«Tamarroud» (rebelde en árabe), es un movimiento social que empezó antes de la revolución que derrocó al dictador Hosni Mubarak. El 30 de junio del 2013 volvieron a salir a la calle y exigieron, y lograron el derrocamiento del presidente egipcio, Mohamed Morsi. GARA habla con uno de los personajes visibles de este movimiento, Hassan […]
«Tamarroud» (rebelde en árabe), es un movimiento social que empezó antes de la revolución que derrocó al dictador Hosni Mubarak. El 30 de junio del 2013 volvieron a salir a la calle y exigieron, y lograron el derrocamiento del presidente egipcio, Mohamed Morsi. GARA habla con uno de los personajes visibles de este movimiento, Hassan Turkey.
El café Groppi de la plaza Talaat Har cercana a la plaza Tahrir se ha convertido en un espacio donde los opositores a Morsi charlan y discuten sobre política. En este conocido café de la capital egipcia es donde ha pasado muchas tardes Hassan Turkey, de 25 años. El joven estudiante universitario de Derecho se presenta saludando a los policías que están vigilando la entrada a la céntrica plaza.
-¿No le dan miedo los policías?
-No ahora no. Antes en la revolución contra Mubarak eran muy temidos pero ahora ellos también se han convertido en revolucionarios. Se han dado cuenta de cuál es el camino a seguir.
-¿Y cuál es el camino a seguir?
-La revolución permanente. Una revolución que no entiende de elecciones ni dictaduras. Una revolución por el pueblo y para siempre.
-Ustedes acamparon contra Mubarak dentro de lo que conoce como «Primavera árabe». Pedían libertad, justicia y democracia. Las elecciones democráticas las gano Mohamed Morsi, del partido Libertad y Justicia. ¿Qué ha pasado en la sociedad egipcia, y en concreto en el movimiento «Tamarrod» para que se aplauda a los militares que han destituido al presidente?
-La gente eligió a Morsi. No era una fácil elección ya que era o votar a Morsi o votar por los partidarios de Mubarak. Usamos una expresión popular para explicar esto, cuando decimos que le «echamos limón» (como se echa a muchas comidas) para que nos gustara. Yo no estoy en contra de los militares, están cuidando de los egipcios. Los militares quieren mucho a su pueblo, pero no queremos a los militares en el poder. Aquí hubo mucha gente que derramó sangre en las revueltas. De eso los Hermanos Musulmanes se olvidaron nada más llegar al poder. El poder que consiguió gracias al derramamiento de sangre de los que protestamos contra Mubarak no lo contempló. Además, al no tener dinero, el Gobierno fueron a pedirlo en el extranjero, pero muchos países árabes nos cerraron la puerta. Con una buena administración de los recursos eso se podría haber evitado. Gobernaban para sus seguidores y para nadie más. Los militares quieren cambiar eso, quieren ayudar al pueblo egipcio.
-Con tanto sector diferente en la oposición que protesta en las calles, como por ejemplo los pro-Mubarak y los salafistas rigoristas de Al-Nur, ¿cómo es la convivencia con todos esos grupos y los «tamarrod»?
-Ahora mismo los salafistas de Al-Nur no están de acuerdo con nosotros, los «tamarrod». Se puede decir que también son nuestros enemigos y por consiguiente enemigos de la revolución egipcia. Solo sus líderes están en la oposición a los Hermanos Musulmanes por lo que puedan ganar tácticamente. Pero sus seguidores, incluso los más radicales, están en las protestas a favor de Morsi. Nos hemos enfrentado más de una vez con ellos y te advierto que son muy extremistas.
-Y con las otras minorías, como por ejemplo con los coptos ¿Cómo es la relación que tiene su movimiento?
-Hay que aclarar que los «tamarrod» y los coptos no estuvimos desde un principio en contra de Morsi pero sí en contra de lo que representaba. Y lo que representaba era volver a la edad feudal, que el islam fuera la única razón de ser de esta nación. Los coptos han estado con los «tamarrod» desde el principio, incluso hay cristianos que luchan por la revolución con los «tamarrod». Ellos también han perdido ha mucha gente por los ataques de los salafistas desde que Morsi llegó al poder. Ahora son miembros muy activos de la oposición contra Morsi.
-¿Cómo empezaron esas protestas contra Morsi? Hay sectores que les acusan de trabajar codo con codo con los militares.
-Los militares no han tenido nada que ver con los «tamarroud». Vuelvo a insistir que los militares egipcios es lo mejor que tenemos en este país y cuidan de su gente por encima de cualquier partido o constitución que se ponga por delante.
Ya en la época de Mubarak, empezamos a recoger firmas en contra de su poder. En la era de Morsi hicimos lo mismo. Ningún salafista de Al-Nur firmó esos papeles, te lo puedo asegurar. Firmamos un papel diciendo que no estábamos de acuerdo con la política que llevaba el entonces presidente.
-¿Han llegado a utilizar la violencia los «tamarroud», como se les acusa desde varios sectores, incluidos los golpistas?
-Si nos atacan, atacamos. Tenemos medios para defendernos.
-¿Y de dónde sacan esos medios que menciona?
-En Egipto hay un mercado negro muy grande de armas. La gente acude a esos sitios y se hace con su propia arma para defenderse de los ataques violentos que lanzan los Hermanos Musulmanes.
-¿Ha propuesto el movimiento «Tamarrod» alguna hoja de ruta al nuevo Ejecutivo?
