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Las ideas de Fidel y la Reforma Agraria

Fuentes: Granma

El programa del Moncada, contenido en el histórico alegato de Fidel La Historia me Absolverá «conceder la propiedad inembargable e intransferible de la tierra a todos los colonos, subcolonos, arrendatarios, aparceros y precaristas que ocupen parcelas de cinco o menos caballerías de tierra, indemnizando el Estado a sus anteriores propietarios a base de la renta […]

El programa del Moncada, contenido en el histórico alegato de Fidel La Historia me Absolverá «conceder la propiedad inembargable e intransferible de la tierra a todos los colonos, subcolonos, arrendatarios, aparceros y precaristas que ocupen parcelas de cinco o menos caballerías de tierra, indemnizando el Estado a sus anteriores propietarios a base de la renta que devengarían por dichas parcelas en un promedio de diez años.» postulaba, entre las más urgentes medidas a tomar por un gobierno revolucionario

El 17 de mayo de 1959, Fidel firma en la Comandancia de La Plata, en la Sierra Maestra, la Ley de Reforma Agraria.

La fundamentación de esta trascendental medida contenida en el Programa del Moncada fue posteriormente divulgada y explicada por la prensa y la radio clandestinas del Movimiento Revolucionario 26 de Julio.

Así, por ejemplo, en el periódico clandestino Vanguardia Obrera, en el número correspondiente al 20 de febrero de 1957, en su página editorial, bajo el título «La Reforma Agraria», se explica la injusta y absurda situación de la posesión de las tierras en Cuba, donde «solo 1/5 del suelo laborable está en manos de pequeños propietarios, mientras 4/5 partes de nuestras tierras se encuentran en manos de grandes compañías latifundistas que no la trabajan». El editorial concluía: «Tenemos que reconquistar 4/5 partes del suelo cubano para nuestro desposeído campesinado».

En el territorio liberado del Segundo Frente Oriental, se publicaban, en el periódico Surco, los preceptos que sobre la necesidad de llevar a cabo la Reforma Agraria se establecían en el Programa del Moncada. El campesinado de aquel territorio liberado, organizado y movilizado por el luchador campesino comunista José (Pepe) Ramírez, se preparaba para recibir e implementar la Ley que se elaboraba en la Sierra Maestra.

Profundamente impresionado por los logros revolucionarios alcanzados en el territorio liberado del Segundo Frente, constatados en una visita a ese frente en el mes de octubre del 58 por el Delegado Nacional de propaganda del M.26.7, dejó constancia de sus impresiones en carta dirigida al compañero Arnol Rodríguez, dirigente nacional del Movimiento 26 de Julio, preso en el Castillo del Príncipe. En esta carta, refiriéndose al trabajo con el campesinado en ese territorio liberado, informaba el dirigente clandestino del M.26.7: «Existe una Comisión de Asuntos Campesinos. Ha celebrado un Congreso Campesino en Armas, que fue maravilloso. El campesinado está embullado y esperanzado. Creo que sería un crimen, y una falta de consecuencia revolucionaria, no entrarle, con la manga al codo, al problema de la Reforma Agraria, como primera medida del Gobierno Revolucionario. ¡Esta vez el campesinado no será olvidado! ¡Es nuestra firme decisión!»

Fidel entrega los primeros certificados de propiedad de la tierra a campesinos de Rancho Mundito, Pinar del Río.

 En pleno desarrollo de la lucha guerrillera, en la Sierra Maestra, el 10 de octubre de 1958 se firma por el Comandante Fidel Castro la Ley No.3 implantando la Reforma Agraria en todo el territorio liberado por el Ejército Rebelde.

 Esta Ley, en su capítulo I, art.1, disponía: «Se le concede la propiedad de la tierra que cultivan a los arrendatarios, subarrendatarios, aparceros, colonos, subcolonos, precaristas, y poseedores, en los casos que ocupen parcelas de cinco o menos caballerías de tierra particular o del Estado, a los cuales se les expedirá el título de propiedad sobre las mismas, con los requisitos establecidos en esta Ley».

 Comienza de inmediato la implementación de esta Ley en los territorios liberados de la Sierra Maestra y del Segundo Frente Oriental «Frank País».

 Meses más tarde, al producirse el derrocamiento de la dictadura de Batista y ser esta sustituida por el Gobierno Revolucionario, se firma por Fidel, el 17 de mayo de 1959, en la Sierra maestra, la Ley de Reforma Agraria, cumpliéndose así una de las medidas fundamentales del Programa del Moncada, y entregándosele a la Revolución su principal arma para la reconquista de nuestras tierras, la liquidación del latifundio y la definitiva liberación de nuestro campesinado.

 Previo a la firma y promulgación de la Ley de Reforma Agraria, se crea el Instituto Nacional de la Reforma Agraria, el INRA, Organismo Estatal dirigido por Fidel y encargado de aplicar, en todo el país, los preceptos y disposiciones de la ley agraria, a fin de liquidar el latifundio, entregar la tierra a los que la trabajan, organizar la producción agropecuaria y forestal cooperativa y, en fin, liberar al campesinado e incorporarlo al desarrollo de las fuerzas productivas de nuestras extensas y feraces áreas agrícolas, dejando bien claro el carácter agrario de nuestra Revolución.

