Traducido por Manuel Talens
Dos cirujanos del Reino Unido, los doctores Ghassan Abu Sittah y Swee Ang, se las arreglaron para entrar en Gaza durante la invasión israelí. En este artículo describen su experiencia, comparten sus opiniones y concluyen que los gazanos son enormemente vulnerables y están indefensos ante la eventualidad de un nuevo ataque.
Las heridas de Gaza son profundas y tienen muchas capas. ¿Qué decir de la masacre de Khan Younis en 1956, en la que murieron 5000 palestinos, o de la ejecución de 35.000 prisioneros de guerra por parte de Israel en 1967? ¿O de otras heridas durante la primera Intifada, cuando la desobediencia civil del pueblo ocupado contra sus ocupantes dio lugar a cientos de muertos y a cantidades ingentes de heridos? Tampoco podemos olvidar los 5420 heridos en el sur de Gaza sólo desde el año 2000. Pero en las líneas que siguen nos limitaremos únicamente a narrar las heridas de la invasión que se inició el 27 de diciembre del 2008.
Se estima que entre el 27 de diciembre de 2008 y el alto el fuego del 18 de enero de 2009 un millón y medio de toneladas de explosivos cayeron sobre la Franja de Gaza. Gaza tiene unas dimensiones de 40 x 8 kilómetros y allí viven 1,5 millones de personas, lo cual la convierte en el área de mayor densidad poblacional del mundo. Antes del ataque, Gaza estuvo completamente bloqueada y sometida a hambruna durante 50 días. De hecho, desde las elecciones palestinas Gaza ha permanecido varios años bajo un bloqueo total o parcial.
Durante el primer día de la invasión hubo 250 víctimas mortales. Todos los puestos de policía fueron bombardeados y en dichas acciones cayeron muchos agentes. Una vez eliminada cualquier fuerza policial, los atacantes se cebaron en objetivos no gubernamentales. Gaza sufrió el bombardeo aéreo de aviones F16 y helicópteros Apache, mientras que cañoneras israelíes disparaban desde el mar y, por tierra, atacaba la artillería. Muchas escuelas quedaron reducidas a escombros, entre ellas la American School de Gaza; 40 mezquitas, hospitales, edificios de Naciones Unidas y, por supuesto, 21.000 hogares, 4000 de los cuales quedaron totalmente derruidos. Se estima que 100.000 personas se han quedado sin hogar.
Armas israelíes
Las armas utilizadas, aparte de las bombas convencionales y explosivos de gran potencia, también incluyen armas no convencionales de al menos cuatro categorías:
1) Obuses y bombas de fósforo
Testigos presenciales relataron que las bombas explotaban a gran altura y diseminaban una enorme bóveda de pequeñas bombas de fósforo sobre amplias zonas del territorio.
Durante la invasión por tierra, testigos presenciales describieron que los tanques disparaban primero contra las casas con armas convencionales y, una vez destruidas las paredes, lanzaban al interior una segunda ráfaga de fósforo. Utilizado de esta manera, el fósforo explota y quema a las familias en el interior de sus hogares. Entre las partículas ardientes de fósforo se encontraron muchos cuerpos carbonizados.
Lo alarmante es que el fósforo parece haber sido tratado con un agente estabilizador especial que lo vuelve más estable e impide que arda por completo. Sus residuos cubren los campos, las zonas de juegos infantiles y los complejos habitacionales y arden cuando los niños, curiosos, los tocan o despiden gases cuando los agricultores regresan a sus campos para regar. Una familia de agricultores se topó con nubes de gases que les provocaron epistaxis (hemorragias por la nariz). Eso hace que los residuos de fósforo probablemente tratados con un agente estabilizador también actúan como armas antipersonales contra los niños y dificultan la vuelta a una vida normal carente de peligro.
Los cirujanos de los hospitales también comunicaron casos en los que después de una primera laparotomía (operación a abdomen abierto) por heridas relativamente pequeñas con mínima contaminación, en una segunda laparotomía exploratoria al cabo de tres días encontraron múltiples áreas de necrosis tisular. El estado de tales pacientes se agrava y, al cabo de 10 días, se impone la realización de una tercera laparotomía exploratoria en la que se descubre una necrosis hepática masiva. Esto puede acompañarse, o a veces no, de hemorragias generalizadas, insuficiencias renal y cardíaca y muerte. A pesar de que la acidosis metabólica, la necrosis hepática y la parada cardíaca súbita debida a hipocalcemia son complicaciones conocidas del fósforo blanco, no es posible atribuir tales complicaciones únicamente al fósforo.
Es de suma urgencia que se analice e identifique la verdadera naturaleza de este fósforo modificado y se establezca su efecto a largo plazo sobre la población de Gaza. Es también muy urgente que se recojan y se eliminen los residuos de fósforo desparramados por todo el territorio de la Franja de Gaza. Dado que despiden gases tóxicos cuando entran en contacto con el agua, bastaría con que lloviese para toda la zona se viera contaminada con gases de fósforo ácido. Sería necesario prevenir a los niños para que no toquen ni jueguen con los residuos de fósforo.
2) Bombas pesadas
Es evidente que se hizo uso de explosivos con material inerte denso (DIME, por sus siglas en inglés), pero no se sabe si se utilizó uranio empobrecido en el sur. En las zonas con población civil, los pacientes que sobrevivieron mostraban extremidades arrancadas por DIME, puesto que los muñones, aparte de mostrar el corte característico «a la guillotina», no sangraban. El revestimiento y la metralla de las bombas son extremadamente pesados.
