En el seno de las poderosas burguesías arias europeas de religión judía, no semitas, nace un movimiento racista y colonial llamado el sionismo, el mismo consiste en la fabricación de un Estado segregacionista, exclusivo para los de religión judía. Este movimiento mediante el fraude y la barbarie logra en 1948 imponer un Estado judío en […]
En el seno de las poderosas burguesías arias europeas de religión judía, no semitas, nace un movimiento racista y colonial llamado el sionismo, el mismo consiste en la fabricación de un Estado segregacionista, exclusivo para los de religión judía.
Este movimiento mediante el fraude y la barbarie logra en 1948 imponer un Estado judío en la Palestina histórica, a través de la colonización y la limpieza contra la población nativa semita palestina.
Ya un rosario de masacres asalta la efemérides del pueblo palestino, su calendario contemporáneo data las masacres de Tantura, Kafer Kasem, Deir Yasim, Yabalia, Kibia, Qana, Jenin, la lista es insoportablemente larga.
Ese colonialismo llamado Israel y que nada tiene que ver con el antiguo pueblo hebreo, ejerce una persecución contra los palestinos y es por esto que actualmente es el pueblo con el mayor número de refugiados en el mundo, también es el grupo de refugiados más antiguo de la historia de la humanidad, además el régimen racista y colonial de Israel no le permite su legitimo derecho de retorno tal como lo contempla la Resolución 194 de la ONU.
Hoy existen dos Palestina, una Palestina ocupada y una Palestina refugiada. Existen más de 6 millones de refugiados palestinos en el mundo de los cuales más de 1 millón y medio viven hacinados en los campos de refugiados de países árabes desde 1948 y 1967.
A los palestinos además de huir de sus tierras también se les persigue y se les masacra en los propios campos de refugiados.
Tal como fue en los Campos de Refugiados de Sabra y Shatila en Beirut ciudad capital del Líbano en septiembre de 1982.
En 1982 el Líbano se encontraba sumergido en una guerra civil entre la extrema derecha y las fuerzas progresistas de la izquierda libanesa . Es el año en que el ejército colonial de Israel invade al Líbano llegando hasta Beirut.
En agosto de 1982 toda la base militar de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) fue expulsada del Líbano.
El 23 de agosto del 1982 fue elegido presidente del Líbano y único candidato Bashir Gemayel, cristiano maronita de la ultraderecha, pero el 14 de septiembre del mismo año fue asesinado por Habib Sartouni, un sirio cristiano maronita quien sostenía que Bashir Gemayel era un traidor.
Entre el caos se culpa a los palestinos por el asesinato del presidente del Líbano.
El 15 de septiembre el ejército colonial de Israel rodea completamente los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila en Beirut y controlaron todas las entradas y salidas, como también edificaciones y demás aéreas estratégicas. Se aliaron con diversas fuerzas de la burguesía de extrema derecha libanesa para masacrar a puros indefensos civiles, muy humildes ancianos, niños, mujeres y hombres, acantonados refugiados palestinos y ciudadanos libaneses.
Una matanza que comenzó el 16 de septiembre hasta el 18 de septiembre dejando un saldo de entre 3000 muertos, fue un pogrom*. Beirut quien fue la romántica urbe árabe, hedía ese septiembre al horror putrefacto de tantos cadáveres….el hedor fue el alarido testimonial de tan sofisticado y hermético genocidio. Cráneos descuartizados con hachas, degollamiento, tiros en la nuca, cuerpos sin genitales. Fueron más de 2000 soldados que penetraron los campos refugiados.
El colonialismo israelí hábilmente y con su artillería mediática hace ver al mundo de que se trató de una masacre entre árabes y que ellos no tienen nada que ver.
Aunque la ONU bajo la Resolución 37/123 condenó la masacre como genocidio y se realizaron condenas a nivel internacional, ningún tribunal ha hecho justicia. Los grandes culpables continuaron con cargos políticos y hasta llegar a ser primer ministro como el caso del diestro genocida, Ariel Sharon quien fue el artífice y comandó toda la logística de la masacre.
En el 2001 el Tribunal Supremo Belga dictaminó que figuras como Ariel Sharon pueden ser condenados ya que la corte de ese país tiene la potestad de juzgar casos relativos a crímenes de guerra, sin importar dónde fueron cometidos.
Uno de los implicados de esta masacre el militar libanes Elie Hobeika, quien se puso a la orden del tribunal belga para romper con el silencio, en el cual quería mostrar con documentos que desvinculaban a las fracciones falangistas libanesas de la horrenda masacre. Inmediatamente en el 2002 el Estado colonial de Israel asesina a Elie Hobeika y a su vez el régimen colonial de Israel se infiltra en la corte belga para que su ley sea modificada hecho que se logró y por lo tanto el caso queda fuera de curso.
Hoy, como ayer y mañana la perenne justicia, no hay fatiga, debemos buscar y presionar para que se abra un tribunal internacional y hacer camino de resistencia clara y civilizada.
El sionismo es el más profundo racismo de nuestro tiempo histórico, es un pensamiento ajeno a la belleza humana. Liberemos al mundo del racismo sionista, encaremos el horror de nuestro tiempo histórico y encaremos todas las formas de racismo venga de donde venga, y vaya a donde vaya.
Los ciudadanos del mundo debemos velar por el justo derecho de retorno de los refugiados palestinos a su Palestina histórica. La Resolución 194 de la ONU pertenece a la humanidad, nadie la puede abolir. Toda paz reposa en la base de la igualdad y justicia, sin un Estado Palestino no habrá la paz anhelada, honesta y humanizadora.
Asociación de Socorro al Pueblo Palestino, CANAAN. [email protected]