 Se delimitan en el país 26 Zonas de Desarrollo Agrario, ZDA, que enmarcadas dentro de las antiguas seis provincias que comprendía el territorio nacional, y subordinadas a las correspondientes Direcciones Provinciales del INRA, constituirían los dispositivos encargados de la implementación de las tareas de la Reforma Agraria en sus respectivas regiones.

 Una vez promulgada la Ley de Reforma Agraria, comienza un amplio proceso de divulgación del contenido y beneficios de esta Ley, desarrollado en todo el país por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio. Esta campaña incluyó la recogida de fondos y donación de equipos e insumos para ayudar a los pequeños campesinos convertidos en propietarios de las tierras que cultivaban en virtud de la ley revolucionaria.

 Esta amplia movilización de nuestro pueblo, y en particular de nuestro campesinado, a favor de la ley recién aprobada, tuvo su más exitosa expresión en la gigantesca concentración campesina llevada a cabo en La Habana, el 26 de Julio del «Año de la Liberación», con la participación aproximadamente de 700 000 campesinos provenientes de los más apartados y lejanos lugares de nuestro país y que fueron alojados y atendidos por las familias habaneras, en un hermoso abrazo, nunca antes visto, entre la ciudad y el campo.

 A partir de esta gran movilización nacional en apoyo a la Ley de Reforma Agraria, y ya creado el INRA como institución estatal para implementarla, Fidel efectúa durante el segundo semestre de 1959, tres reuniones nacionales con sus «Comandantes de la Reforma Agraria», como se dio en llamar a los Delegados Provinciales y Jefes de Zonas de Desarrollo Agrario del INRA.

 La finalidad de estas reuniones nacionales era ir orientando y alertando a los funcionarios del INRA sobre el complejo y delicado trabajo que implicaba el rescate de las tierras usurpadas y su entrega a los campesinos, así como la organización, en los vastos latifundios intervenidos, de formas cooperativas de utilización y explotación estatal de las mismas. Además, aprovechó Fidel estos encuentros para definir conceptos y esclarecer dudas que surgían a los Delegados y Jefes de Zonas durante el inicio del desempeño de sus complejas tareas.

 La Primera Reunión Nacional del INRA se efectuó en La Habana, el día 4 de agosto de 1959. En ella, explicó Fidel importantes aspectos conceptuales de la instrumentación de esta decisiva ley de la Revolución; de su fundamentación y alcance; de las razones políticas, económicas y militares que hacían necesaria su urgente aplicación. A lo largo de sus intervenciones e intercambios con los funcionarios, el Comandante en Jefe fue definiendo conceptos y entregando argumentos para el trabajo de los Jefes de Zonas de Desarrollo Agrícola, tales como:

 ·Si nos cuestionan ¿Cuáles son los límites de las tierras del Estado?, les responderemos: se extienden desde la Punta de Maisí, al Cabo de San Antonio, y abarcan las tierras comprendidas entre la costa norte y la costa sur de nuestra Isla.

 ·Si los latifundistas adujeran su condición de propietarios históricos de sus tierras, pregúntenles Uds. si acaso son ellos siboneyes, o descendientes directos de nuestros aborígenes.

 ·Caracterizando a los funcionarios responsabilizados con la liquidación del latifundio, sentenció: «Los jefes de las zonas de desarrollo agrícola representan la máxima autoridad en el territorio. La autoridad casi ilimitada que tienen, deben saber ejercerla, y ejercerla bien».

 ·«El INRA es la Revolución hecha Organismo, como la Ley de Reforma Agraria es la Revolución hecha Ley», afirmó Fidel en aquella histórica reunión.

 La segunda Reunión Nacional del INRA se efectuó el día 7 de octubre, y en ella abordó Fidel aspectos operativos de la aplicación de la ley y debatió con los jefes provinciales y de zonas de desarrollo agrícola las experiencias y dificultades que los mismos habían confrontado ya en el desarrollo de la tarea. Definió, sobre la marcha, algunas posibles adecuaciones de la ley que surgían de las experiencias de los que la estaban aplicando. Estableció:

 ·»La Ley de Reforma Agraria la hemos hecho con un espíritu revolucionario, pero la hemos aplicado con un criterio todavía más revolucionario. Tenemos que ir, rápidamente, a librar del pago de la renta a los arrendatarios, y entregarles el título de propiedad de la tierra.»

