Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Gabriel Péri, comunista y periodista, fusilado por los nazis el 15 de diciembre de 1941 por haberse negado a firmar una declaración condenando los «actos de terrorismo». |
Desde hace un mes – para fijar una fecha desde el 15 de abril [de 1936] – Palestina se encuentra en un estado de franca revuelta: se multiplican las manifestaciones y refriegas sangrientas. Los últimos días han costado 36 muertos a la población árabe, a la población judía y al cuerpo británico de ocupación. Nuevos refuerzos de tanques y coches blindados han sido enviados a Palestina.
Los acontecimientos merecen retener la atención y es indispensable, consideramos, corregir las interpretaciones erróneas que pueden surgir al respecto. Hay quienes gustan de afirmar que los disturbios en Palestina no son, a fin de cuentas, otra cosa que el resultado de la propaganda hitleriana y de las intrigas de Mussolini. Permítannos no sumarnos a esa opinión. Nadie va a disputar que el fascismo hitleriano y el fascismo mussoliniano se esfuerzan por utilizar todos los incidentes de la vida internacional y explotarlos para sus fines tenebrosos. Pero sería un error basarse en este hecho para apreciar de modo correcto el movimiento palestino.
Los árabes se alzaron en 1929 cuando el hitlerismo no había llegado al poder y ninguna rivalidad oponía a Gran Bretaña e Italia. La revuelta palestina está ligada al movimiento general de rebelión que agita todo el mundo árabe, el de Egipto y de Siria, como el de Palestina.
¿Es justificada esta revuelta? Creemos que está perfectamente justificada. Agregamos que consideramos que es un grave error cuando se la asimila a un movimiento antisemita. Para nosotros el antisemitismo es profundamente abominable. Pero los árabes no se rebelan contra los judíos considerados como tales. Es contra una forma de explotación imaginada e implementada por el imperialismo británico.
Esencialmente, bajo el pretexto del hogar nacional judío, se ha organizado en Palestina una verdadera expoliación de los árabes. La gran sociedad sionista Keren Hayessod se ha especializado en esas expoliaciones. Aprovechando la falta de títulos de propiedad por parte de los campesinos árabes y los beduinos, se pone de acuerdo con un señor feudal-jeque-árabe para apropiarse de tierras. Después de hacerlo, avisa a los campesinos árabes que deben abandonar la tierra sobre la cual sus antepasados han labrado durante siglos. Si los campesinos no obedecen, la sociedad pide la ayuda de los soldados británicos.
Y hay cosas peores: otra organización, Histadrut, ha organizado una verdadera caza al obrero árabe. Cada año, cuando se celebra la fiesta de la recolección de naranjas, las tropas de asalto sionistas organizan verdaderas expediciones punitivas en las obras de construcción, en las fábricas, expulsando despiadadamente a los obreros árabes.
Así, el sionismo organiza pogromos al revés. Los métodos que mencionamos son exactamente los mismos que el hitlerismo emplea contra los judíos en Alemania.
¿Cómo no se iba a sublevar vigorosamente la población árabe en esas condiciones? Los jefes de esta revuelta han tenido cuidado de repetir cien veces que no quieren tener que ver con el antisemitismo. Quieren luchar contra el imperialismo británico y contra su aliado el sionismo. Exigen que termine la inmigración judía pasada de 80.000 en 1914 a 450.000 en 1935. No es, dígase lo que se sea, una consigna anti-judía. Vemos la defensa de los judíos perseguidos por el hitlerismo en el contexto del respeto al derecho de asilo, en la solidaridad internacional contra el fascismo, y no en la complicidad con una actividad sospechosa de expoliación.
Los árabes exigen además la prohibición de toda venta de tierras árabes. Preconizan la constitución de un gobierno nacional árabe.
Esas reivindicaciones son justas. Se inspiran en la voluntad de un pueblo de liberarse de una dominación sofocante.
La causa de los trabajadores judíos, perseguidos por las dictaduras fascistas, no es la de los expropiadores de las grandes sociedades sionistas y de sus tropas de asalto. Se confunde con la de los oprimidos de todos los colores y de todas las razas que no quieren permitir que se les despoje.
26 de mayo de 1936
Notas
(1) Keren Hayessod: principal instrumento financiero de la Agencia Judía, recibió entre 1934 y 1938 de Lloyds Bank un monto total de préstamos de 675.000 libras esterlinas. [NDLR].
(2) Histadrut, organización sindical sionista [NDLR].
[Coordination-interfacs-Palestine]