Afortunadamente cuando se publicó mi artículo, a petición de los jugadores argentinos se suspendió el partido en Jerusalén ocupada debido a la presión popular recibida. Fracaso del lobby israelí y sus aliados. Un fiasco de la AFA
Desde lo mordaz. Al establecerse oficialmente la Copa del Mundo en 1930 por la FIFA, Palestina era parte del contexto mundial e Israel no existía. En 1928 la ocupación británica a Palestina formó el primer seleccionado de fútbol conformado por unos pocos palestinos y británicos al que lo llamaron Palestina, reconocido por la FIFA en 1929. Las huellas fueron perspicazmente borradas como se intentó borrar a Palestina.
Los $2 millones de la moneda estadounidense y una suma mucho mayor fuera del contrato que alcanzaría, según versiones, a los $12 millones de dólares, un hotel lujoso con más de 90 habitaciones en Jerusalén para la totalidad de la delegación y el vuelo chárter para trasladar a los jugadores del Seleccionado Nacional de Fútbol argentino desde Barcelona a Israel y luego a Rusia, sede del Mundial de Fútbol 2018, bloquea la conciencia y activa la corrupción que azota al fútbol, en especial, a la Asociación del Fútbol Argentino-AFA por admitir, una vez más, que su selección juegue en un predio robado a una familia palestina en Jerusalén en 1948 y en un estadio construido sobre los huesos de la tragedia de su pueblo.
Los datos del millonario pago en blanco a la AFA, lo reveló en el tabloide estadounidense ‘Globe’ el excéntrico empresario israelí Danny Benaim, titular de la empresa Comtec Group con sede en Tel Aviv y sucursales en Barcelona, Shanghai y Hong Kong. Ansioso de mejorar la pésima imagen de Israel, Benaim, se encargó de gestionar el millonario contrato de la llegada del seleccionado para ‘el mal llamado amistoso’. En algunas de las precisiones, obliga a los máximos exponentes argentinos «Lionel Messi, Sergio Leonel ‘kun’ Agüero y Ángel Di María, jugar al menos 60 minutos», regocijando al público israelí sin importar que pocos días después deberán jugar por el título argentino en el Mundial.
El presidente de la AFA, principal fiador del encuentro, Claudio ‘chiqui’ Tapia, básico en los principios humanos, asistió a la recepción del 70 aniversario de la creación de Israel en Buenos Aires y entre copas de champán le manifestó al embajador israelí llan Sztulman: «el partido con Israel representa muchísimo para nosotros».
No así lo es para el DT argentino Jorge Sampaoli, que no disimuló estar molesto con el partido, al igual que los jugadores que se ven mezclados en los salvajes entretelones de la política israelí y sentirse arrastrados como ganado, tanto su capitán Messi, como el plantel a visitar con desgano el Muro de los Lamentos en la vieja Jerusalén judaizada y militarizada para colocar absurdos papelitos manchados con efímeros deseos y ganarse el repudio de los palestinos.
Algo similar ya le aconteció a Messi con su equipo del FC Barcelona en 2013, donde los tentáculos de la extorsión sionista lo llevaron al Muro y a visitar protocolarmente a los jerarcas de la ocupación para las necesarias fotos que recorrieron las cadenas informativas intentando blanquear el rostro de quienes tienen las manos laceradas por sus crímenes.
Para muchos de los periodistas deportivos argentinos, mayoritariamente oficiosos a los intereses israelíes, consideraron que «es un partido sin sentido». Pero la AFA no tiene pruritos de ceder ante la cuantiosa moneda que los hace languidecer y cometer graves pecados por omisión. Jugar en Jerusalén bajo la ocupación y en medio de la actual masacre de palestinos en la décima semana de la Marcha del Retorno con 134 mártires y más de 110 mil heridos, es afianzar la xenófoba judaización de la milenaria ciudad capital de Palestina y encubrir los crímenes de lesa humanidad israelí.
No hay ingenuidad. Las malintencionadas artimañas sionistas lograron que los albicelestes quedarán atrapados el próximo 9 de junio entre la ‘copa 70 aniversario de la creación de Israel’ y los tediosos festejos israelíes por la ilegal ‘reunificación de Jerusalén’ luego de la ocupación del resto de Palestina, incluyendo la ciudad Santa el 5 de junio de 1967. Punzante fecha que los palestinos la recuerdan como el ‘Día de la Naksa (Caída)’ por la pérdida total de la soberanía de su tierra entre 1948 y 1967.
El fastidio alcanzó los niveles de la indignación al ver el silencio cómplice de la FIFA y la desidia de los presidentes democráticos de la República Argentina que no se atrevieron con grandeza evitar los 5 partidos premundialistas jugados con Israel y el sexto que se jugará próximamente. Permitiendo que la AFA mancille la dignidad palestina y consolide la nefasta práctica israelí de Apartheid durante estas fastidiosas 7 d é cadas.
Desde el primer encuentro de ambos equipos en el año 1973, la AFA repitió su malograda estrategia de jugar en Israel, aunque, su homónimo israelí nunca compitió en un mundial y su equipo es paupérrimo. En 1986, antes del Mundial de México, el crack argentino, Diego Armando Maradona, instaló la intelectual estupidez de la cábala y se convirtió en el principal fogonero de jugar con el seleccionado argentino en Israel e ir al Muro con la kipá.
Previo al mundial de Italia en 1990, nuevamente los millones de dólares sionistas cegaron la dirigencia de la AFA como parte de los espurios negociados de su presidente Julio Humberto Grondona y las perfidias maniobras maradoniana de impulsar por segunda vez a los jugadores visitar el Muro, pese al marco de tensión que se vivía en Palestina en plena ‘Intifada de las Piedras’ iniciada en 1987, que costó la vida de 6800 civiles palestinos con más de 180 mil heridos, de los cuales, casi 4 mil quedaron minusválido de por vida por las atrocidades de las tropas israelíes.
La lamentable participación premundialista se repitió obstinadamente jugando en Israel en los años 1994 y 1998. Solo que ese último año, por primera vez el encuentro futbolero ataviado de una putrefacta coacción israelí sobre la AFA y el gobierno argentino del entonces presidente Carlos Saúl Menem, impuso por contrato cambiar el estadio de Ramat Gan en Tel Aviv para jugar por primera vez en el estadio israelí Teddy Kollek en Jerusalén ocupada.
El escenario y el encuentro tuvo una fuerte connotación del manejo sionista. Similar a la esgrimida actualmente, utilizaron políticamente al Seleccionado Nacional argentino, no solo para jugar en la profanada Jerusalén, sino conmemorar ese día del partido (15 de abril de 1998), ‘el 50 aniversario de la creación de Israel’, a solo semanas de los ’50 años de la ‘Nakba (Catástrofe) palestina’ (15 de mayo), que recuerda el exilio y el comienzo sistemático del robo de Palestina en el ’48.
Nadie de ellos guardó remordimiento, tanto Grondona, como su DT Daniel Passarella y su capitán Maradona, se sintieron mortificados. Sin escrúpulos, tampoco les atañe hoy a Chiqui Tapia y a Messi, manchar la camiseta argentina y jugar una vez más sobre un césped regado con la sangre palestina.
Suhail Hani Daher Akel fue el primer embajador del Estado de Palestina en la Argentina; primer representante de la OLP en la Argentina; analista Internacional sobre la situación de Palestina
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