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Testimonio de un inmigrante

La situacion de los «ilegales» debe cambiar o los españoles pagarán el precio

Fuentes: Rebelión

Hace ya más de 8 meses de mi llegada a España, y 5 desde que adquirí la condición de ilegal por no regularizarme dentro de los 3 primeros meses; en realidad esta situación nunca me preocupó, no fue hasta que comencé a trabajar que noté el maltrato al que se ven legalmente sometidos algunos inmigrantes […]

Hace ya más de 8 meses de mi llegada a España, y 5 desde que adquirí la condición de ilegal por no regularizarme dentro de los 3 primeros meses; en realidad esta situación nunca me preocupó, no fue hasta que comencé a trabajar que noté el maltrato al que se ven legalmente sometidos algunos inmigrantes en España, y seguramente en todo el mundo, especialmente en Europa.

Me refiero a «algunos», porque otros llevan la situación mucho peor, mucho depende del color, del idioma: de la nacionalidad, el trato para un negro y para un blanco no es ni remotamente parecido, los primeros son los candidatos principales para las cárceles de internamiento de extranjeros, donde pueden pasar como delincuentes hasta 6 meses encarcelados esperando su deportación, y son frecuentemente detenidos en la vía pública para presentar documentación.

Jamás pensé encontrarme en España con situaciones similares, y a veces peores, que las de Israel con respecto a los derechos humanos, considerando por supuesto también las acciones militares de este país en Afganistán y la actitud del pueblo frente a estos hechos, incluso de sectores que deberían ser activamente opositores a estas políticas.

Una de las políticas que me irritaron siempre de Israel, es la negación de un juicio para muchos palestinos, aunque estos sean ilegítimos en más de una ocasión residentes de los territorios ocupados han logrado un fallo en su favor ilegitimando aún más la política de ocupación.

En España se aplica la misma política aunque con diferente propaganda, cualquier inmigrante ilegal que denuncie algún maltrato o crimen en su contra se arriesga a ser detenido, humillado y deportado por las autoridades españolas, por esta razón el municipio de Bilbao ha intentado advertir a las mujeres inmigrantes sin papeles que sufran maltrato de no efectuar las denuncias en la policía nacional (competente para efectuar deportaciones) sino en la policía municipal, este municipio ha sido sancionado por publicar esta guía para mujeres sin papeles maltratadas dejando en evidencia el consentimiento del Estado respecto a maltratos a inmigrantes.

En muchos casos, los trabajadores sin papeles son frecuentemente estafados por CCOO o UGT (los sindicatos más representativos) que cobran grandes sumas de dinero y en reiteradas ocasiones sin resolver el problema.

Para dar un ejemplo personal de maltrato como inmigrante ilegal les contaré sobre mi útimo trabajo en España para el sistema judicial. La empresa SEPROTEC, que gestiona las traducciones e interpretaciones para los juzgados que prestan intérpretes a acusados extranjeros, me solicitó urgentemente asistencia como intérprete a un acusado israelí preso a lo que accedí no sin dejar antes mis condiciones de pago claras debido a mis anteriores experiencias trabajando con españoles, sin embargo hasta la fecha no he cobrado.

A modo de prueba me dirigí a la estación de la policía nacional, la cual sin prestarme ayuda al menos no me detuvo por ilegal (aunque no sin aclarar que podían hacerlo), luego en el juzgado de Torrent las secretarias se mostraron muy sorprendidas al saber mi intención de denunciar a Seprotec (empresa que trabaja con ellos) y dijeron que tampoco podían ayudarme, es decir que no dispongo de medios para defenderme de una forma aceptada socialmente o al menos éstos me han sido negados por la policía y el juzgado de Torrent.

Lo sorprendente para mi al comunicarme con la abogada defensora fue saber que la fuente de mis honorarios era la parte acusada que había presentado su propio intérprete y que por decisión del juzgado no le habían permitido actuar como tal, dejándome como única opción y obligando al acusado a pagar a los 2 intérpretes, aunque los honorarios de uno de ellos se perdieron entre el juzgado y Seprotec. De un solo golpe el juzgado de Alicante y la empresa han timado a dos extranjeros exitosamente y aunque desconozco cómo, con ley en mano, pues según la policía nacional y el juzgado de Torrent no hay nada que hacer, o no vale la pena.

Para cualquier extranjero sin papeles en España defenderse es una difícil misión y muchas veces hasta imposible, incluso en el caso de que efectuar la denuncia fuese posible se presentaría un difícil dilema: si denuncia puede ser expulsado.

¿Cuál es entonces la forma de defendernos frente a un Estado y sociedad que no nos reconoce como personas, al menos no como personas con los mismos derechos?, nuestra situación se agravara cada día más, de hecho ya está pasando, los grupos de cacería que prenden fuego o castigan a inmigrantes en las calles y trenes no son novedad, como tampoco los castigos leves que reciben y en desproporción con los que sufrimos por no tener un papel, por arrojar una bomba de pintura o estafar a un banco como en los casos de Joaquín Garcés y Amadeu, encarcelados por decenios mientras cualquier asesino de inmigrantes sale por buen comportamiento a los 5 años.

Hemos visto todos por televisión, no solo cómo un inmigrante inmutado consentía que un español agrediera a una ecuatoriana por su nacionalidad, sino también cómo un solo fascista del ejercito español asesinaba con una trincheta a un joven anarquista ante la pasividad y terror de una veintena de compañeros que en vez de intervenir huyeron despavoridos del tren.

Por todo esto ninguna autoridad española es competente para asesorarnos, ayudarnos o decirnos cómo afrontar casos de abusos, son estas autoridades nuestros principales enemigos, también del pueblo español, aunque éste como la mayoría aún no lo entienda.

Son tambien muy pocas las organizaciones y asociaciones comprometidas con nuestros problemas, al menos en Valencia el 90% de los activistas sociales se dedican a la organización de fiestas para recaudar fondos, botellones, etc. El famoso Mayhen no es más que un centro social para distribuir lsd y recaudar fondos para comprarlo, en «el nido» otra agrupación supuestamente comprometida hace sólo unas semanas fue expulsado un compañero, el unico inmigrante, por criticar la postura pasiva de los «activistas». Aparentemente la Confederacion Nacional de Trabajo de Valencia con todos sus problemas internos y el REDI son las únicas organizaciones en la provincia que albergan gente capaz de moverse por nuestros abusos, esto reduce el numero de aliados locales en gran medida, tal vez 10 personas o menos, evidentemente algo impotentes ante el gran numero de abusos.

Lo único positivo de todo esto, es que está en nuestras (inmigrantes) manos generar parte del cambio necesario, cambiar lo que nos afecta puntualmente a nosotros como ilegales y en otros casos como trabajadores, consciente o inconscientemente casi el total de los españoles favorecen al statu quo y se resisten a cambios que nos beneficien. Que cientos de neonazis puedan salir libremente a las calles de Valencia a insultarnos y humillarnos, con el permiso del gobierno y sin ningún tipo de oposición de ninguna organización o colectivo a pesar de la antelación con la que se esperaba la agresión nos deja bien claro a qué cultura nos enfrentamos. Hoy nada en España puede evitar que nos linchen en plena calle, esto ya ha pasado, pasa y seguirá pasando de ser por las autoridades y sociedad española, nada cambiará excepto si nos unimos para resolver el problema como lo que somos: ilegales.

Rebelión ha publicado este artículo con autorización del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.