fin de mantener la superioridad política y estratégica.
De acuerdo con el artículo 1 de la carta de la OTAN, la alianza busca «resolver cualquier controversia internacional en la que pueden participar a través de medios pacíficos de tal manera que la paz y la seguridad internacionales no se pongan en peligro y de abstenerse en sus relaciones internacionales de la amenaza o el uso de la fuerza en cualquier forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas».
Como se ha demostrado en Libia, la OTAN ha logrado claramente lo contrario de su principio declaratorio. Sin embargo la alianza tuvo cuidado de dejar la puerta abierta a repetir el mismo ciclo de violencia -bajo diferentes motivos, pero siempre en nombre de la supuesta paz y la seguridad- que debería traducirse en intervención perpetua.
«Por medio de esta asociación Israel ha sido aprobado oficialmente a nivel internacional y se le han concedido oportunidades para una mayor participación en episodios violentos»
Las tácticas de Israel son similares. Su establecimiento como una presencia colonial en Palestina ha seguido creciendo en línea con el plan sionista del «Gran Israel». En paralelo construye la imagen terrorista de la lucha legítima anticolonial palestina, el fortalecimiento de la propaganda de su seguridad en particular mediante el bombardeo regular y premeditado de Gaza, así como lleva a cabo intermitentemente matanzas a escalas más amplias. La paz, sin embargo, es el eufemismo de este injustificado derramamiento de sangre.
Ratificación internacional
Durante décadas Israel manipuló de tal manera su propaganda de seguridad dentro de la comunidad internacional hasta que se convirtió en el discurso dominante aceptable. Su representación permanente en la sede de la OTAN es la confirmación de una historia de éxito macabro.
La diferencia radica en el hecho de que a través de esta asociación Israel ha sido respaldado oficialmente a nivel internacional y se le han concedido oportunidades para una mayor participación en los episodios violentos -el equivalente de tener una plataforma internacional permanente para poder exportar su violencia colonial- modificada de acuerdo con los requisitos de la OTAN.
A pesar de su exageración sobre el aislamiento internacional, lo que repercutió intensamente en las presiones de Israel para su inclusión en la organización de los estados de Europa Occidental y otros en 2013, las últimas noticias confirman que lejos de estar aislado a Israel se le ha concedido el permiso de hacerse un lugar donde se premia su brutalidad, se la estimula y difunde.
Ramona Wadi es un investigadora independiente, periodista independiente, crítico de libros y bloguera especializada en la lucha por la memoria en Chile y Palestina, la violencia colonial y la manipulación de la ley internacional. Síguela en Twitter: @walzerscent
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción