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Las miserias del río Ebro

Fuentes: Rebelión

Hace un año escribí un artículo cuyo título era «La muerte del río Ebro« , levantó mucha polémica no por su contenido, que nadie rebatió, sino por la presencia de una foto, que es esta que van a ver. Así pasa el Ebro por Zaragoza la inmensa mayoría de los días del año El Ebro, a […]


Hace un año escribí un artículo cuyo título era «La muerte del río Ebro« , levantó mucha polémica no por su contenido, que nadie rebatió, sino por la presencia de una foto, que es esta que van a ver.


Así pasa el Ebro por Zaragoza la inmensa mayoría de los días del año

El Ebro, a su paso por Zaragoza, se encuentra a día de hoy en situación de » emergencia » por una sequía que era previsible. El Ebro es el   río más caudaloso de España.   Según datos de la CHE, el río Ebro a su paso por Zaragoza alcanzaba los 0,57 metros de altura el día 22 de junio.

El nivel del caudal preventivo que establece el Plan Hidrológico de la Cuenca es de 30m3/sg, sin embargo, el día 22 de junio solamente llevaba 27,78 m3/sg y estamos en junio.

El caudal ecológico del río Ebro, en temporadas de verano es menor que el resto del año, en este mes de junio es 13,56 hectómetros cúbicos, se calcula que en julio bajará hasta los 11,30 hm3. Sin embargo, el caudal ecológico está muy por debajo de los 116,4 hectómetros cúbicos, que ha sido la media de los últimos 20 años. 

La serie histórica del caudal del río Ebro es de 15.400 Hm3. El año 2014 ya sólo tuvo 11.906 Hm3 y la mitad de esa agua no es aprovechable por provenir de riadas. En el año 2015, el agua que aportó al Mediterráneo fue de 8.700 Hm3, que son menos de la mitad que la aportó al Mediterráneo en la década de 1990-2000. Entre 1900 y 1920 la media del agua que el Ebro aportaba al mar, era de 20.000 Hm3.

Las aportaciones de agua que llegan de los ríos de la cuenca al Ebro han descendido un 21,1% entre los años 1995-2015. No hay nieve en las montañas y en los últimos cuatro meses los ríos que provienen del Pirineo y son afluentes del Ebro sólo le han dado la mitad de agua de lo que aportaban otros años.

Si seguimos las previsiones de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Ebro, la alteración de la meteorología restará unos 600 Hm3 anuales a la cuenca, que pasará a engrosar el déficit que ya se tiene. Esto significa, que la cuenca del Ebro tendrá en el año 2020 un déficit hídrico de 1500 Hm3.

Con estos datos ya es totalmente inviable el trasvase del Ebro. España tendrá un déficit hídrico estructural que afectará a más de la mitad de la península, destacando sobre todo las cuencas del Júcar, Segura, Guadiana, Guadalquivir, todo el arco mediterráneo y cuenca del Ebro.

Avanzamos sin ningún remedio hacia un colapso hídrico y medio ambiental, consecuencia de la inacción de nuestras clases dirigentes. Nos estamos quedando sin agua y se deben hacer políticas hídricas que solucionen y aminoren las graves consecuencias que tendrá la carencia de la misma.


Foto publicada por El País el 25 de junio de 2017

Una de las primeras consecuencias, es que el delta del Ebro en un plazo medio de tiempo, desaparecerá. Dos son los motivos, por un lado, el crecimiento del nivel del mar Mediterráneo y por el otro por la débil aportación de agua del Ebro, que hará que el mar entre en su cauce, como ya sucede actualmente en sus últimos 35 km.

La Agencia Europea de Medio Ambiente señala que la península Ibérica será una de las zonas que más impacto tendrá el cambio climático, con una disminución de las precipitaciones. Estas serán de forma torrencial lo que provoca que mucha de esta lluvia no sea posible recogerla, el aumento de incendios, una gran lucha por el agua, un aumento del calor y en consecuencia un mayor consumo energético.

Los efectos del cambio climático ya están aquí y sus consecuencias son las fuertes inundaciones que estamos viendo por todo el mundo y las prolongadas sequías que se están empezando a sufrir. La cruda realidad es que nos estamos quedando sin agua y hay que tomar medidas hídricas con carácter urgente. Entre un amplio número de medidas deberían estar las siguientes.

