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La salud en Gaza, objetivo militar de Israel

Fuentes: Barómetro Internacional

El plan sistemático de Israel para destruir Palestina abarca hospitales, escuelas y hogares. La operación «Margen Protector» que en estos días avanza en Gaza es la confirmación de la metodología represiva israelí. La destrucción como forma de hacer política. En esa frase se podría resumir la ideología (y sus herramientas para llevarla a cabo) que […]

El plan sistemático de Israel para destruir Palestina abarca hospitales, escuelas y hogares. La operación «Margen Protector» que en estos días avanza en Gaza es la confirmación de la metodología represiva israelí.

La destrucción como forma de hacer política. En esa frase se podría resumir la ideología (y sus herramientas para llevarla a cabo) que Israel despliega hace tres semanas contra Palestina. Con más de 1.800 palestinos asesinados por bombardeos y ataques terrestres, el gobierno de Tel Aviv confirma su intención de convertir a la Franja de Gaza en un gran cementerio sobre el cual seguir edificando el Estado israelí.

Hasta el momento no existe condena internacional -ya sea de Naciones Unidas, Estados Unidos o cualquier otro país- que detenga la masacre que comete Israel contra el pueblo palestino.

Ni la excusa inicial (el asesinato de tres jóvenes judíos), ni «el horror» que produce el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás entre la población israelí, son las razones reales de la Operación «Margen Protector». El gobierno de unidad alcanzado por Hamás y Al Fatah, organización que dirige a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), se convirtió en la preocupación principal de Tel Aviv. Y su forma de rechazar esta alianza, respaldada por los palestinos y palestinas, ya es conocida: la invasión militar y el aumento permanente de muertos y heridos en Gaza.

Con respecto a esto, el titular de la ANP, Mahmud Abbas, brindó ayer un dato escalofriante: el Ejército israelí asesinó a 17 palestinos por hora desde que comenzó la invasión.

Desde el inicio, el gobierno de Israel apuntó su mira a destruir la infraestructura de la Franja de Gaza, teniendo en claro que esa porción de tierra, de apenas 360 kilómetros cuadrados sobre el Mar Mediterráneo, debía ser ahogada todavía más. Sumado al bloqueo que sufre Gaza desde 2006, es evidente que la operación «Margen Protector» tiene entre sus objetivos principales arrasar con los pocos medios que poseen los palestinos en Gaza. Los hospitales, ambulancias e insumos para la atención médica se han convertido en el trofeo de caza de las tropas hebreas. Un breve recorrido por la situación sanitaria en Gaza lo demuestra.

-En la jornada del 4 de agosto, medios internacionales denunciaron que en el hospital de Rafah, los cadáveres de niños «son apilados en una nevera para helados y comestibles, porque ya no hay espacio en las morgues».

-El doctor Ghassan Abu Sitta, cirujano plástico que arribó a Gaza con la organización Ayuda Médica para los Palestinos (MAP, por sus siglas en inglés), declaró a AFP que «cerca del 70% de los heridos permanecerán discapacitados, su vida jamás será la misma». El médico manifestó que «la escala de la carnicería en Gaza excede totalmente la capacidad del sistema de salud».

-En declaraciones a la cadena BBC, Michele Beck, integrante del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, alertó que «recibimos heridos cada día y cada noche y debemos realizar operaciones de emergencia para intentar salvar vidas, vemos todo tipo de heridas en extremidades, en pulmones, producto de los bombardeos y explosiones». Beck agregó «de las 54 clínicas que operábamos hay sólo 17 funcionando, que ven más de 200 pacientes cada una».

-El médico Yusuf Al Suaity, también señaló a la BBC que los médicos enfrentan «una grave carencia de todo tipo de material, desde guantes hasta antibióticos, así como combustible». Al Suaity indicó que los bombardeos tiene consecuencias fatales: «También recibimos constantemente pacientes por abortos y nacimientos prematuros».

-Juan Carlos Cano, coordinador de MSF en los Territorios Ocupados, expresó al diario español Público, que «Israel debe dejar de bombardear a civiles y a las estructuras médicas que tratan de asistirlos». Cano denunció que en Gaza «la situación sanitaria es crítica: hacinamiento, falta de agua, cortes de luz, dificultad para suministrar alimentos».

-El 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció «la tendencia continuada» de Israel de atacar con artillería las instalaciones, vehículos y personal médico en Gaza. Una semana antes de este pronunciamiento, el hospital de Al Aqsa fue atacado por lo cual murieron un elevado número de personas y quedaron destruidas las áreas quirúrgicas, las de cuidados intensivos y el equipamiento para salvar vidas.

-La OMS también denunció que doce clínicas, diez ambulancias, un centro especializado para personas discapacitadas y dos estaciones de desalinización del agua han quedado destrozados por los bombardeos.

-El 22 de julio se conoció que las tropas israelíes había cometido una masacre en el Khuzza y posteriormente fue ocupado. La orden a los soldados israelíes fue que dispararan contra todo lo que se moviera. Como medida extra, se prohibió la entrada de ambulancias al poblado.

-El portal Palestina Libre denunció que «la destrucción parcial de la única planta eléctrica ha limitado a menos de dos horas el suministro de electricidad impidiendo el bombeo de agua a las casas. Esto, sumado a las condiciones de hacinamiento en las que están viviendo más de 240.000 desplazados, los daños en los sistemas de alcantarillado y la imposibilidad de llevar a cabo las prácticas de higiene diarias podría desencadenar aparición de enfermedades relacionadas con el agua».

Las imágenes de la destrucción de Israel en Gaza son la evidencia clara de la política sistemática de represión que se aplica contra el pueblo palestino. Tanto su sistema sanitario como escuelas (muchas de ellas de Naciones Unidas) como hogares de familias son parte fundamental en el plan israelí para devastar la franja. Y no es casualidad: en esa pequeña porción de tierra, en la cual sobreviven más de un millón y medio de personas, se afinca la principal resistencia desplegada por organizaciones político-militares y un pueblo que se niega a desaparecer, pese al doloroso costo que producen las muertes cotidianas.

Fuente original: www : http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/