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Las medidas de austeridad no salvarán la economía egipcia

Fuentes: Al Monitor

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

Más de un mes después de la aplicación del nuevo presupuesto estatal la crisis económica persiste en Egipto a pesar de las estrictas medidas de austeridad adoptadas por el gobierno egipcio, como el inesperado aumento del precio del carburante, que repercutió en el precio de los alimentos y en las tarifas de los transportes públicos. Esto ha cuestionado la postura del gobierno a ojos de una población que derrocó a los Hermanos Musulmanes en base a la acusación de estar llevando a Egipto a la bancarrota.

El 5 de julio el gobierno egipcio anunció unas medidas de austeridad que eran parte del presupuesto general y tenían el objetivo de reducir un 10% el déficit, lo que equivale a 50.000 millones de libras egipcias o a 6.900 millones de dólares. Esto se hizo eliminando parcialmente los subsidios al carburante y a la electricidad, adoptando impuestos progresivos y ampliando la base impositiva.

Estas medidas de austeridad se tomaron después de que los índices del ministerio de Finanzas señalaran un colapso de la economía: la inflación llegaba al 10%, la tasa de crecimiento disminuía un 2% y el paro juvenil se disparaba a un 25%. Al mismo tiempo el tesoro público sufría la carga de los salarios y los subsidios.

Según estadísticas del gobierno, «sin ninguna reforma el déficit total llegaría a 243.000 millones de libras egipcias (34.000 millones de dólares) o a aproximadamente el 2% del producto interior bruto (PIB). Por consiguiente, la deuda del gobierno será de 1.9 billones de libras egipcias o 265.000 millones de dólares, lo que equivale aproximadamente al 93.6% del PIB».

Una vez ratificadas las medidas de austeridad el gobierno egipcio se centró en obtener el apoyo de la ciudadanía egipcia y pedirle paciencia para que Egipto pudiera superar la crisis económica. En la rueda de prensa celebrada tras el anuncio de las medidas de austeridad y la subida de los precios el primer ministro egipcio Minister Ibrahim Mehleb calificó estas medidas de «decisiones de guerra». Pidió a los y las egipcias que apoyaran al gobierno para llevarlas a cabo.

El ministro de Financias egipcio Hani Kadry Dimian declaró a Al-Monitor: «El presupuesto general se estableció para constituir una reforma económica estructural que garantice sostenibilidad a la situación financiera en el país, reconstruya la confianza en la economía egipcia y atraiga nuevas inversiones». El ministro de Finanzas añadió: «El gobierno sabe que la supresión de los subsidios afectará en su mayor parte a las clases con ingresos altos, aunque también tendrá un impacto negativo en las clases con ingresos bajos. Sin embargo, estas reformas afectarán en primer lugar a aquellas personas que más utilizan la energía. Las decisiones de reforma económica estaban relacionadas con las medidas tomadas para proteger a los pobres mediante proyectos de justicia social».

Aunque los hogares con bajos ingresos se oponían a la decisión del gobierno, que provocó aumentos de precios sin ninguna o muy poca protección del gobierno, el ministro Dimian afirmó: «Se necesita más tiempo para que los ciudadanos con bajos ingresos perciban los proyectos de justicia social. Por ello estas medidas de reforma los beneficiarán en última instancia».

Dimian dijo a Al-Monitor qué hará el gobierno después de adquirir recursos financieros eliminando los subsidios: «[Una parte] del dinero que ganará el tesoro público se destinará a reducir el déficit presupuestario y reconstruir la confianza en la economía egipcia. La otra parte se dedicará a recursos humanos, como sanidad y educación».

Dimian habló de proyectos creados por el gobierno para proteger a los pobres. «Se apoyaba a los pobres por medio de muchos programas, empezando por proporcionarles bienes a bajo precio y acabando por aumentar los salarios de la seguridad social».

A pesar del discurso del gobierno acerca de planes para proteger a los pobres, los analistas afirman que el gobierno todavía tiene que elaborar políticas reales dirigidas a los pobres. «Aunque el gobierno habla de protección de las personas pobres y con bajos ingresos, no existen políticas reales al respecto», declaró a Al-Monitor Omar Ismail, un investigador económico del Centro Carnegie para Oriente Próximo. «Las medidas de austeridad no tienen efectos positivos, aunque algunas repercutan en solucionar el déficit presupuestario y aumentar el índice de crédito. Pero estas medidas llevarán a la inflación, cuyos efectos empezarán a aparecer el primer año».

Ismail también destacó la gravedad de estas medidas al afirmar: «Los efectos de deflación profundizarán el estancamiento que padece la economía egipcia, especialmente con el aumento de precios».

Aunque los altos cargos egipcios consideran que las medidas de austeridad son la única manera de fortalecer la economía egipcia, Ismail citó algunos problemas del plan del gobierno: «El gobierno egipcio trabaja hacia dos objetivos contradictorios en su plan de reforma económica: aumentar el índice de riqueza y lograr la recuperación económica, aunque solo por medio de nuevas donaciones [de los países] del Golfo se puede reducir al mismo tiempo el déficit financiero en el presupuesto público estatal».

Habló del controvertido programa del gobierno para eliminar progresivamente los subsidios de energía y afirmó: «Se temen los efectos de esta decisión, que puede provocar un aumento del nivel de pobreza. Los ingresos del 50% de los egipcios se destinan al consumo diario a falta de una red de seguridad social que los proteja».

Aunque desde 2013 el gobierno dependía en gran medida del apoyo y los préstamos árabes, especialmente del Golfo, el presupuesto general muestra que incluso en medio de problemas económicos Egipto no podía confiar en créditos del Golfo o extranjeros porque eran inestables, por no hablar de que permitirían controlar de un modo u otro la política en Egipto.

Una destacada fuente del ministerio egipcio de Finanzas declaró a Al-Monitor: «En menos de un año recibimos 20.000 millones de dólares de generosos créditos árabes y del Golfo en diferentes formas, ya fueran donaciones en metálico, depósitos o ayuda de petróleo».

Para proporcionar apoyo financiero al tesoro, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi fue en pos de donaciones de empresarios egipcios con el fin lograr suficientes recursos financieros para ejecutar proyectos y servicios destinados a mejorar las condiciones de vida de las personas pobres.

Sisi estableció un fondo para recaudar donaciones para el Estado. Anunció que iba a donar la mitad de su riqueza y de su salario. Con todo, Sisi parecía molesto con las élites empresariales. En su último discurso durante el aniversario de la Guerra de Ramadán afirmó: «Los hombres de negocios no respondieron lo suficiente. ¿No vas a apoyar a Egipto? No creo que 10.000, 20.000 o 50.000 millones sean suficientes. Deberíamos tener miles de millones para poder poner en marcha proyectos para la juventud».

El gobierno egipcio sigue confiando en la capacidad de los ciudadanos para soportar las medidas de austeridad, aunque parece que la subida de los precios no se compensará pronto por medio de proyectos de servicios. Esto mantendrá a las y los egipcios furiosamente insatisfechos con unas medidas cuyo impacto sólo sienten las personas pobres.

 

Ayah Aman es una periodista egipcia especializada en África y la cuenca del Nilo, en Turquía e Irán, y en cuestiones sociales internas egipcias. Se la puede seguir en Twitter: @ayahaman

Fuente: http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2014/08/austerity-measures-will-not-save-egypt-economy.html##ixzz3BZwQ7xmM