3) Explosivos inflamables
Se han utilizado bombas antibúnker y de implosión en algunos edificios, concretamente en el de Ciencia y Tecnología de la Universidad Islámica de Gaza, cuyos ocho pisos han quedado reducidos a un montón de escombros que no llega a los 2 metros de altura.
4) Bombas silenciosas
Los gazanos han descrito una bomba silenciosa enormemente destructora. La bomba llega en silencio, como mucho acompañada de un silbido, y crea un área enorme en la todos los objetos y seres vivos se evaporan sin prácticamente dejar rastro. Nos resulta imposible identificar este tipo de bombas entre las armas convencionales, pero ha de sospecharse que se trate de armas fabricadas a base de nuevas partículas todavía en estado de experimentación.
5) Ejecuciones
Los supervivientes describen que los tanques israelíes, una vez situados frente a las casas, exigían a sus residentes que saliesen. Niños, ancianos y mujeres lo hicieron, tras lo cual los soldados los pusieron en fila y los ejecutaron. Las familias han perdido decenas de sus miembros mediante tales ejecuciones. Grupos de derechos humanos de la Franja de Gaza han documentado la selección deliberada de niños y mujeres desarmados durante el mes de enero.
6) Ambulancias como objetivo militar
Trece ambulancias fueron tiroteadas tras haber asesinado a los conductores y al personal de primeros auxilios mientras estaban rescatando y evacuando heridos.
Número de muertos
Hasta la fecha del 25 de enero de 2009, el número de muertos se estimó en 1350 y dicha cifra aumentaba a diario. Esto se debe a que los heridos graves seguían falleciendo en los hospitales. El 60% de los asesinados eran niños.
Heridos graves
Los heridos graves alcanzaron la cifra de 5450 y, de ellos, el 40% eran niños. Se trata principalmente de grandes quemados y politraumatizados. Tales datos no contabilizan las fracturas de un solo miembro ni los heridos que llegaron a pie.
A lo largo de nuestras conversaciones con médicos y enfermeras, la palabra holocausto y catástrofe se repetían una y otra vez. Todo el personal médico está bajo los efectos del trauma psicológico del terrible mes que han vivido ocupándose del número interminable de víctimas que desbordaron la capacidad de las dependencias hospitalarias y los quirófanos. Muchos pacientes fallecieron en la sala de urgencias mientras esperaban tratamiento. En un hospital comarcal de Gaza, el traumatólogo realizó 13 fijaciones externas de fracturas en menos de un día.
Se estima que de los heridos graves, 1600 sufrirán incapacidades permanentes. Entre éstas destacan las amputaciones, las secciones de la médula espinal, las heridas craneales, las grandes quemaduras y las contracturas cicatriciales incapacitantes.
Factores especiales
El número de muertos y heridos es especialmente elevado en este reciente ataque y ello debido a diversos factores:
1) Imposibilidad de escapar: dado que Gaza está herméticamente rodeada por las tropas israelíes, nadie pudo escapar a los bombardeos ni a la invasión por tierra. Sencillamente, no había por dónde hacerlo. Incluso dentro de la propia Franja de Gaza, el desplazamiento de norte a sur fue imposible, dado que los tanques israelíes habían cortado el paso entre ambas zonas. Si esto se compara con la situación que se vivió en Líbano en 1982 y 2006, en la cual la gente pudo huir de las zonas bombardeadas a otras de calma relativa, es evidente que dicha opción no ha existido en Gaza.
2) La densidad poblacional de Gaza es muy alta. Resulta inquietante observar que Israel haya utilizado bombas de precisión. El porcentaje con que éstas alcanzan su objetivo en los edificios es del 100 % y dichos edificios estaban abarrotados de gente. Como ejemplos se pueden señalar mercados, puestos de policía, escuelas, complejos de edificios de Naciones Unidas utilizados como refugio en los bombardeos, mezquitas (40 de las cuales fueron destruidas) y los hogares de las familias que creyeron estar a salvo por no ser combatientes, así como los edificios de apartamentos en los que una sola bomba de implosión destrozó a muchas familias. El hecho de que la población civil haya sido objetivo constante hace sospechar que los objetivos militares fueron sólo daños colaterales, mientras que el auténtico objetivo era la población civil.
3) La cantidad y la calidad de las municiones utilizadas, tal como se ha descrito más arriba.
4) La indefensión de Gaza frente los modernos armamentos de Israel. Gaza carece de tanques, aviones o misiles antiaéreos con los que poder defenderse del ejército invasor. Nosotros dos pudimos experimentarlo en persona durante un leve intercambio de disparos entre tanques israelíes y fusiles Kalashnikov palestinos que datan de 1947. Las fuerzas enfrentadas eran sencillamente incomparables
Conclusión
Si se tiene en consideración todo lo anterior, el próximo ataque contra el Gaza podría ser igual de catastrófico. Los gazanos son enormemente vulnerables y están indefensos ante cualquier nueva ofensiva. Si la comunidad internacional desea realmente prevenir en el futuro que haya muertos y heridos en tal escala, deberá desplegar algún tipo de fuerza de defensa en Gaza. De otro modo, muchos más civiles vulnerables seguirán muriendo.
El escritor y traductor Manuel Talens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.