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Jerusalén: al enterarse de que su amante es árabe, consigue que el tribunal judío le condene por violación

«La única democracia de Oriente Próximo» vuelve a retratarse

Fuentes:

Traducido por Juan Vivanco

Para un «aquí te pillo aquí te mato» en Jerusalén más vale ser judío que árabe. Esa es la lección que ha aprendido en sus carnes un palestino de la ciudad, condenado esta semana a 18 meses de prisión firme por violación.

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2008: un encuentro casual en pleno día con una transeúnte judía en el centro de la ciudad. Tras unos minutos de conversación, una relación sexual consentida en el hueco de la escalera de un edificio cercano. Los problemas empezaron para S. K. [*], casado y padre de dos hijos, cuando su conquista descubrió que era árabe y le denunció. Después de dos años en arresto domiciliario, le han condenado por violación. Los jueces se han remitido a una jurisprudencia que equipara las «relaciones sexuales con engaño» con la violación.

Según la denunciante, S. K. se había presentado como «un judío soltero interesado en una relación seria». El tribunal ha razonado en su fallo que si ella «no hubiera pensado que el acusado era un soltero judío en busca de una relación duradera, no habría cooperado». Una afirmación que se contradice con el carácter expeditivo del encuentro y la versión del acusado. Este reconoce que mintió sobre su situación familiar, pero dice que no ocultó explícitamente que era árabe. Probablemente aprovechó la ambigüedad del nombre con el que se presentó, Dudu, un mote que también se usa en hebreo como diminutivo de David.

El abogado de S. K. ha recurrido y espera que el asunto se resuelva con una condena a trabajos de interés general, ya que su cliente ha llegado a un acuerdo con el tribunal: ha reconocido que mintió a la mujer, a cambio de la retirada de la acusación de violación. Pero su condena ha desatado cierta polémica. «Entonces, cada vez que una persona miente sobre algún detalle de su identidad, ¿hay que acusarla de violación?» se pregunta Elkana Laist, de la oficina de los abogados públicos.

Para S. K., el fallo, por encima de todo, está teñido de racismo: «Si yo fuera judío ni siquiera me habrían interrogado. No la violé en un bosque, ella aceptó todo lo que pasó» ha explicado al periódico Haaretz. Una opinión que comparte Leah Samael, abogada especialista en derechos humanos: «Si un judío religioso hubiera ocultado que era religioso para seducir a una mujer, ni siquiera le habrían procesado. Lo que clama al cielo es que los árabes israelíes [el 20% de la población de Israel] tengan que ocultar constantemente su identidad».

* N. T.: En realidad el diario francés incurre en lo mismo que el tribunal israelí, pues da el nombre completo de la víctima, que aquí recogemos en iniciales, y no el de la falsa violada.

Fuente: http://www.liberation.fr/monde/0101648645-apprenant-que-son-amant-est-arabe-elle-le-fait-condamner-pour-viol