 ·»A la hora de definir cuántas caballerías le dejan a un latifundista, puede que tengan el criterio de dejarle 100, como marca la ley si están bien cultivadas, pero mejor dejarle 50. Tengan la más completa seguridad que este latifundista será nuestro enemigo tanto si le dejamos 100, como si le dejamos 50 caballerías». En el análisis de este tema, el Jefe del INRA en Camagüey plantea «que opina que se le deben dejar solo 30 caballerías, porque esta gente está conspirando y va a conspirar aún más contra la Revolución». A este planteamiento, Fidel responde: «Déjalos que conspiren, que les vamos a hacer una nueva ley confiscándoles todos los bienes a los conspiradores. Si les dejas solo 30 caballerías se van a sentir con más derecho a conspirar».(*)

 ·Desarrollando su pensamiento de que la Ley de Reforma Agraria constituía también una necesidad para la defensa del país, Fidel expresa: «Tenemos también el problema de la defensa de la Revolución. Esta cuestión es tan importante, que sin ella todos los planes agrícolas están en el suelo. La preparación militar de los campesinos constituye una tarea principal del INRA. Se debe coordinar la defensa militar de la República con el INRA».

 ·Fidel expresa que si algún Jefe de Zona es acusado por los latifundistas de «estar fuera de la Ley», sepan Uds. que desde que tiramos un tiro contra el régimen establecido, nos pusimos «fuera de la Ley».

 En la Tercera Reunión Nacional del INRA, que tuvo lugar el 7 de diciembre de 1959 y coincidió con el final de aquel combativo, laborioso y definitorio segundo semestre del Año de la Liberación, nuestro Comandante en Jefe, en su condición de Presidente del INRA, hizo un resumen del trabajo realizado en aquel periodo, señalando los aspectos críticos, negativos y aciertos que se habían obtenido, así como las tareas pendientes a resolver en el futuro. La Reunión tuvo un inicio sorpresivo, pues al entrar a la sala, encontramos en la presidencia, no solo a Fidel y Directores Nacionales del INRA como era habitual, sino que acompañándolos presidían también la reunión, el Presidente Dorticós y los miembros del Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario.

 Fidel abrió la reunión diciéndonos, en tono grave: «He invitado a esta tercera Reunión Nacional del INRA al Presidente de la República y al Consejo de Ministros para que ustedes sepan que existe un Gobierno en este país, pues ustedes se han vuelto unos ‘zarecitos’ (**) en sus zonas de desarrollo, tomando decisiones en cuestiones que no son de sus esferas de trabajo y, en otras ocasiones, actuando de forma no coordinada ni autorizada por los Ministros que tienen que ver con las mismas. Los veintiséis Jefes de Zonas de Desarrollo Agrario han cumplido su misión de eliminar el latifundismo, pero algunos se han excedido en sus funciones y prerrogativas. Conocemos que siempre lo han hecho con el ánimo de adelantar el trabajo en la zona; que se han visto presionados por la urgencia que tienen las tareas que se les han asignado, o por otras circunstancias que enlentecen o se oponen al cumplimiento de las tareas que desarrollan, pero es imprescindible consultar y coordinar las acciones con los Ministros correspondientes».

 «El no hacerlo así, pudo dar lugar a choques innecesarios entre funciones y tareas emprendidas por diferentes dispositivos del Gobierno y el INRA en las Zonas de Desarrollo Agrario. No han faltado ocasiones en que algunas de estas erróneas decisiones, no consultadas, han sido denunciadas por la reacción, que las pone en vidrio de aumento y las generaliza ante la opinión pública, en su lucha a muerte contra la Revolución.»

 Como tema Central de la Tercera Reunión Nacional del INRA, Fidel plantea la necesidad de aumentar la producción de alimentos, ya que con los beneficios de la Revolución, se ha desatado un colosal aumento del nivel de vida del pueblo.

 «A los seis meses de Reforma Agraria las grandes compañías norteamericanas pondrán el grito en el cielo y la campaña contrarrevolucionaria va a llegar a su clímax. La Revolución cubana es un acontecimiento mundial y la publicidad que se hace contra nosotros es mundial, y nosotros no la podemos contrarrestar; solo los años, el tiempo, podrá contrarrestar sus mentiras. Cuando los pueblos se hayan sublevado en los demás países y hagan también una Revolución como esta, es que se podrá contrarrestar cabalmente esa campaña contra Cuba.

«Los imperialistas piensan invadir a Cuba, pero para invadirla tienen que matar a cuatro millones de cubanos.»

Con estas emotivas, valientes y patrióticas palabras concluyó Fidel la Tercera Reunión Nacional del INRA, analizando críticamente el trabajo realizado y los avances en la implantación de la Reforma Agraria al finalizar el «Año de la Liberación».

   

(*) Mas adelante, el 3 de octubre de 1963, tiene lugar la promulgación de la Segunda Ley de Reforma Agraria, ya que, como había previsto y anunciado Fidel en la Tercera Reunión Nacional del INRA en 1959, la reacción de la burguesía agrícola y sus aliados en el país, y el incremento de las agresiones a nuestra Revolución por parte del gobierno norteamericano, obligó a la Revolución a darle un golpe definitivo a ésta burguesía saboteadora y beligerante que aun retenía y subutilizada, aproximadamente un 20% de la superficie agrícola.

 

Esta Segunda Ley de Reforma Agraria estableció, por fin, la nacionalización, a favor del Estado Cubano de todas las fincas rústicas que excedieran las 67 Ha. ( 5 caballerías)

Tomado de: http://www.radioguines.icrt.cu/index.php/nac/5525-las-ideas-de-fidel-y-la-reforma-agraria