-Le hemos preguntando al nuevo presidente por cambios, queremos una nueva Constitución. Los cambios que pedimos son varios. Sería importante que algún miembro de cada grupo que estuvo presente en las protestas tenga representación parlamentaria, salafistas, coptos, «tamarrods»… No queremos que estén los Hermanos Musulmanes. Ellos tampoco quieren ser miembros del nuevo gobierno. Creemos que los Hermanos Musulmanes continuarán con estas protestas hasta que consigan algo de lo que quieren, pero en definitiva, el regreso de Morsi no es aceptable. Los militares acabarán con sus protestas más temprano que tarde.
A decir verdad no hemos pensado en ninguna hoja de ruta. Hemos pensado más en el día despues de que la revolución haya conseguido un gobierno justo para Egipto que en una hoja de ruta. Confiamos en los militares y la inteligencia de Sissi para que haga las cosas que le pide el pueblo egipcio, que son los que anteriormente te he dicho: libertad, justicia social y añado ahora una buena economía para poder vivir dignamente. En definitiva: dignidad.
-¿No cree que, a la larga, eso mismos militares aglutinarán el poder y se convertirán en otra dictadura?
-Quizás. Lucharemos también contra eso, la revolución en Egipto no tendrá fin. Pero hay que saber que los militares no son ahora como en la época de Mubarak. Cambiaron a los lideres, y Sissi no es una persona estúpida. ¡Ha sido jefe de la inteligencia militar! Le tenemos mucho respeto. Sabrá manejar esta situación con solvencia.
-¿No cree que, después de pedir democracia, apoyar un golpe militar que derroca a un presidente elegido democráticamente puede suponer ante la opinión internacional deslegitimarse como oposición valida?
-La gente en Occidente no sabe nada de nosotros, piensa que todavía estamos casados con cuatro mujeres. A mí no me puede venir nadie a decir cómo tengo que vivir. Estuve leyendo «El Pais» hace un tiempo y un periodista que decía que era experto en Egipto escribió cosas horribles sobre nosotros, con información de agencia, todo hay que decirlo. Escribió mierda podrida. Esa verdad es la que llega a los españoles, si está manipulada la gente no puede opinar bien sobre nosotros. Que nos dejen en paz los de la opinión internacional, porque para criticar a un pueblo, primero has de saber algo sobre ellos. La gente que venía a ver las pirámides ni se preguntaba cómo vivíamos, se quedaban con la estampa de los camellos y las pirámides.
Dijeron también que esto era un golpe militar. ¿Cómo pueden decir que es un golpe militar si hubo 35 millones de personas en la calle? ¿Cuántas personas elegirían ahora a Morsi? Estados Unidos y sus cadenas como la Fox y la CNN han apoyado a Morsi desde el principio.
-¿Que le pide usted al nuevo gobierno?
-Justicia, para mis amigos que han muerto en las batallas en la calle sobre todo. También pedimos democracia. El problema es que queremos democracia con justicia, con Morsi no había democracia con justicia. Hacía las cosas para su séquito. Se basan mucho en la ignorancia de la gente pobre, antes de las elecciones les daban dinero y comida para que así pensaran que les iban a dar lo mismo o más cuando ganaran pero no fue así, se olvidaron de los suyos. Al nuevo gobierno, le queremos pedir que no se olvide de nosotros, ni en época de elecciones ni fuera de ella. Queremos una democracia real. También es que no votaron muchas personas a favor de Morsi en la primera ronda, sólo 4-5 millones de votantes en un país de casi 90 millones. En la segunda vuelta la decisión era, o votas a un partido que representa volver a la época de Mubarak o votas a los HM y la gente decidió en ese momento votar a favor de los Hermanos Musulmanes porque era mejor que Mubarak. Era o el infierno de un lado o el infierno del otro. Por eso creemos que el Partido Libertad y Justicia no puede presentarse a las elecciones.
-¿Una democracia real sin uno de los mayores partidos de Egipto?
-Sí, así es. No es un partido democrático, así que no debe estar en ningún lado.
-¿Y qué propone el movimiento opositor «Tamarrod» hacer con los Hermanos Musulamanes y sus partidarios?
-Para nosotros son tan criminales como Mubarak. Uno de los iniciadores de todo este movimiento, Mahmoud Hamza (entrevistado en GARA) opina que a sus líderes hay que castigarlos por su traición al pueblo de Egipto. Su encarcelamiento significaría una nota de aviso a todo aquel que quiera traicionar al pueblo egipcio. Con los seguidores pues tendrían que integrarse en la vida normal. Son salafistas en su mayoría y también hay wahabitas dentro de las acampadas de los Hermanos Musulmanes. El pueblo egipcio nunca olvidará la traición tanto de los líderes como sus seguidores. Encima dicen que no son violentos y todos los días intentan agredirnos.
-¿Cómo conseguirán que se integren?
-Ese será su trabajo, no el nuestro. Tendrán que integrarse y punto. Aceptar las reglas del juego que la población egipcia ha puesto. 35 millones de personas en la calle en contra de Morsi les tiene que abrir los ojos a la fuerza. Un tercio de la población egipcia en la calle es mucho. Esa cantidad de manifestantes también tiene que servir para que la opinión internacional se calle de una vez y nos deje a los egipcios en paz.
Fuente original: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130731/415801/es/La-revolucion-Egipto-no-acabara-nunca