Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El lanzamiento de piedras es el derecho básico y el deber de cualquier persona sometida por un régimen extranjero. El lanzamiento de piedras es una metáfora de resistencia. La persecución de lanzadores de piedras, incluidos niños de 8 años, es una parte inseparable -aunque no siempre se dice claramente- de los requisitos laborales del régimen extranjero, no menos que los disparos, la tortura, el robo de tierras, las restricciones de movimientos y la distribución desigual de los recursos acuáticos.
La violencia de soldados de 19 años, de sus comandantes de 45 años y de los burócratas, juristas y abogados es dictada por la realidad. Su tarea es proteger los frutos de la violencia representados por la ocupación extranjera, recursos, beneficios, poder y privilegios.
Firmeza (sumud) y resistencia contra la violencia física, y aún más la sistémica, institucionalizada, es la expresión central de la sintaxis interior de los palestinos en este país. Esto se refleja cada día, cada hora, cada momento, sin pausa. Por desgracia, esto vale no solo en Cisjordania (incluido Jerusalén Este) y Gaza, sino también dentro de las fronteras reconocidas de Israel, aunque la violencia y la resistencia contra el ocupante se expresan de formas diferentes. Pero a ambos lados de la Línea Verde, los niveles de angustia, asfixia, amargura, ansiedad e ira aumentan continuamente, como la sorpresa ante la ceguera de los israelíes al creer que su violencia puede mantener su control para siempre.
A menudo el lanzamiento de piedras resulta del aburrimiento, hormonas excesivas, imitación, bravatas y competencia. Pero en la sintaxis interior de la relación entre el ocupante y los ocupados, el lanzamiento de piedras es el adjetivo agregado al sujeto de «Ya estamos hartos de vosotros, ocupantes».
Después de todo, los adolescentes podrían encontrar otras formas de dar rienda suelta a sus hormonas sin arriesgar arrestos, multas, heridas y muerte.
Aunque sea un derecho y un deber, las diversas formas de firmeza y de resistencia contra el régimen extranjero, así como sus reglas y limitaciones, deberían enseñarse y desarrollarse. Las limitaciones podrían incluir la distinción entre civiles y los que portan armas, entre niños y uniformados, así como las fallas y estrechez de miras del uso de las armas.
Tendría sentido que las escuelas palestinas introdujeran clases básicas de resistencia: cómo construir múltiples aldeas de «torres y recintos cerrados» en el Área C; cómo comportarse cuando las tropas del ejército entran en las casas; comparación de diferentes luchas contra el colonialismo en diferentes países; cómo utilizar una cámara de vídeo para documentar la violencia de los representantes del régimen; métodos para agotar el sistema militar y a sus representantes; un día de trabajo semanal en las tierras más allá de la barrera de separación; cómo recordar detalles identificadores de soldados que te lanzan esposado al piso del jeep, a fin de presentar una queja; los derechos de los detenidos y cómo insistir en ellos en tiempo real; cómo superar el temor a los interrogadores; y esfuerzos de masas para ejercer el derecho de movimiento. Pensándolo bien, los adultos palestinos también podrían aprovechar esas lecciones, tal vez en lugar de sus ejercicios, entrenamiento en la dispersión de manifestaciones y prácticas de espionaje de publicaciones en Facebook.
Cuando hace dos años alistaron a estudiantes de secundaria para la campaña de boicot de productos de las colonias, parecía una acción en la dirección correcta. Pero se detuvo allí, sin ir más lejos, sin ampliar el contexto. Semejantes lecciones habrían estado perfectamente ajustadas a las tácticas de apelar a las Naciones Unidas, desobediencia civil en el terreno y desafío al poder en la diplomacia.
¿Por qué entonces no existen clases semejantes en el currículo palestino? Parte de la explicación tiene que ver con la oposición de los Estados donantes y las medidas punitivas de Israel. Pero también se debe a inercia, pereza, razonamiento deficiente, malentendidos y ventajas personales para algunas partes de la sociedad. De hecho, la justificación de la existencia de la Autoridad Palestina engendró una regla básica en las últimas dos décadas, adaptación a la situación existente. Por lo tanto se han creado una contradicción y un choque entre la sintaxis interior de la Autoridad Palestina y la del pueblo palestino.
Publicación original: http://www.haaretz.com/opinion/the-inner-syntax-of-palestinian-stone-throwing.premium-1.513131
Fuente: http://iajv99.wordpress.com/2013/04/07/amira-hass-the-inner-syntax-of-palestinian-stone-throwing/
rCR