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Las declaraciones de condena no detendrán el genocidio en Gaza

Fuentes: Rebelión [Foto: Varias personas lloran a sus familiares muertos por los bombardeos israelíes sobre Gaza del 18 de marzo de 2025 (Abdel Kareem Hana/AP)]

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Mientras Israel reanuda el genocidio a gran escala en Gaza, todo lo que la comunidad internacional puede ofrecer son tibias objeciones.

No era sino cuestión de tiempo que Israel decidiera destrozar definitivamente el alto el fuero firmado con Hamas y reiniciar su genocidio total en Gaza. Durante la madrugada [del 18 de marzo de 2025] el ejército israelí emprendió una oleada de ataques que, por el momento, han acabado con la vida de al menos 404 personas y herido a otras 562. Sin lugar a dudas estas cifras aumentarán a medida que se recuperen más cadáveres de entre los escombros y que Israel continúe lo que el primer ministro de Malta, Robert Abela, ha denunciado por ser un «brutal» ataque contra el enclave palestino.

Pero, a fin de cuentas, lo que mejor sabe hacer Israel es ser brutal. Y, por desgracia, no se vislumbra un final a este comportamiento brutal, especialmente cuando lo más que puede ofrecer la mayoría de la comunidad internacional son tibias declaraciones de condena.

Por ejemplo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, declaró que los ataques israelíes «añadirán más tragedia a una tragedia», y que «el hecho de que Israel utilice una fuerza militar aún mayor no hará sino añadir más miseria a una población palestina que ya padece unas condiciones catastróficas».

El primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, coincidió al afirmar que el ataque israelí constituye «una gran tragedia» para la población de Gaza, mucha de la cual «vive en tiendas de campaña y en las ruinas de lo que ha sido destruido».

El Ministro holandés de Asuntos Exteriores, Caspar Veldkamp, por su parte, acudió a la tribuna X para opinar que «la ayuda humanitaria debe llegar a las personas que la necesitan y todas las hostilidades deben terminar definitivamente». Suiza pidió «la vuelta inmediata del alto el fuego».

Por supuesto, Estados Unidos no consideró necesario condenar que se hayan reanudado los ataques israelíes contra Gaza, una reacción nada sorprendente por parte del país que desde un principio ha contribuido al genocidio y lo ha instigado, primero bajo el gobierno de Joe Biden y ahora bajo el de Donald Trump.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó en una entrevista concedida a Fox News que Israel había consultado a Estados Unidos sobre este último ataque y añadió que Trump había «dejado claro» que Hamas y «todos aquellos que intentan aterrorizar no solo a Israel, sino también a Estados Unidos de América, pagarán un precio». Parafraseando una amenaza anterior de Trump a Hamas, Leavitt advirtió de que «se desatará el infierno».

Y, sin embargo, el infierno ya se ha desatado en la Franja de Gaza desde cualquier criterio objetivo. Con el firme apoyo de Estados Unidos, el ejército israelí masacró oficialmente al menos a 48.577 personas palestinas entre octubre de 2023 y enero de 2025, cuando se estableció un tenue alto el fuego entre Israel y Hamas. El pasado mes de febrero la Oficina de Comunicación del Gobierno de Gaza actualizó su cifra de personas muertas en casi 62.000 personas al tener en cuenta a las miles de personas desaparecidas y presuntamente muertas bajo los escombros que todo lo invaden.

Y aunque aparentemente Gaza tuvo un respiro de los constantes bombardeos israelíes al aplicarse el acuerdo de tregua, el ejército israelí siguió matando a población palestina y violando el acuerdo de otras maneras. A fin de cuentas, un cese de hostilidades nunca ha sido el modus operandi de Israel.

Cuando a principios de marzo Israel bloqueó toda la entrega de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza (una maniobra que equivale a imponer la hambruna y que es un crimen de guerra obvio), como era de esperar, Estados Unidos, culpó a Hamas del bloqueo de la ayuda en vez de a quien realmente lo estaba haciendo. Lo mismo hizo la Unión Europea al condenar a Hamas por su supuesta «negativa […] a aceptar prorrogar la primera fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza».

Teniendo en cuenta que Israel había cambiado directamente los términos del acuerdo, en realidad no se trataba de un caso de «negativa» por parte de Hamas, sino más bien de un cambio unilateral de los objetivos por parte de Israel, como ha hecho una y otra vez. La Unión Europea señaló como una ocurrencia tardía que «la decisión de Israel de bloquear la entrada de toda la ayuda humanitaria en Gaza podría tener consecuencias humanitarias».

Pero, en cualquier caso, toda la culpa era de Hamas.

Ahora, a medida que van llegando poco a poco las condenas a Israel por reanudar la barbarie, no es difícil entender por qué Israel podría tomarse las objeciones internacionales como algo menos que serias. A fin de cuentas, los leves reproches como por obligación y los llamamiento a poner fin a la «tragedia» en Gaza no sirven en absoluto para impedir que Israel haga lo que le dé la gana, e inicie y detenga el genocidio a su antojo.

Entre las víctimas del terrorismo israelí de hoy [18 de marzo de 2025] hay muchos niños y niñas, e Israel ha ordenado nuevos desplazamientos forzosos de varias partes de la Franja de Gaza. El Misterio de Sanidad de Gaza ha hecho un llamamiento urgente a donar sangre. Así pues, en resumidas cuentas parece que se ha impedido claramente que continúe el alto el fuego.

Y esto supone una ventaja añadida para el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que actualmente está siendo juzgado en nada menos que en tres juicios por corrupción relacionados con fraude, soborno y abuso de confianza. Como informó hoy Times of Israel, la declaración que estaba prevista hiciera Netanyahu «se ha cancelado por hoy dada la impactante ofensiva en Gaza».

Según el primer ministro, la fiscalía acepto cancelar la declaración para permitir al gobierno llevar a cabo una «consulta urgente de seguridad» sobre la reanudación de las operaciones en Gaza.

Y mientras la brutal tragedia golpea una vez más a la Franja de Gaza, la negativa internacional a ponerle fin es en sí misma una tragedia brutal.

Las opiniones expresadas en este artículo son las de la autora y no reflejan necesariamente la línea editorial de Al Jazeera.

Belén Fernández es autora de Inside Siglo XXI: Locked Up in Mexico’s Largest Immigration Detention Center (OR Books, 2022), Checkpoint Zipolite: Quarantine in a Small Place (OR Books, 2021), Exile: Rejecting America and Finding the World (OR Books, 2019), Martyrs Never Die: Travels through South Lebanon (Warscapes, 2016) y The Imperial Messenger: Thomas Friedman at Work (Verso, 2011). Es redactora colaboradora en Jacobin Magazine y ha colaborado con New York Times, el blog London Review of Books, Current Affairs y Middle East Eye, entre otros muchos medios.

Texto original: https://www.aljazeera.com/opinions/2025/3/18/statements-of-condemnation-wont-stop-the-genocide-in-gaza

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.