Reducir la superficie de la agricultura de regadío a unos tres millones de hectáreas. Estas deberían tener un uso eficiente del agua. Debemos saber que el 80 % del consumo nacional lo realiza la agricultura. Si se siguiera las recomendaciones de los técnicos hídricos se deberían bajar a los 3.000.000 de Ha, en vez de llegar a los 4.000.000 millones. El objetivo sería conseguir una mejora de calidad de estos regadíos con la implantación de técnicas modernas

El consumo de agua que generan las 900.000 Ha de regadío del valle del Ebro es de 7.681 Hm3. Dándose casos tan espectaculares e irracionales como el cultivo de arroz en los desiertos de las Bárdenas (Navarra) y los Monegros (Aragón), con más de 1.100 Ha en cada uno de estos desiertos.

Hacer una amplia reformulación de la planificación urbanística actual, teniendo en cuenta la escasez del agua y de otras fuentes energéticas. El desarrollo turístico de toda la costa mediterránea, está depredando los pocos recursos hídricos. El consumo de agua de un turista es cinco veces superior al de un autóctono. Se debe buscar en el mundo industrial un uso eficiente del agua.

Mejorar la gestión de los territorios fluviales, todavía en España hay dos millones de pozos ilegales de agua y ningún gobierno ha sido capaz de controlarlo. Las administraciones están respondiendo a estos problemas hídricos construyendo más presas, sin darse cuenta, que el cemento no es la solución, sino que pasa por hacer una política racional de oferta y demanda.

El agua es un bien público al servicio de la mayoría y no en la defensa de intereses de las constructoras y multinacionales. Además el cambio climático está cambiando la forma de pluviosidad y las actuales presas resultan ineficaces para este tipo de lluvia.

El valle del Ebro está sufriendo el cambio climático, vemos no sólo la disminución de nieve y lluvia, sino que se está produciendo unos cambios profundos en el régimen de la pluviosidad, pues se dan lluvias en determinados momentos de forma muy intensa produciendo graves daños. Estas lluvias torrenciales impiden la mayoría de las veces retener esa agua para ser aprovechada posteriormente.

El río Ebro sufre ya ocho trasvases que le detraen anualmente 138 Hm3. Todo esto sin tener en cuenta los proyectados trasvases a Barcelona y región levantina, proyectados por el PSOE (José Borrell) de 1.850 Hm3 o el del PP (Jaume Matas) de 1.050 Hm3 y por fortuna no se han hecho, pero que están ahí amenazantes.

Resulta sorprendente que todavía haya partidos políticos como Ciudadanos y PP que planteen trasvases del Ebro, cuando vemos cual es el futuro de este y del resto de los ríos españoles. Negar la evidencia del cambio climático es una barbaridad y los dos partidos lo hacen no de palabra pero sí con hechos.

Mejorar y recuperar los humedales como auténticos pulmones de depuración natural del agua. Cuidar y mimar los agotados acuíferos esquilmados por los pozos ilegales. Implantar sistemas de drenaje sostenibles en las ciudades.

Como vemos, el futuro del agua en España va a ser muy complicado y de eso deberían ser conscientes nuestros políticos. Se debería crear una mesa del agua, donde estuvieran presentes todas las sensibilidades y se buscaran alternativas viables para la población y de avance en un consumo responsable de la escasez que vamos a tener en un futuro. Debemos dejarnos ya de políticas hídricas del cemento que sí tuvieron un impacto positivo en la primera mitad del siglo XX con Joaquín Costa pero ahora la realidad es muy diferente.

El río Ebro es el padre y la madre que nos ha dado vida y alimento durante miles de años y lo estamos matando. Las previsiones científicas prevén una disminución de su caudal actual de otro 50% a finales del siglo XXI, lo que va a provocar que el valle del Ebro tenga graves déficits hídricos, que conllevarán a una modificación muy sustancial de las formas de vida en el valle.

Amplios sectores de la sociedad española no son conscientes del duro futuro que nos espera. Nuestro planeta está cambiando muy rápidamente como consecuencia de la acción depredadora del hombre y de su falta de respeto por el planeta Tierra. En lo más cercano que tenemos, el cambio climático ya se nota en todo su esplendor en la cuenca del río Ebro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.