Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Foto: Baz Ratner / Reuters
Es oficial, Israel está en carrera hacia las elecciones anticipadas. Pero nadie habla de qué personas puede votar. Las nuevas elecciones fueron convocadas aproximadamente en noviembre de 2017 después de que el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, renunciase en protesta porque Israel no iba a la guerra con Gaza y el líder de la derecha Naftali Bennett amenazó con retirar a su partido de la coalición si no se le daba la cartera de la Defensa. Sin embargo Netanyahu superó a Bennett al afirmar que era un momento demasiado peligroso para ir a las elecciones y retuvo la cartera de la Defensa para sí mismo (Netanyahu es ahora el primer ministro de Israel, el ministro de Defensa y el ministro de Relaciones Exteriores), basado en una escasa mayoría gobernante del 51 %.
Hasta la semana pasada parecía que la coalición se mantendría unida con su pequeña mayoría. Pero a raíz de la incapacidad de la Knesset para llegar a un acuerdo en un proyecto de ley sobre la conscripción militar de los ultraortodoxos y, lo que es más importante, por filtrar información de que el ministerio de Justicia estaba recomendando la acusación de Netanyahu por cargos de soborno, Netanyahu anunció el lunes: «Es demasiado Es difícil [aprobar leyes], necesitamos elecciones». Y de esta manera, las elecciones nacionales de Israel se programaron para el 9 de abril.
Gran parte de la cobertura electoral que ya está en marcha se centra en la próxima acusación de Netanyahu. ¿Podrá evitar al fiscal general hasta abril? Si es reelegido, ¿intentará que sus socios de la coalición aprueben una medida que prohíba el procesamiento de un primer ministro en funciones?
Otros asuntos relacionados con las elecciones que se están discutiendo son el aumento que veremos de complacer a los colonos. Netanyahu ya ha comenzado con eso.
Ausente por completo de la conversación electoral está la población palestina que vive bajo el control israelí sin derecho a voto. El 20 % de los ciudadanos de Israel son palestinos. Pueden votar en todas las elecciones israelíes y tener representación en la Knesset. Sin embargo estos palestinos israelíes representan solo alrededor de un tercio de los palestinos que viven bajo el Gobierno israelí y la ocupación militar.
Aunque la Autoridad Palestina y Hamás son los Gobiernos oficiales de Cisjordania y Gaza respectivamente, Israel está realmente a cargo: controla las fronteras, la moneda y el banco central; recauda impuestos en nombre de la Autoridad Palestina (AP), mantiene el derecho de llevar a cabo operaciones militares en tierras palestinas y controla cuánta libertad, o cuán poca, se otorga a los palestinos.
El año pasado, Israel aprobó solo el 54 % de los permisos que los residentes de Gaza solicitaron para viajar fuera de Gaza para tratamientos médicos vitales. Las razones para negar a las personas den Gaza el tratamiento médico necesario son a menudo absurdas, como negar un viaje porque un familiar en algún momento se mudó de Gaza a Cisjordania sin el permiso de Israel. Además del derecho a viajar, Israel regula el combustible y los materiales de construcción disponibles para los habitantes de Gaza, y en ocasiones incluso controla la cantidad de importaciones de alimentos según la cantidad de calorías que van a consumir.
Israel controla no solo las fronteras exteriores de Cisjordania, sino también lo que sucede dentro. Si bien la Autoridad Palestina administra áreas como servicios públicos e infraestructura, para gran parte de Cisjordania, Israel es la máxima autoridad. Los consejos regionales de colonos israelíes controlan el 40 % de las tierras de Cisjordania. Incluso en áreas como Ramallah, supuestamente bajo el control completo de la Autoridad Palestina, Israel se reserva el derecho a ingresar a la ciudad en cualquier momento, cerrar calles y tiendas, irrumpir en hogares y realizar arrestos sin orden judicial.
Si bien la Autoridad Palestina mantiene un sistema judicial y penal, increíblemente represivo, los palestinos también están sometidos al sistema de tribunales militares de Israel y leyes como la Orden Militar 101, que prohíbe las protestas pacíficas. Aunque son procesados en los tribunales militares israelíes y cumplen condena en las prisiones militares israelíes, los palestinos no pueden opinar sobre quién es designado para dirigir el ejército israelí y mucho menos los tribunales militares.
Jerusalén fue capturada por Israel en 1967 y se anexó formal e ilegalmente en 1980. El sentido común continúa con el hecho de que Israel absorbió a los palestinos de Jerusalén Este, que ahora suman alrededor de 370.000, y los hizo ciudadanos israelíes.
Sin embargo, en lugar de mantener la ciudadanía, los palestinos de Jerusalén tienen el estatus de residentes permanentes, permitiéndoles votar en las elecciones municipales pero no en las nacionales. Si bien esto puede parecer a primera vista un movimiento en la dirección correcta, una mirada más atenta revela una manipulación cuidadosa de la demografía para garantizar una mayoría judía en todo momento del 70 % al menos. Desde 1967 y a través de políticas tales como impuestos exorbitantes, que requieren constantes pruebas de residencia y denegación de unificación familiar, Israel ha logrado revocar la residencia de 14.595 palestinos de Jerusalén. Todavía preocupados por la demografía, los legisladores israelíes de la Knesset -un cuerpo en el que los palestinos de Jerusalén Oriental no tienen representación- están trabajando actualmente en la anexión de tres grandes bloques de colonias que rodean a Jerusalén para traer a 140.000 judíos israelíes al municipio, mientras desplazan a la población palestina que allí vive.
Israel no tiene intención de poner fin a su ocupación militar. El 2019 marcará 52 años de ocupación, incluidos 12 años de asedio a Gaza y 26 años desde la firma de los Acuerdos de Oslo, que se suponía debían crear un Estado palestino. 600.000 ciudadanos israelíes viven ahora en las aproximadamente 200 colonias israelíes ilegales que cubren Cisjordania y Jerusalén Este.
Incluso desde el anuncio de las nuevas elecciones, se han anunciado otras 2.200 unidades para las colonias. Mientras se continúa debatiendo la solución de dos estados, el Estado de apartheid sin derecho de voto para todos, sigue avanzando.
Una mirada sobre quién tiene y quién no tiene permitido votar en Israel/Palestina revela las motivaciones de Israel:
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Israelíes judíos que viven en Israel, y asentamientos en Jerusalén Este y Cisjordania: 6.589.000 (Oficina Central de Estadísticas de Israel)
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Ciudadanos palestinos de Israel (palestinos que pueden votar en las elecciones nacionales): 1.500.000 (Oficina Central de Estadísticas de Israel y el Municipio de Jerusalén)
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Palestinos en Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza que no pueden votar en las elecciones nacionales israelíes: 4.880.000 (Oficina Central de Estadísticas de la Autoridad Palestina)
Mientras continuamos viendo los dramas de acusaciones en la campaña de las elecciones de Israel en 2019 y seguimos oyendo la absurda etiqueta de Israel como un Estado democrático, no olvidemos que el derecho de voto solo se otorga al 60 % de la población total y solamente a un tercio de los palestinos que viven bajo el Gisraelí.
Ariel Gold es el codirector nacional de CODEPINK y lidera sus campañas por los derechos de los palestinos.
Fuente: https://mondoweiss.net/2018/12/elections-israel-democracy/
Esta traducción se pude reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.