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La resistencia de las mujeres en Palestina

Fuentes: Rebelión

“Sabemos que tenemos la capacidad para reconstruir Gaza de nuevo. Es difícil en este momento, Trump tiene más cartas para jugar con Netanyahu. Todos saben que el gobierno fascista de Netanyahu no quiere el alto al fuego. Yo no soy una embajadora como las otras, estoy aquí para luchar por la dignidad y los derechos más básicos de mi pueblo. Soy palestina y siempre tenemos esta enfermedad de la esperanza. Vamos a pasar tiempos más difíciles pero siempre hay luz. No hay otra opción.” Nadya Rasheed

El auditorio del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora fue sede del evento «La resistencia de las mujeres en Palestina y la reconstrucción de Gaza». El evento se llevó a cabo el jueves 6 de marzo del 2025. La mesa de dicho evento fue conformada por la embajadora del Estado Palestino en México Nadya Rasheed y las doctoras Nofret Hernández Vilchis del colectivo Académicxs con Palestina contra el genocidio y Gabriela Sánchez Gutiérrez, directora general del Instituto Mora. Dicho evento fue gestionado por el Colectivo Mora, una organización universitaria solidaria con Palestina, posicionada contra el genocidio y que se dedica a difundir información, así como a “demandar la toma de acciones puntuales para terminar con el genocidio”.

La doctora Gabriela Sánchez, directora general, abrió el evento dando la bienvenida a los y las asistentes así como a la embajadora Nadya Rasheed. Introdujo la conferencia denunciando “la carente entrada de ayuda humanitaria y las más de 43 mil muertes” que reporta la Autoridad Nacional Palestina. Refirió al reporte de la Organización de las Naciones Unidas que concluyó en que el 75% de las víctimas eran niños y mujeres. “Se trata de un verdadero genocidio y de una crisis humanitaria que aún no tiene fin (…)En este contexto las mujeres, como siempre, han sacado la casta”, comentó. Añadió también que “el 78% de las mujeres palestinas participaban en actividades productivas” y que en este momento se registran “más de 10 mil presos” retenidos por el Estado de Israel.

La doctora Nofret Hernández, activista y periodista habló sobre “la necesidad del pueblo palestino de documentar su historia, su vida cotidiana, con todo lo bueno y lo malo (…) para mantener viva la memoria y la identidad”. Mencionó que “las mujeres siempre somos las depositarias de la soberanía, también de la identidad y lo transportamos a otros ámbitos como el profesional”. Concluyó diciendo que la palestina es “…la sociedad del mundo árabe con más alta tasa de alfabetización…” y que ahora no solo existen periodistas profesionales, sino que son las niñas las que documentan con sus propios celulares la situación en Gaza, esto debido a la prohibición de Israel para la entrada de prensa extranjera en territorio palestino. 

La embajadora palestina Nadya Rasheed, quien ocupa el cargo en México desde el 26 de octubre del 2024, después de haber sido embajadora en Uruguay, comenzó afirmando: “La mujer palestina es un ejemplo de resiliencia” y señaló que tal situación se produce gracias a las generaciones pasadas y a la “educación palestina”, misma que tiene “3200 años de existencia”. Exigió el derecho del pueblo palestino a “recuperar todo lo robado desde la nakba”, palabra que se traduce del árabe como “catástrofe” y que se refiere al año de 1948 cuando se declaró la fundación del Estado de Israel; un proyecto de una nación exclusivamente judía, que se constituyó de las migraciones masivas de comunidades judías provenientes de Europa desde inicios del siglo XX. Dicho Estado se impuso en territorios palestinos y de otras naciones como Siria, Egipto y Jordania.

“No se borra nuestro empeño de hacer el hogar. No hay genocidio posible que logre desaparecer la luz sobre Gaza. El amor en la sangre de la mujer palestina es el movimiento interno propio que nos mantiene en pie de lucha, como tú, mujer mexicana”, declaró.

“Estos pequeños trozos de historia son el rostro de la mujer, nuestra resistencia nació adulta gracias a la solidez de nuestra civilización. Desde la nakba nuestras mujeres fueron golpeadas con el puño del exilio de las fuerzas invasoras de Israel. Desde la nakba (la gran catástrofe) continúa la actividad incansable del parto y renacimiento de Palestina. Israel, desde su creación, no estaba dispuesto a la convivencia, ni con nuestros vecinos judios. La crueldad sionista ha sido tan desmedida que incluso, en Palestina los nombres de las calles fueron sustituidos por otros que pretendían ser viejos, como si no hubiera existido un nombre antes. Como si nuestro lugar de origen no hubiera existido nunca. La mujer palestina está ante la distorsión de su propio mapa, del robo descarado de su tierra y del asesinato de su pueblo, su tierra y de ella misma”.

Denunció que en 1967 Israel expulsó a medio millón de personas y que “empezó una campaña para borrar toda huella histórica” del pueblo palestino. “La idea era mantener un orden militar en Palestina y Cisjordania. “Las mujeres fueron pioneras de la primera intifada. No hay excusa posible para que dejemos nuestra identidad. Las mujeres lideraron protestas y movimientos (…) El arma del periodismo de las mujeres tomó fuerza en la segunda intifada”. La primera intifada iniciada en 1987 y la segunda iniciada en el 2000 son explicadas por Doris Musalem Rahal, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco como movilizaciones que “tuvieron el carácter de públicas consistente en huelgas, manifestaciones y llamados a la desobediencia civil, cuyos principales manifestaciones son el rechazo apagar impuestos, boicot a los productos israelíes y expansión del mercado local (…)” entre otras.

“Pese al ruido de las explosiones, la madre escucha el llanto de su pueblo y muchas veces el último suspiro de sus seres queridos por esa metódica aniquilación. Las mujeres se levantan de nuevo y se niegan a cumplir el rol de víctimas que les impuso Israel (…) Porque la esperanza, igual que Gaza, también es un valor que se construye. La exigencia es clara, simple, humana: que se ponga un sano final a esta matanza, a esta adicción a la muerte (…) La resiliencia de la mujer palestina se convierte en constructiva (…) Quiero finalizar expresando mi reconocimiento y admiración a las mujeres mexicanas y mi alegría de verlas destacar en todos los ámbitos de la vida”. El evento culminó con un fuerte aplauso y con las consignas «A romper, a romper, Relación con Israel» y «Desde el río hasta el mar, Palestina Vencerá», demandas históricas sostenidas por el movimiento civil internacional en solidaridad con el pueblo palestino.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.